VI

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Suspiro por décima vez en menos de diez minutos

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Suspiro por décima vez en menos de diez minutos. Solo iba a ser una llamada, me tomará cinco minutos, pregunto lo que quiero y fin.

Si, muy fácil.

Exhale el aire retenido y marque su número. Desde el otro lado de la línea se escuchaban el típico sonido de espera, y deseaba que me mandara al buzón, pero no, estaba escuchando su voz.

- ¿Tony?

- Hola, Stephen.- Balbuceo.

- ¿Que sucede?, no te escucho muy bien.

- Nada...yo, ¿estás en el país?

- No, pero volveré en unas semanas, ¿por qué?

- Necesito hablar contigo.

- Esta bien, pero será cuando llegue. Te mandaré un mensaje.

- Si, está...bien.

Y colgó. ¡El maleducado no se despidió!

Mire por última vez la pantalla de mi celular antes de guardarlo en el bolsillo. Frente a mi mesa estaba todo el dinero que era destinado a mi comida y cosas personales, debía hacer algo de magia para que todo estuviera cubierto, pensado que ya no seré solo y que debía velar de igual forma de mi bebé, además de juntar el dinero para el parto y su ropa.

Si compraba las vitaminas, no podré desayunar en las próximas semanas, cosas que es malo ya que perderé el hierro necesario, y eso es el doble de malo.

Para cubrir la parte de las feromonas, Stephen había dejado por 'error' unas cuantas prendas en mi clóset, por ahora podría ponerme y dormir con esas prendas, así el bebé sentirá las de su otro padre.

¡Ja!, soy un puto genio.

Ahora, con todas las cuentas encima, lo único que debería de hacer es buscar empleo, y creo que vi un letrero de 'se necesita empleado', en un restaurante de comida asiática. Podría intentar de ir allí y probar suerte.

Tome mis cosas y las eche a un bolso que tenía, salí del departamento y caminé hasta el sitio.

Por fuera no era muy grande, no estaba pensado que estuvieran muchas personas ya que mayormente hacían ventas a domicilio, aún así creo que tenía mucha fama.

Entre y busque a alguien.

- ¿Si?, ¿qué se te ofrece?- Pregunto un chico de estatura normal, cabellos negro y unas gafas en sus ojos.

- Estoy buscando al gerente, vengo por el puesto que requieren.

- Tienes suerte, soy yo. Bruce Banner.- Estiro su mano y la acepte.

- Un gusto, Tony Stark.

- ¿Tienes experiencia como mesero?- Pregunto de la nada mientras tenía una libreta color amarilla y un bolígrafo.

- Bueno, cuando tenía quince años trabajé en una cafetería de lo mismo.

- Eso podría servir. En vista de que posees la experiencia creo que el puesto te será útil, bienvenido.

Oh, ¿así de fácil?

- Muchas gracias, ¿cuándo empiezo?

- El lunes a primera hora. Los domingos están cerrado y los sábados trabajamos hasta medio día, así que será mejor que te prepares para esa semana.- Menciono con una sonrisa.

- Oh, claro ningún problema, muchas gracias.- Antes de poder irme, él me dio unos cuantos papeles, estos eran los nombres de sus platillos, me pidió que los mirara de vez en cuando para no tener problemas con las órdenes.

Me despedí de él y salí.

Eso fue muy fácil y conveniente, el local estaba cerca de mi casa, en una zona transitada y, además, el horario era de una forma tenebrosa, muy flexible.

Ahora iba a comprar vegetales, aunque no me guste el sabor de la espinaca y las demás, no significa que no deba comerlas.

Aunque espero no vomitarlas.

Estaba en el pasillo de las verduras, escogiendo cual no se veía tan asquerosa, cuando escucho una molesta voz muy cerca.

- No me molestes, Jeff, soy lo suficientemente grande como para saber cuánto dulce puedo comer.

- Joven amo, recuerde que su padre pidió verdura fresca, no dulces.

- ¡Esta bien!, pero quiero una malteada cuando llegue.

Dios, parece un  niño grande.

Salí del pasillo antes de encontrarme con el rubio. Solo quería llegar a casa y comer algo, moria de hambre.

- ¡Eh!, Feo vomiton.

Diablos.

¡Lo siento!, manche tu camisa |Stony, Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora