XLI

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- ¿Por que te estas poniendo una camisa?- Pregunto Steve una vez que entraba a nuestra cama

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- ¿Por que te estas poniendo una camisa?- Pregunto Steve una vez que entraba a nuestra cama.

- Porque ya esta haciendo frio como para dormir desnudo, ¿quieres que le pase algo a nuestro bebé?

- No, pero pensé que envolverte en mis brazos iba a bastar.

- No somos cavernícolas, Steve.

Me puse mis pantalones de Star Wars y mi polera de Darth Vader ignorando la mirada de Steve.

- Tony~.- Menciono sonando como un ronroneo.

- ¿Qué quieres ahora?- Masculle molesto, estaba sentado al borde de la cama y la verdad es que solo quería dormir, mi espalda me estaba matando.

- Duerme desnudo para mi~.- Pidió con un tierno puchero acompañado de una mirada lastimera.

- No.

- Pero Tony, ¿ya no me quieres?- Siguió insistiendo mientras acariciaba mi vientre con cariño.

- Te quiero pero no por eso dormiré desnudo.

- Entonces ya no dormiré contigo, me iré al sofá y mañana con el viejo.- Dijo separándose de mi y levantarse. Espero en la puerta para ver si me retractaria, pero no lo hice.

A veces debíamos poner límites.

Y molestar a Steve era mi pasatiempo favorito.

- Ve, mejor para mi.- Murmure mostrando indiferencia y me acosté en la cama tapándome hasta el cuello. Le di una última caricia a mi vientre y cerré mis ojos.

- ¡¿Osea que ya no me quieres?!

Dios mio, ¿Quién de los dos tendrá las hormonas del embarazo.

- Anthony, es bueno que llegaras, ya no se que hacer con este muchacho, parece un perro rabioso

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- Anthony, es bueno que llegaras, ya no se que hacer con este muchacho, parece un perro rabioso...- Dijo mi suegrito guiándome al cuarto de Steve.

El rubio había cumplido con su cometido, cuando desperté el Alfa se había ido del departamento a la casa de su padre simplemente por haberse sentido "menos".

Después de unas dos horas donde tome desayuno, recibo la llamada de mi suegro, pidiéndome que fuera a su casa a llevarme a su grandote hijo que estaba haciendo un drama.

Y aquí estaba yo.

Cargando con un vientre de más de seis meses yendo a buscar a un Alfa de más de veinticinco años.

Llegamos al cuarto de Steve y su padre tocó la puerta, me dejó atrás de él para evitar que se diera cuenta de mi presencia.

- Steve, ¿estas despierto?- Pregunto tras un corto silencio sin respuesta.

- ¡Vete de aquí, viejo, dejame llorar tranquilo!, Tony ya no me quiere, me siento tan sucio y desconsiderado.- Escuche el lamento del rubio.

Mi corazón se oprimío en mi pecho.

Quizás si fui al desconsiderado con el Alfa, creo que Steve está muy delicado emocionalmente.

- Viejo.

- Dime hijo.

- Creo que amo a Tony, no hay otro Omega que me haga sentir como él lo hace, y este sentimiento crece con el tiempo, pero...

- ¿A que le temes, Steve?- Pregunto compresivo mi suegrito.

- A que él no lo siento con la misma intensidad que yo.

Oh Steve, eres un lindo idiota.

- Steve.- Dije dando un paso al lado y golpear la puerta con suavidad, no escuchaba nada y parecía que el ambiente se había helado.- Abre, por favor.

- Tony...¡dios mio, que vergüenza!- Dijo abriendo de un golpe la puerta.- ¡Olvida lo que dije, feo vomiton!, yo te odio mucho y...

- Steve, yo también te amo.

Y el Alfa se sonrojo.

Creo que deberíamos de hablar de su inseguridad y su estado muy sensible.








Dejen de hincharme los huevos, por favor jsjsjs.

¡Lo siento!, manche tu camisa |Stony, Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora