EL SECRETO DE SAILOR JUPITER

EPÍLOGO

EL SECRETO DE SAILOR JUPITER

EPÍLOGO

El hecho de haber quedado huérfana, no implicó un golpe económico para Midori; pues era la heredera de la casa donde había vivido en Londres con su padre, del dinero en las cuentas de banco de Andrew que no era poco, y además, su padre a lo largo de los años, había adquirido algunos seguros de vida que garantizarían que ella no se viera en la necesidad de trabajar por muchos años; sin embargo, y pese a que además su situación económica resuelta ya no era una niña y podía cuidar su integridad incluso sin recurrir a sus poderes, Midori sentía que con la muerte su padre y al haber recordado los pocos momentos que vivió de bebé al lado de su madre para luego volver a perderla; habían mutilado una parte de su alma cuya ausencia dolería por siempre.

Tan pronto como su padre había sido sepultado y su madre desapareció ante sus ojos cual fantasma, Midori había querido cambiar los sucesos del pasado para que sus padres tuvieran una oportunidad de ser felices sin la sombra de la tiranía lunar; sin embargo, al hacerlo, se había dado cuenta de que a través del orbe granate sólo se podían observar sucesos del pasado como un espectador que ve una película sin poder intervenir, hasta que tres meses después, en su desesperación pidió ayuda a Rei y Hotaru; pues creía que una al tener el don de la clarividencia y la otra al ser la senshi de la destrucción y la muerte podrían ayudarla.

—No es posible cambiar el pasado, Midori— Dijo Hotaru

—¿Por qué no? — preguntó molesta— Rini pudo viajar desde el futuro e intervenir sin ser de Plutón.

Hotaru se sentó a su lado, y Midori, creyendo que le quitaría la llave del tiempo y el orbe granate se hizo a un lado.

—Rini y ese supuesto futuro que les mostró Setsuna sólo fueron una simulación de lo que podía suceder si tomábamos las decisiones que Luna escogía a su conveniencia.

—Pero... ¿Y el Clan de la Luna Negra?— Cuestionó Midori

—También eran parte de la simulación— Respondió Hotaru— Luna, que no pensaba conformarse con Tokio, estaba dispuesta a apoderarse de toda la Tierra y de más planetas fuera de la Galaxia para expandir su imperio, y evidentemente a toda mala acción habría grupos opositores como el Clan Black en la simulación.

—El futuro no existe, Midori— Dijo Rei

—¿Me lo está diciendo usted que tiene dones de clarividencia?

—Las clarividencias son advertencias de lo que puede ocurrir, no algo que ha de suceder inevitablemente — Dijo Rei— Simplemente ponte a pensar. ¿No crees que si el pasado pudiera cambiarse Luna simplemente pudo haber viajado al pasado y cambiar las cosas a favor suyo y de la Reina sin siquiera buscarnos a tu madre y a cada una de nosotras cuando teniamos catorce años? Después de todo, Setsuna le era leal.

De pronto, el orbe granate y la llave del tiempo desaparecieron de las manos de Midori y aparecieron en manos de Hotaru, lo que dejó molesta a Midori, pero cuando estaba a punto de protestar, estos regresaron a su regazo.

—¿Cómo hizo eso?

—No sólo soy la guardiana de la muerte y la destrucción. También del tiempo.

—Pensé que al morir Setsuna...

—Desde el principio de los tiempos lo fuimos ambas, aunque explicarte porque ella se quedó con las llaves y el orbe granate y yo como guardiana de la muerte es una larga historia —Dijo Hotaru—Lo que sí te puedo decir, es que ella no pudo recuperar las llaves en todo este tiempo porque el dios Cronos no la consideraba digna guardiana, y aunque yo sí puedo quitartelas cuando desee, te las voy a dejar por si acaso aún no estás convencida.