La mejor forma de conocer a un multimillonario y heredero es, sin duda, vomitando su camisa de mas de un millón de dólares.
→⨠ 𝑳𝒐𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒋𝒆𝒔 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒕𝒆𝒏𝒆𝒄𝒆𝒏, 𝒔𝒊𝒏 𝒆𝒎𝒃𝒂𝒓𝒈𝒐 𝒍𝒂 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒔𝒊. 𝑵𝒐 𝒄𝒐𝒑�...
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Después de unos cuantos intercambios de palabras entre los Alfas yo me detuve a analizar al Omega que acompañaba a Stephen.
Era rubio, ojos claros, quizás de la misma estatura, se vestía muy elegante y podía adivinar que no era Americano.
Un extranjero de buen dinero, quizás familia buena acomodada y obviamente debe tener una carrera o estudios exitosos.
¿Y yo?, yo bueno tenia un bebé de alguien quien me dejo por ser pobre.
Gracias dios, o quien quiera que esté allá arriba.
Y después estaba Steve, quien se metió en la boca del lobo al decir que mi bebé era también su bebé, y esto con el fin de molestar a Stephen.
Cuando todo terminó, Steve me llevó de vuelta a mi diminuto departamento, lo dejé pasar e inmediatamente calenté agua para su café.
- Sabes, la salida estuvo bien, deberíamos de salir más seguido.- Dijo mientras se sacaba el saco y lo dejaba en el respaldo de una silla.
- ¿Solo eso dirás?- Me gire para preguntar y que me dijera el verdadero motivo de por qué le dijo eso a Stephen.
- Em, pues no eres solo una cara fea.- Menciono con tono burlesco.
- ¡Steve!, ¿por que diablos le dijiste eso a Stephen?
- Oh bueno, tu no se lo ibas a decir, así que te ahorre eso.- Menciono tomando asiento frente a mi.- No le dirias que tenias un hijo, preferias guardarlo y evitarte problemas, ¿no?
- Eso no...
- ¿Me dirás que no es cierto, cuando en la realidad tengo toda la razón del mundo?
- Si se lo iba a decir, es solo que tú te adelantaste.- Dije algo enojado mientras le acercaba su taza de café.- Ahógate, bastardo.
- Muy amable de tu parte.
Después de que él tomara su café con veneno, Steve camino hasta el baño donde logré escuchar el agua caer.
¿Steve se creía dueño de la casa?, por lo menos me pudo haber preguntado si podía usar la ducha.
Alfa desconsiderado.
Mientras tanto yo me serví un poco de pastel que tenia en la nevera y camine hasta mi habitación a ponerme algo más cómodo.
El Alfa había dejado mucha de su ropa en mi casa y de vez en cuando me gustaba usar sus poleras que eran extremadamente grandes y de buen material, obviamente las ocupaba para dormir y después las lavaba temiendo mucho en ensuciarlas y que me cobrara por ellas.
Prácticamente yo era como su segundo ropero.
Cuando estuve listo me senté en la cama a comer mi postre y espere al susodicho.
Aunque no espere que se apareciera casi desnudo.
- ¿Dónde tienes mi ropa?- Dijo mientras entraba a mi cuarto con solo la toalla color roja alrededor de su cadera.
- ¡¿No tienes vergüenza?!- Grite mientras me tapaba los ojos. Aun era muy pronto para eso.
- Pues no, me siento muy orgulloso de lo que tengo, pero necesito mi ropa a menos que quieras que duerma desnudo.
- ¡No!, están en el primer cajón.
- ¿Te molesta que me cambie aquí?- Menciono mientras escuchaba como abría el cajón en busca de su ropa para dormir.
- ¡Si, y aun más si es frente a mi pastel!- Lo escuche reír y posteriormente salir de la habitación. Cuando no escuche nada más abrí mis ojos ¡y el desgraciado aun seguía ahí!- ¡Vete maldita sea!
- Ya, ya.
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El sonido de una alarma inundo el agradable silencio de la habitación. Me queje y golpee el pecho de mi almohada.
- Es el tuyo, apagalo.- Murmure mientras me volvía a acomodar.
- Apagalo tu, tengo flojera.- Menciono sujetándome con más fuerza desde mi cintura.
- Entonces sueltame.- Me levante con cansancio después de alejar más manos del Alfa y me estire soltando un suspiro de alivio. Mire al aparato molesto que no paraba de sonar y me estire hasta alcanzarlo.- ¿Le cuelgo?- Pregunte al ver que había un nombre.
- ¿Quién es?
- Dice Sharon Carter.
- Si.- Menciono firme para luego levantarse. Apreté el color rojo que finalizaba la llamada y se lo entregue.
Creo haber visto ese nombre, pero ahora mismo no recordaba de dónde, quizás sea una modelo, empresaria o amiga.
- Tengo que insistir en que necesitas una cama más grande, nosotros tres no caeremos aquí.
- Tu puedes irte a dormir en el sillón.
- Jr no opina igual.- Como si todo fuera suyo acerco su mano a mi vientre dándole una leve caricia.
Steve no era el padre de mi bebé, pero aun así no entiendo por qué no hay rechazo por parte de él.