𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑 𝐋𝐈𝐁𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐀𝐆𝐀 "𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐘"
❝ 𝑵𝒐𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈 𝒊𝒔 𝒇𝒐𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓 ❞
En donde Martha, una chica mexicana, fan de percy Jackson; muere y reencarna en su saga preferida como 𝗣𝗘𝗥𝗦𝗘𝗣𝗛𝗢𝗡𝗘 𝗝𝗔𝗖𝗞𝗦𝗢𝗡
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Casi de inmediato hubo un fuerte crujido. Pose mi vista en el carro de Apolo para verlo voltearse. Me reí. El carro Hermes se habia estrellado contra él, tal vez por error o aproposito. Quién sabe.
— ¡Aves! — Tyson exclamó de repente, junto con Martha.
— "¡Señorita las aves!"
Mike Tyson señaló hacia el bosque y ví de lo que estaba hablando. Las palomas se habían levantado de los árboles. Estaban girando en espiral como un tornado, dirigiéndose hacia la pista. Entrecerre los ojos, mientras sacaba con cuidado mi pistola.
Escuche un gritó.
Los pájaros estaban pululando, miles de ellos en picado, bombardeando a los espectadores en las gradas, atacando a los otros carros. Beckendorf fue también acosado. Su luchador intentó ahuyentar a los pájaros pero no pudo ver nada. El carro se desvió de su curso y surcó los campos de fresas, los caballos mecánicos echando vapor.
Clarisse gritó una orden a sus combatientes, quienes rápidamente arrojaron una pantalla de red de camuflaje sobre su canasta. Los pájaros revoloteaban a su alrededor, picoteando y arañando las manos del luchador mientras intentaba sujetarlo, pero Clarisse apretó los dientes y siguió conduciendo. Sus caballos esqueléticos parecían inmunes a la distracción. Los pájaros picoteaban inútilmente las cuencas vacías de sus ojos y volaban a través de sus costillas, pero los sementales seguían corriendo.
Nosotros no tuvimos tanta suerte. Los pájaros estaban cortando cualquier trozo de carne expuesta, lo que provocó que todos entraran en pánico. Ahora que los pájaros estaban más cerca, pude verlos bien. Sus ojos eran oscuros y brillantes. Sus picos estaban hechos de bronce.
— Pájaros de Estinfalia — le dije a Annabeth, quien ahora caminaba hacia mi y Tyson en las gradas — Dejarán a todos echos huesos si no los ahuyentamos o los matamos.
Prefiero matarlos.
Me gusta la acción.
— ¿Como supiste que era yo? — preguntó Annabeth, un poco agitada.
— Puedo reconocer tu aura, duh — respondí, rodando los ojos — Tenemos que correr a la casa grande y colocar la colección de música de Quirón. O simplemente gritarles a todos para que hagan ruido fuerte y horrible.
La rubia asintió.
— ¡¡¡TODOS HAGAN RUIDOS, QUE LOS ALEJE!!!
— Esa era mi oreja — dije con mala cara.
Chase pareció avergonzada.
Casi de inmediato, todos comenzaron a hacer ruido. Muy pronto, los pájaros chillaron de dolor cuando sus oídos comenzaron a sangrar y se fueron volando.
