DESCUBRIMIENTO

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CAPITULO 1

DESCUBRIMIENTO

Los personajes pertenecen a Naoko Takeuchi, yo sólo los utilizo para mi entretenimiento. La historia si es producto de mi imaginación.

Londres, Inglaterra

Mi nombre es Midori Furuhata, tengo casi diecisiete años y desde que tengo uso de razón siempre sospeché que había algo extraño en mi pequeña familia conformada por papá y yo, y suponía que ese era el motivo por el cual mi padre me prohibiera un montón de cosas, pero sobre todo, que nunca en toda mi vida hiciéramos un viaje a Japón a visitar a la familia de mi padre; y no, no es como que no viajáramos al país de mi padre por problemas económicos, pues mi padre, pese a ser inmigrante en este país, es uno de los cirujanos plásticos más solicitados en Londres, así que lo que le sobra es dinero, no por nada cada que son vacaciones compra vuelos de avión para que mis abuelos, tía Unazuky y mis dos primos vengan desde Tokio a visitarnos; y además, viajes por Europa o América no nos han faltado, pero a Japón no ha vuelto desde hace muchos años, incluso desde antes de que yo naciera.

Cada que le pregunto de viajar a Japón y de mi deseo de conocer mis raíces pone algún pretexto, así que en mi mente empecé a sacar suposiciones ¿Acaso habría cometido algún delito grave en su país que le impedía pisar suelo Japonés por miedo a enfrentar a la justicia y me lo ocultaba para que no me decepcionara de él? ¿O qué tal si mamá en realidad no estuviera muerta y yo fuera hija de Reika Nishimura, esa ex novia que había amado tanto, y en un arranque de despecho me había arrebatado de los brazos de mi madre y había huido conmigo del país? La segunda teoría a veces me parecía convincente. Había stalkeado a su ex novia de la juventud y me di cuenta que esa mujer tiene características físicas poco comunes en mujeres asiáticas que yo también poseo: Ambas somos altas para la media asiática, de ojos verdes, ella tiene cabello castaño obscuro y ondulado y aunque mi cabello no es de su mismo tono, el mio es de un tono que no sabría describir como castaño muy claro o rubio obscuro y sí, también ondulado. Aquello tenía mucho sentido, pues además de compartir semejanzas físicas con el gran amor de la vida de mi padre, había cosas que encajaban perfectamente.

Que Reika pudiera ser mi madre por mucho tiempo me pareció una teoría creíble, pues además de la semejanza física entre nosotras; al stalkearla descubrí que estaba en grupos de mujeres que no desean ser madres . ¿Y qué tal si se hubiera embarazado y al no poder abortarme a tiempo decidió cederle la custodia a mi padre y deslindarse de responsabilidades morales y legales? Tenía sentido, puesto que en mi partida de nacimiento yo aparecía solamente como hija de Andrew Furuhata; y pudieron habérmelo ocultado para que yo no sufriera al saber que mi madre no me había querido; sin embargo también esa idea quedó descartada cuando un día stalkeando a la ex novia de mi padre comentó un post que ella se había ligado las trompas para no ser madre hace dieciocho años, o sea, mucho antes de que yo naciera.

Así que tuve que seguir conformándome con la poca información que mi padre me daba sobre mamá: Que se llamaba Lita Miller, era de origen asiático pero había sido adoptada por ingleses y por eso su nombre no era japonés y que no tenía fotos de ella porque en realidad no habían tenido una relación de pareja sino que yo había sido producto de haberla pasado bien y que después de que yo naciera ella había fallecido, pero que ella me amaba mucho.

Siempre supe que papá mentía y mis teorías iban desde que hubiera cometido un delito, que me hubiera robado o que simplemente mamá no me quería; sin embargo, tiempo después supe que lo que ocultaba era algo más grande que problemas terrenales pues desde hace un año extraños sucesos comenzaron a ocurrir en mi cuerpo, como que cuando estuviera muy enojada por algo un extraño símbolo brillante que se asemejaba a un número 4 en tonos verdosos apareciera en mi frente, símbolo que tras una ardua investigación en la red descubrí que era el símbolo utilizado en astronomía para representar al planeta Jupiter; además poco tiempo de ese suceso, una noche en que cinco hombres nos habían asaltado a papá y a mí mientras regresábamos de correr del parque y amenazaban con matarlo y abusar de mí de mis uñas empezaron a salir rayos que en mi desesperación por protegernos dirigí a nuestros atacantes dejándolos malheridos. Aquella noche regresamos rápido a casa, y entonces papá me hizo jurarle que aquello quedaría como un secreto entre nosotros dos, que nunca utilizara esas extrañas habilidades ni siquiera si la vida de él estuviera en peligro, que las reservara exclusivamente para casos extremos donde mi vida estuviera en riesgo y mis conocimientos en artes marciales no fueran suficientes y que no hablara de ello con absolutamente nadie pues de hacerse de conocimiento público mi vida peligraba. Y no necesitó convencerme, pues aunque me alegraba de que ambos estuviéramos a salvo lo último que quería era que la gente pensara que estaba loca, que me tuvieran miedo o convertirme en objeto de estudios científicos, sin embargo, la parte de no utilizar mis extraños poderes no la cumplí, pues en una ocasión lo utilicé para poner a salvo a una mujer que estaba siendo golpeada por alguien que parecía ser su novio o marido; y la segunda ocasión para provocar una tormenta eléctrica y que se suspendiera el examen de matemáticas porque no había estudiado.

EL SECRETO DE SAILOR JUPITERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora