EFIMERA FELICIDAD

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CAPITULO 14

EFIMERA FELICIDAD

P.O.V. ANDREW

¡Ese hombre de nuevo!

Hay algo en él que no me gusta, y no es solamente que no se haya presentado formalmente en mi casa como novio de mi hija, sino que se parezca al cobarde de mi ex amigo de la juventud y esa mirada que me recuerda a no sé quien. Sin embargo, la lógica me dice que no puede ser hijo de Darien, pues por la edad que tiene, si fuera su hijo habría nacido cuando estábamos a la mitad de la carrera y me consta que Serena no se embarazó entonces pues no hubiera sido posible que lo ocultara de todos a menos que desapareciera. De la misma manera, si fuera hijo de alguna de las mujeres con las que le fue infiel también me habría enterado, pues no por nada siempre me contaba de sus infidelidades y más de una vez tuve que mentir diciendo que había estado en mi departamento para que Serena no lo descubriera.

—Kazuo. Mi amor.— Lo saluda mi hija abrazándolo efusivamente.

—Espero te gusten las flores, querida— Le dice él mientras le da un beso en la frente. ¡Un beso a mi niñita y frente a mis ojos! ¡Cuánto cinismo!

Me meto la mano en el bolsa del saco tomando el arma por si acaso. ¡No lo quiero para yerno y motivos hay de sobra! En primer lugar deduzco que la tristeza de mi hija desde que estábamos en Cambridge es por culpa de este joven que seguro sólo la debe querer para pasar el rato, en segundo ¡Su parecido con aquel cobarde! ¡No lo soporto!, así que me acerco y separo a mi hija de su lado interponiéndome entre ambos.

—¿Y usted que cree que estoy pintado? Le hice una pregunta ¿Qué hace aquí?— Lo cuestiono mientras tomo aquel ramo de flores.

—Buenos días Furuhata-san— Saluda educadamente .— De hecho vengo a hablar con usted.

—¡No!— Grita mi hija asustada, y entonces me doy cuenta de que algo esconden.

—Te estabas tardando.— Le contesto— Pasa. Capaz me convences de salir con mi hija. O tal vez no. Como suegro puedo ser muy exigente.

Kazuo entra y lo invito a tomar asiento en el sofá de la sala, Midori está a punto de sentarse a su lado, pero entonces termino con sus intenciones.

—¡Tú acá!— Le señalo el sofá que está más cerca de mí.

—Papá... ¡Por favor!— Me suplica pero obedece mi orden.

Tomo mi computadora portátil que está en la mesita de centro de la sala y se la ofrezco a Kazuo.

—¿Podrías revisar mi portátil? No prende desde hace días y tal vez podrías ayudarme. Midorí me contó que estudias informática.

Noto como mi hija se pone pálida, y Aries me mira de manera inexpresiva.

—Dejémonos de cosas, Furuhata— Me dice— No me llamo Kazuo ni estudio informática. Mi nombres es Aries Hino y...

En cuanto escucho su nombre saco el arma y le apunto con ella, pero Midori se interpone entre mi objetivo y yo.

—¡No!... No lo hagas, papá

¡Y no! Por supuesto que no estoy dispuesto a matar al hijo de Mars. Al menos no tan rápido.

—¡No necesito que me protejas, Midori!— Le dice dando un paso al frente

—¡Vaya, Chiba! Saliste más valiente que el inútil de tu padre. ¡Levanta las manos si no quieres que te llene de plomo!

—¡Qué sea la última vez que me llama Chiba, soy Hino!— Exclama molesto pero poniendo las manos en alto— Y espero no se le ocurra soltarme un tiro o se escuchará en toda la avenida y no tardará en llegar la policía. Mejor agradezca que estoy aquí para ayudarle, porque sino fuera porque usted es el padre de Midori me importaría un pepino que quieran su cabeza por haberse revolcado con una Sailor.

EL SECRETO DE SAILOR JUPITERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora