NUESTRAS MENTIRAS

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EL SECRETO DE JUPITER

CAPITULO 24

NUESTRAS MENTIRAS

17 años atrás...

¡Te voy a romper esa maldita cara!— Exclamó Haruka

¡Pues venga!— Respondió Makoto— Y espero que esta vez tus amigas no se metan cuando vean como voy a dejarte.

¡Compañeras, por favor, basta! Exigió Rei

¡No te metas, Rei, porque a esta le traigo ganas y no quiero que vayas a salir lastimada! Pidió Makoto

¿Ya escuchaste, líder de cuarta? Cuestionó Haruka a la senshi del fuego mientras se arremangaba la blusa

¡Haruka, por favor no lo hagas! Suplicó Michiru

Haruka se acercó a Makoto con una sonrisa cínica, mirándola como si tuviera asegurada la victoria y entonces levantó su puño derecho dispuesta a golpearle el rostro; pero su contrincante esquivó el golpe con facilidad y la sorprendió dándole un fuerte rodillazo en el estómago que la hizo sofocarse.

¡Eso es por Hiroto, desgraciada!

Haruka apenas se estaba recuperando del sofoco de aquel golpe cuando vio venir el puño derecho de Makoto a su rostro, el cual rápidamente esquivó, pero para su desgracia Makoto la sorprendió noqueándola con el puño izquierdo

¡No tenías derecho a quitarle la vida! ¡Te has convertido en eso que juramos destruir!

Haruka notó un hilillo de sangre corriendo de la comisura del lado derecho de sus labios; y entonces se le dejó ir con furia a Makoto asestándole un golpe en una de las mejillas que esta vez no pudo esquivar.

Makoto ante el golpe respondió con furia, metiéndole un puñetazo con tanta fuerza en el puente de la nariz que Haruka del aturdimiento momentáneo cayó al piso.

¡Paren, por favor! Suplicó Luna

¡Artemis, haz algo! Suplicó Minako; sin embargo, Artemis muy asustado ante el altercado había tomado forma de gato para trepar con mayor facilidad a la última rama del árbol más alto del templo Hikawa, pues no quería que al ser el único hombre le pidieran intervenir en aquella pelea entre las dos senshis más fuertes.

¡Tenemos que separarlas! Gritó Rei en algo que parecía una orden, pero Minako y Ami las miraban temerosas mientras que Serena se limitaba a llorar.

¡Mako, por favor! Suplicó Rei con voz suave interponiéndose entre una furiosa Makoto que tenía la intención de seguir golpeando a Haruka quien yacía en el piso aturdida Por favor basta.

Makoto al mirar la preocupación en el rostro de Rei por un momento pensó en detenerse, aquella no era una mirada de la líder regañona y mandona, sino la mirada suplicante de una amiga.

No quiero que te hagas daño, Mako. Por favor para con esto.

¡Me las vas a pagar, desgraciada! Gruñó Haruka levantándose del piso, ignorando a Michiru que trataba de detenerla; sin embargo, Rei sacó un ofuda de su chihaya que utilizó para derribarla.

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