La mejor forma de conocer a un multimillonario y heredero es, sin duda, vomitando su camisa de mas de un millón de dólares.
→⨠ 𝑳𝒐𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒋𝒆𝒔 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒕𝒆𝒏𝒆𝒄𝒆𝒏, 𝒔𝒊𝒏 𝒆𝒎𝒃𝒂𝒓𝒈𝒐 𝒍𝒂 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒔𝒊. 𝑵𝒐 𝒄𝒐𝒑�...
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- ¿Por que te estas poniendo una camisa?- Pregunto Steve una vez que entraba a nuestra cama.
- Porque ya esta haciendo frio como para dormir desnudo, ¿quieres que le pase algo a nuestro bebé?
- No, pero pensé que envolverte en mis brazos iba a bastar.
- No somos cavernícolas, Steve.
Me puse mis pantalones de Star Wars y mi polera de Darth Vader ignorando la mirada de Steve.
- Tony~.- Menciono sonando como un ronroneo.
- ¿Qué quieres ahora?- Masculle molesto, estaba sentado al borde de la cama y la verdad es que solo quería dormir, mi espalda me estaba matando.
- Duerme desnudo para mi~.- Pidió con un tierno puchero acompañado de una mirada lastimera.
- No.
- Pero Tony, ¿ya no me quieres?- Siguió insistiendo mientras acariciaba mi vientre con cariño.
- Te quiero pero no por eso dormiré desnudo.
- Entonces ya no dormiré contigo, me iré al sofá y mañana con el viejo.- Dijo separándose de mi y levantarse. Espero en la puerta para ver si me retractaria, pero no lo hice.
A veces debíamos poner límites.
Y molestar a Steve era mi pasatiempo favorito.
- Ve, mejor para mi.- Murmure mostrando indiferencia y me acosté en la cama tapándome hasta el cuello. Le di una última caricia a mi vientre y cerré mis ojos.
- ¡¿Osea que ya no me quieres?!
Dios mio, ¿Quién de los dos tendrá las hormonas del embarazo.
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- Anthony, es bueno que llegaras, ya no se que hacer con este muchacho, parece un perro rabioso...- Dijo mi suegrito guiándome al cuarto de Steve.
El rubio había cumplido con su cometido, cuando desperté el Alfa se había ido del departamento a la casa de su padre simplemente por haberse sentido "menos".
Después de unas dos horas donde tome desayuno, recibo la llamada de mi suegro, pidiéndome que fuera a su casa a llevarme a su grandote hijo que estaba haciendo un drama.
Y aquí estaba yo.
Cargando con un vientre de más de seis meses yendo a buscar a un Alfa de más de veinticinco años.
Llegamos al cuarto de Steve y su padre tocó la puerta, me dejó atrás de él para evitar que se diera cuenta de mi presencia.
- Steve, ¿estas despierto?- Pregunto tras un corto silencio sin respuesta.
- ¡Vete de aquí, viejo, dejame llorar tranquilo!, Tony ya no me quiere, me siento tan sucio y desconsiderado.- Escuche el lamento del rubio.
Mi corazón se oprimío en mi pecho.
Quizás si fui al desconsiderado con el Alfa, creo que Steve está muy delicado emocionalmente.
- Viejo.
- Dime hijo.
- Creo que amo a Tony, no hay otro Omega que me haga sentir como él lo hace, y este sentimiento crece con el tiempo, pero...
- ¿A que le temes, Steve?- Pregunto compresivo mi suegrito.
- A que él no lo siento con la misma intensidad que yo.
Oh Steve, eres un lindo idiota.
- Steve.- Dije dando un paso al lado y golpear la puerta con suavidad, no escuchaba nada y parecía que el ambiente se había helado.- Abre, por favor.
- Tony...¡dios mio, que vergüenza!- Dijo abriendo de un golpe la puerta.- ¡Olvida lo que dije, feo vomiton!, yo te odio mucho y...
- Steve, yo también te amo.
Y el Alfa se sonrojo.
Creo que deberíamos de hablar de su inseguridad y su estado muy sensible.