XLIX

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Finalmente volvimos a nuestro departamento

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Finalmente volvimos a nuestro departamento. Steve cargaba con todas las maletas y algunas bolsas donde había comida y productos para Omegas. Yo solamente cargaba a Harley y estaba bien con eso.

Mi bebé estaba descansando plácidamente en mis brazos así que lo deje en la cama con una muralla de almohadas y a cargo de Steve mientras iba a darme una ducha.

No tomo más de quince minutos donde pude asearme y quitarme el molesto aroma que tenían los hospitales, cuando volví tuve la mejor imagen de la vida.

Ambos dormían plácidamente, Steve tenía un brazo estirado llegando a rozar levemente en brazo de Harley, que estaba de la misma forma, mientras que su mano restante estaba tocando uno de los pies de mi bebé.

En silencio fue a buscar una manta gruesa para tapar al Alfa y una más delgada para envolver a Harley. Apague la luz del cuarto, pero deje la puerta semi abierta y me fui a la sala a abrir algunos paquetes de regalos y organizarlo.

Thor y Loki habían enviado una caja de pañales para traseros sensibles y con posibilidad a escozor.

Howard y mi suegrito compraron lociones para bebés, ropa, zapatos, más pañales, una carriola, juguetes para bebés y el monitor para Harley.

Steve me compro las pastillas de hierro y calcio, una crema para áreas sensibles y otra para cicatrices.

A todos se los agradecí con mi alma y estuve muy feliz por contar con personas como ellos.

Aún era algo temprano, así que mientras ordenaba calenté un poco de agua para hacer macarrones con queso, me cerciore de haber bebido el líquido suficiente para después darle leche a Harley y tener lista su nueva muda para hacerle cambio de pañal.

Ay dios, esto de ser padres primerizos estaba siendo demasiado fácil, no sé si se deba a que Harley estaba siendo, hasta el momento, demasiado tranquilo, o simplemente estaba esperando hasta soltar la bomba para sorprenderlo.

Cual sea la razón no puedo estar mas que satisfecho y orgulloso por nosotros.

Cual sea la razón no puedo estar mas que satisfecho y orgulloso por nosotros

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- Tony~, me duele la espalda.- Se quejo el rubio entrando por la puerta y tirando su maleta al sofá.

- Eh, "hola Tony, ¿Cómo están las dos personas que más amo con mi vida?, estamos bien Steve, gracias por preguntar".- Dije de forma sarcástica mirándolo algo enojado.- Podrías entrar a la casa y saludar de forma normal, ¿sabes?, no me voy a enojar si me das un beso.

- Ow~, el esposo esta sensible.- Dijo juguetón acercándose a la cocina, sentí una de sus manos agarrar con firmeza una de mis nalgas, deposito un suave beso en mi mejilla para después terminar en mis labios.- Te compre una caja de los chocolates que te gustan, ¿estoy perdonado?

- Mm, esta bien, te hare un masaje para que te relajes.

- ¿Un masaje sensual?

- Eso dependerá de que tan temprano se duerma Harley.- Sonreí inocente.

No seas iluso, Steve, que apenas van cinco días desde que comenzó la abstinencia.

Graciosamente el Alfa logro su objetivo, después de estar con Harley y atenderlo, nuestro pequeño bebé cayó en el séptimo sueño y Steve parecía recobrar toda su energía que había perdido entre el día.

Me llevo a nuestra habitación y se deshizo de su polera. Yo me quede mirando como la fuerte espalda me tentaba y sus músculos se tensaban por el cambio de temperatura. Camine hasta el cajón donde guardaba mis productos y saque el aceite de coco que tenia.

Mire como el Alfa se acostaba boca abajo estando totalmente a mi disposición, me acerque hasta poder estar sentado en su trasero, me serciore que no estuviera incómodo y comencé a echarme aceite a las manos.

Mi primera misión fueron los anchos hombros de Steve. Daba presión en donde sentías nudos, y después bajaba por su espalda hasta sus brazos.

- Tienes los músculos tan duros, Steve~.- Susurre pasando mis manos con aceite entre ellos. Apretaba en algunas zonas sacando mas de un gemido por parte del rubio.

- ¿Sabes que más tengo duro...~?- Pregunto en el mismo tono juguetón.

- ¿Qué cosa...?- Pregunte esperando la típica respuesta picante que tendría, más esta nunca llego.- ¿Steve?- Pregunte deteniendo mis movimientos, me acerque a su rostro para comprobar que aún respiraba y solo me encontré a un gran Alfa dormido.

El pobrecito debió estar demasiado agotado y dejó que si cansancio lo consumiera.

Me baje de su espalda y, con algo de esfuerzo le quite sus pantalones y calcetines.

- Descansa Steve.- Murmure dejando un suave beso en su mejilla.

- Te amo, Tony...- Escuche decir aunque fue más como un suspiro.

- Te amo, tonto Alfa.

Y no sabes cuento.




N/A:

¿Nos acercamos al final?

¡Lo siento!, manche tu camisa |Stony, Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora