Siendo la Hija de Número 4 ~The Umbrella Academy~

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-Narra Cinco.-

Me despedí de t/n con un beso y volví hacia la academia.

No tenía mucho que hacer hoy así que cuando Klaus y Luther me dijeron de ver una película con ellos accedí, mala idea por qué era terriblemente aburrida y sin sentido, incluso más aburrida que cuando t/n pone sus películas románticas y súper dramáticas, el cine lo exagera todo en mi opinión, aunque eso les funciona bien, a las personas les encanta.

En medio de la película me quedé dormido en el sofá mientras Klaus y Luther seguían viendo atentamente la película.

Al despertar ya no estaba en el sofá de la sala de la academia junto a mis dos estúpidos hermanos.

Cinco: Carajo, no otra vez aquí.

Hacía frío, tal y cómo lo recordaba.

El aire tenía un ligero tono gris gracias a la contaminación y el humo de todos los lugares prendidos fuego que aún había, algunos parecían no extinguirse jamás mientras no les faltará oxígeno.

Encontré una carta de papel rosa tirada en el suelo que llamó mi atención.

La levanté y la observé por un momento.

Cinco:¿Tú sabes algo de esto? -Le mostré la carta a Delores.-

Delores:...

Cinco: Si, obviamente la abriré.

Delores:¿...?

Cinco: Ya sé que ella solía enviarme cartas rosadas, pero debe ser una coincidencia.

Abrí la carta para leer en grande las palabras. "Hola, extraño."

Cinco: Carajo...

Delores:...

Cinco:¡Ya sé que ella me decía así! Pero, eso fué hace mucho, no tiene importancia y lo sabes Delores.

X: Tiempo sin verte. -Dijo una voz femenina detrás de mí.-

No cualquier voz, su voz.

Podría reconocerla en cualquier parte, en cualquier momento, no ah cambiado, su voz dulce y cálida de siempre.

Me di la vuelta y ahí estaba, ella, en todo su esplendor.

Sabía que ella No era aquella Ginny que quiso que engañara a
t/n, esta es la auténtica, aquella chica con la que solía pasar el mayor tiempo que podía, con la que solía hablar hasta que se me cerraban los ojos mientras comíamos donas con café para pasar el rato, aquella chica que solía robarme el aliento con tan sólo una mirada.

Sólo decir eso de ella me vuelve aquél chico patético de trece años otra vez, pero la nostalgia se apodera de mi.

Cinco: Ginny.. ¿Cómo llegaste aquí?

Ginny: Tampoco esperabas verme, ¿No es así?

Cinco: No comprendo que es lo que está sucediendo, creí que estaba solo aquí.

Ginny: Yo también, hasta que te Vi el otro día, por cierto, estás loco por seguir a una completa desconocida a un edificio en llamas.

Cinco: Y tú aún más por entrar ahí en primer lugar.

Ginny: Tenía que deshacerme de ti de alguna forma, no creí que estuvieras tan demente.

Cinco:¿Por qué querías deshacerte de mi?

Ginny: Simple, por qué no sabía que eras tú, tarado. Cuando te fuiste noté que si eras tú, aunque creí que eras producto de mi imaginación pero no, aquí estamos, juntos otra vez, sólo que estamos solos ahora.