La mejor forma de conocer a un multimillonario y heredero es, sin duda, vomitando su camisa de mas de un millón de dólares.
→⨠ 𝑳𝒐𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒋𝒆𝒔 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒕𝒆𝒏𝒆𝒄𝒆𝒏, 𝒔𝒊𝒏 𝒆𝒎𝒃𝒂𝒓𝒈𝒐 𝒍𝒂 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒔𝒊. 𝑵𝒐 𝒄𝒐𝒑�...
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- ¿Acaso estas siguiéndome?, ¿no te bastó con vomitar me todo?
- Vaya, pensé que esto era público. Además también necesito verduras.- Mencione, ¿acaso pensaba que todo le pertenecía?- ¿Tu que haces aquí?, ¿no hay alguna tienda de ricos en las calles de oro?
- Que ignorante eres, además, este es el único lugar donde venden los dulces que me gustan.- Menciono cruzándose de brazos y, de paso, sacarme la lengua.
- ¡Eres un bebé gigante!
- Aja, no me afecta.- Dijo prestándole importancia al pequeño insulto. Bajo su mirada hasta mi cesta de comprar y frunció el ceño.- ¿Solo eso comerás?, ¿no se supone que comas por dos?
- Si, pero no todos tenemos el dinero suficiente. Recién acabo de conseguir trabajo y es lo único que me alcanza.
- Eres un inútil, ni para ahorrar dinero sirves. Ven...- Tomo mi brazo y caminamos por los pasillos de comida, tomo mi cesta y empezó a echar productos especiales, como lo son; fideos, sopas, cremas, salsas, harina, unos cuantos dulces y mucha verdura.
- Espera...
- Tranquilizate, lo pagaré yo, ya me dijiste que tu Alfa es un idiota con otra pareja y que eres pobre. No ignorare a alguien gestante que apenas tiene para comer.
- Eso es muy tierno de tu parte...- De seguro después de lo cobrara igual que su camisa, zapatos, pantalones y automóvil.
Bueno...quizás debía desaprovechar un poco.
- Y...¿no me quieres comprar las vitaminas también?
Unos momentos en silencio.
- ¡No te aproveches, estupido Omega!- Su semblante no era de enojo, aún así quizás se molestó con pedirle eso.- Pero te las compraré, así dejas de molestarme.
- Te recuerdo que yo no pedí que compraras mis cosas.
- Sudo dinero, así que no me afecta mucho.- Levanto los hombros prestándole importancia.
- El rico humillando al pobre.
Mi cuenta de productos salió más de ciento cincuenta dólares, después, en el mismo supermercado había una farmacia, ahí compró las vitaminas que necesitaba.
- ¿Ahora estás bien?, ¿necesitas algo más?
Negué lentamente, ¿los millonarios siempre caían desde el cielo a ayudar al más pobre?
- ¿Como se dice?- Pregunto con burla.
- Gracias.- Murmure aún si creérmelo.
- Que buen chico.
Mire de mala gana al Alfa, ¿me acaba de tratar como un perro?,su sonrisa se ensanchó, con una mano tomo mis bolsas y con la otra mi brazo.
- ¡Oye...!
- No dejaré que cargues con las bolsas, son pesadas y eso hace mal, te llevaré hasta tu departamento.
- N-no hace falta.
- Claro que si. Dijiste que estaba cerca así que iremos caminado, además, no quiero que vomites el auto nuevo.
- Ja, ja, muy gracioso.
- Además cargar cosas, para un embarazado, hace mal. Agradece que soy amable.
Caminamos muy tranquilos hasta llegar al establecimiento. Abrí la reja con mi llave y le di el paso para que entrara.
- Estoy en el segundo piso.- Le indique las escaleras y subimos. Su actitud era muy calmada por que debía de pensar que sus brazos deben estar muy dotados...llenos de músculos tan duros...¡Diablos!
- ¿Puerta?
- Siete.
Llegamos a mi puerta y la abrí. Deje que pasara y pusiera las cosas en la encimera.
- Es pequeña, todo esto podría ser mi baño.
- Callate, a mi me gusta, si hay mucho espacio me sentiría muy solo.- Ayude a quitar las cosas y ordenarlas en los gabinetes y el refrigerador.
- ¿De verdad que estás solo?
- Si, mis padres murieron en un accidente hace unos cuantos años, no tengo tíos o primos...ni Alfa.
Mentí, pero eso nadie debe de saberlo.
- Ya, ya. No te deprimas, mejor ten.- Toma mi mano y con una pluma anota unos números en la palma de mi mano.- Si tienes problemas, llámame.
- ¿Una cita?
- Ni que tuvieras tanta suerte.
- De igual forma sería un desperdicio salir contigo. Ni para llevarme al médico sirves.- Reí, pero al parecer él se molestó.- Seguro eres un pésimo amante.
Y...3, 2, 1.
- ¡¿Eso crees?!, bien. El jueves tendremos una cita, y verás que soy el mejor amante, mucho mejor que tu asqueroso Alfa. ¡Pasare por ti!, ponte más feo.