ADIÓS, JAPÓN

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EL SECRETO DE SAILOR JÚPITER

CAPITULO 28

ADIÓS, JAPÓN

P.O.V. MIDORI

Me encuentro afuera de la escuela esperando a que papá pase por mí mientras platico con Alice y Ashley, quienes insisten en que les cuente si he besado a Aries, si ya me pidió ser su novia; sin embargo, no suelto nada.

—¡Ya basta! ¡No les voy a contar nada!— Exclamo mientras siento el ardor en mis mejillas.

—Midori, por cierto. Acabo de ver el auto de tu papá enfrente.— Me avisa Ashley

Tras despedirme de mis dos amigas, camino hacia el auto de papá que se encuentra en la acera de enfrente. Desde este año ya ha dejado de ser un poco aprehensivo y rara vez viene por mí a clases, pues tiene que hacerse a la idea de que ya no soy una niña y puedo cuidar de mí misma. El próximo año entro a la universidad, así que no me puede cuidar todo el tiempo por mucho que quiera.

Al subir al auto, papá me saluda pasando sus manos por mi cabello.

—¿Qué tal tu día, cariño? ¿Cómo te fue en el examen de química?

—Hice mi mejor esfuerzo. Tendré una nota aceptable— Le digo

—Excelente— Me dice— ¿A dónde quieres ir a comer?

—Pues preparo algo en casa. Digo, después de todo tienes que volver al consultorio. ¿No?

—Cancelé todas las citas de la tarde, así que tengo el día libre.

Me le quedo mirando y frunzo el ceño. Papá rara vez hace eso a menos que yo me enferme.

—¿Y eso?

—Midori. Ya tiene tres semanas que no practicamos tiro. No quiero que pierdas la habilidad para cargar un arma y disparar. Además, tienes que saber usar explosivos y...

—Papá. Tengo poderes. No necesito armas ni saber nada de explosivos.

—Midori, por favor no quiero que cometas los mismo errores que tu madre confiando en que lo podía todo por tener poderes y saber artes marciales— Me dice mi padre— Acuérdate que si un día te embarazas no vas a poder transformarte y no te quiero indefensa.

—Papá, tengo diecisiete años. No pienso darte nietos hasta dentro de unos diez años.

—Y yo quería ser padre hasta los treinta, y mira, cuando te tuvimos, tu madre tenía sólo diecinueve y yo veintitrés.

—Es diferente— Le digo— Mamá era una adolescente sin unos padres que la aconsejaran, y bueno, a ti... bueno, tu tenías departamento solo desde los dieciocho.

—Bueno, tal vez no un embarazo. ¿Pero qué tal una incapacidad temporal? Aries dijo que si se enferman de gravedad o si tienen alguna discapacidad temporal o permanente se pierde la capacidad de utilizar poderes. Debes estar preparada por si un día te encuentras en una situación así, Midori.

—Está bien, papá. Tú ganas. Practicaremos tiro y te superaré en lo de los explosivos.

—¡Esa es mi niña!— Me dice con orgullo mientras acaricia mi cabello.

—Hoy te toca elegir a ti. Vamos a Zaibatsu— Le digo recordándole que este día le toca escoger a donde iremos a comer, y dado que sé cuanto le gusta la comida tradicional japonesa porque lo hace sentir en casa, pues menciono su restaurante favorito.

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