UN CUMPLEAÑOS PARA RECORDAR

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P.O.V. MAKOTO


Mi amado Andrew baja las escaleras de casa seguido de nuestro retoño que ya es toda una señorita. Él se dirige a la cocina, y ella se acurruca en su sofá favorito, con el miedo aún reflejado en su cara. Como quisiera abrazarla y poderle decir que no tiene que temer por su padre, sino enfocarse en cuidar de ella misma.

Minutos después, Andrew llega a la sala con una taza de té y un plato de galletas de matcha con chocolate, y nuestra niña sonríe al ver el postre.

—¿Galletas de chocolate con matcha?

—De estas te daba cuando tenías pesadillas. ¿Lo recuerdas?— Le pregunta mi querido Andrew sentándose a un lado.

Mi hija asiente, y toma una galleta a la que le da un mordisco.

—Y después me contabas un cuento con final feliz para que pudiera dormir.

—Ya no creo que quieras escuchar los cuentos que te contaba— Le responde mi querido Andrew—Pero podría sacrificarme y quedarme contigo viendo una comedia romántica de esas que te gustan.

—Mejor cuéntame algo agradable. Algo bonito que hayas vivido con mamá.

Mi querido Andrew se queda pensativo un momento, y después, una sonrisa aparece en su rostro.

—Te hablaré del día en que cumpliste un año y ella veinte.

Mi cumpleaños número veinte.

¿Cómo olvidarlo?

Aquel, aunque fue mi último día antes de que comenzara mi agonía, fue el mejor cumpleaños de mi vida, pues la diosa Perséfone apiadandose de mí, me regaló el olvido durante ese último cumpleaños para que no recordara que la vida se me estaba yendo de las manos y pudiera disfrutar de ese último cumpleaños de mi vida al lado de mi hijita y el hombre que siempre he amado.

—El día anterior al cumpleaños de ustedes nos desvelamos recorriendo Castle Combe, y al siguiente día nos despertó tu llanto.— Le cuenta Andrew a nuestra hija.

¡Mentira, por supuesto! En realidad el día antes de nuestro cumpleaños no volvimos tan tarde al hotel, aunque si nos desvelamos en el lecho y despertamos antes que mi niña, pero esa parte de la historia es impropia para contarsela a Midori.

16 años atrás….

5 de diciembre de 1998

Para Makoto Kino, no había mejor sensación en el mundo que despertar con la cabeza apoyada en el pecho de su amado, escuchando los latidos de su corazón, aspirando aquel aroma masculino que tenía el poder de proporcionarle tranquilidad o excitarla según su estado de ánimo , y sentir los brazos de él rodeando su cuerpo; así que aquel cinco de diciembre, al despertar de aquella manera, una sonrisa se curvó en sus labios, sobretodo al sentir su desnudez y rememorar los recuerdos de la noche anterior, en que después de que Midori se quedara dormida en su cuna portátil que se encontraba en la habitación de al lado, ellos se habían quedado despiertos dándole rienda suelta a la ardiente necesidad que tenían el uno por el otro.

Rememorar los besos que Andrew dejaba en su piel, los mordiscos en los labios, sus manos grandes recorriendo su desnudez y el sonido de su voz ronca susurrándole palabras que la hacían sentir la mujer más hermosa y amada del universo; provocó que su sexo se humedeciera; y queriendo despertarlo para repetir lo de la noche anterior, levantó su rostro; sin embargo, se sorprendió al ver que él ya estaba despierto

—Feliz cumpleaños, señora Furuhata— Le susurró él esbozando esa sonrisa que a ella le encantaba.

Makoto sonrió al escuchar que Andrew la llamaba de esa manera, pues aunque no estaban casados, era de las cosas que más anhelaba y que habían pospuesto pese a que hacía más de un año le había propuesto matrimonio.

EL SECRETO DE SAILOR JUPITERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora