DESENCUENTROS

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CAPÍTULO 47

DESENCUENTROS

P.O.V. ARIES

Después de que mi suegro y yo desaparecemos de la casa en Itoman, hacemos una rápida parada en su laboratorio clandestino en Londres, donde además de tomar otras de sus letales armas, me entrega un brazalete igual que el que Midori y él llevan puesto; y rápidamente me explica para que es cada uno de los botones más importantes.

Uno sirve como intercomunicador entre él y yo, otro dispara balas de goma, otro dispara armas de fuego y otro es tan letal que incluso puede hacer explotar un cuerpo humano en pedazos al recibir el impacto; y además, tienen la gracia de que es de uso personal, pues rápidamente me lo configura para que reconozca mis huellas dactilares y mi voz, para que únicamente yo pueda disparar ya sea oprimiendo alguno de los botones o dando la orden con mi propia voz y la palabra que he elegido.

¿El problema? ¡No se disparar un arma!

Sólo se utilizar mis poderes.

—Espero no tener que necesitarlo porque no se disparar un arma y no creo que tenga buena puntería

—Hubiera querido enseñarte, pero luego se nos vino este problema y no hubo tiempo, pero ya podremos hacerlo después— Me dice— Es mejor que la lleves y no la necesites, a que la necesites y no la lleves.

¡Y cuánta razón tiene mi suegro!

De no haber sido por ese brazalete de destrucción masiva, mi querida Midori no hubiera podido defender a Afrodita de Kioko. Una lástima que no es tan sanguinaria como su padre y que decidió utilizar balas de salva contra ella en vez de dispararle con una bala de fuego, o mejor aún, eliminarla haciéndola explotar en pedazos como el señor Furuhata hizo con el General Zoycite.

Finalmente, mi suegro y yo nos vestimos con ropa y zapatos tácticos, y una vez listos, nos teletransportamos a La Isla Honshu, donde gracias a la descripción que hizo Afrodita del lugar, no tardamos en llegar a las afueras de aquella fortaleza que vista desde afuera parece un majestuoso Palacio parecido a como mi madre muchas veces describió lo que para ella en su vida anterior, fue su prisión de plata.

—¡Joder!— Exclamo molesto— Siento un aura turbia en este lugar— Le comento a mi suegro— Desde aquí tendremos que correr en vez de utilizar la teletransportación para evitar aparecer donde haya alguien que pueda vernos.

P.O.V. AMI

Después de que Serena me pidió que me retirara dejándola a solas con Neflyte, decidí ir a la biblioteca que estaba no muy lejos de donde nos encontrábamos en lugar de ir al jardín.

Quería distraer mi mente, pues no dejo de sentir culpa al saber que la hija de Makoto está muriendo para que Luna pueda instaurar su maldito reino utópico de paz. ¡Pero a qué costo!, pues irónicamente lo está haciendo derramando la sangre de una inocente, la sangre de la hija de mi querida amiga Makoto que huyó para darle una mejor vida a su pequeña.

Si tan solo supiera donde se encuentra el Cristal de Plata, juro por todos los kamis que lo destruiría, pero Luna se ha encargado de que ninguna de nosotras lo sepa.

Si no fuera porque papá es una persona que debe estar internada, juro que escaparía con Rei y Minako; o tal vez hasta con Asanuma.

Seis meses antes...

¡Basta, Asanuma!— Le grito Ami exasperada— No tiene nada que ver con que sea Sailor Scout. Desde el principio te dije que las relaciones formales no son lo mio. ¡Ahora largo de mi departamento!

EL SECRETO DE SAILOR JUPITERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora