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1º de Septiembre de 1971

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1º de Septiembre de 1971.

Eris y James se despedían de sus padres en la estación nueve y tres cuartos, mientras que Euphemia Potter estrujaba a su hijo entre sus brazos,  Fleamont le deseaba suerte a su hija pequeña, que simplemente le respondió con una pequeña sonrisa. Euphemia se giró hacia su hija cuando soltó a James, la abrazó sin tanta emoción, un poco seca a lo mejor, pero a Eris no le importó en absoluto, no es como si tuvieran la mejor relación, Fleamont hizo con su hijo lo mismo que con su hija, y después se despideron de ellos con la mano, mientras ambos hermanos se alejaban

Los dos hermanos entraron en el tren, y mientras que Eris se fue hacia la derecha, James tomó el camino izquierdo, sin mirar atrás en ningún momento. Cualquiera diría que eran dos desconocidos.

Eris entró en un vagón vacío, y se sentó al lado de la venta, sacó a su gata Alya y la sentó en su regazo, acaricándola suavemente. Su abuela se la había regalado ese verano cuando recibió su carta de Hogwarts, afirmando que necesitaría compañía en aquel castillo alejado del mundo.

Escuchó como dos golpes tocaban en la puerta del vagón, una chica pelirroja se asomó con una tímida sonrisa, tenía pecas y los ojos verdes. Eris era un poco tímida, por lo que solo se quedó mirándola, a la espera de que dijera algo.

- No hay vagones libres, ¿nos podríamos sentar aquí? - preguntó con amabilidad.

- Claro - contestó Eris.

En ese momento notó al chico que venía junto a ella, tenía el pelo negro, igual que sus ojos, que casi le cubría la cara. Tenía el semblante serio, y entró después de la amable chica. Sentándose a su lado, dejando a Eris aislada. No habló al entrar, y tampoco cuando la vió sentada, pero estaba bien, Eris tampoco quería decir nada

- Soy Lily Evans - se presentó alegre - y él es mi mejor amigo, Severus Snape.

- Eris Potter - contestó tranquila.

Después de aquella presentación, se podía decir que se hicieron amigos, la amabilidad con la que Lily la trataba la hizo sentirse cómoda a su lado, cosa que agradeció eternamente, Severus era callado, por esa misma razón le cayó bien, a penas intervino en la conversación, en realidad Eris tampoco había intervenido mucho, principalmente había sido Lily la que había empujado a los dos a hablar.

Al salir del tren, un semi-gigante, llamado Hagrid, les indicó como llegarían al castillo, y los tres subieron a una de las barcas, junto con un niño más. Eris buscó a su hermano, y lo vio reír con tres chicos, sin siquiera pararse a buscarla en ningún momento. Tampoco fue una gran sorpresa para ella.

Lily se mantuvo a su lado todo el tiempo, igual que Severus, la pelirroja de ojos verdes siempre la ayudaba a tranquilizarse, y le sonreía con ilusión, incluso era contagiosa de alguna manera. Era sorprendente que ella viniera de una familia de muggles y estuviera tan tranquila mientras que Eris había vivido toda su vida en el mundo mágico, solo sintiera nervios. Entraron al Gran Comedor, notó que a sus espaldas estaba su hermano junto a sus nuevos amigos, supuso, ya que parecían no querer alejarse los unos de los otros. Y aún teniéndola justo al lado, no le dijo nada.

El sombrero seleccionador cantó, como sus padres le había explicado que hacía todos los años, y justo después la profesora McGonagall, jefa de la casa Gryffindor y subdirectora, empezó a llamar a los alumnos nuevo, uno por uno. 

- Sirius Orion Black - nombró la profesora.

Eris vio al chico pasar a su lado, y su curiosidad le hizo girar la cabeza hasta su hermano, que le sonreía a su nuevo amigo. Acabó en Gryffindor, sorprendiendo a todos en el Gran Comedor, debido a que la familia Black es conocida por tener a todos sus miembros en Slytherin, además de ser una orgullosa familia de magos de sangre pura.

- Lilian Evans - dijo la profesora.

Lily le dio un apretón a la mano de su nueva amiga, y sonrió a su mejor amigo, antes de moverse en dirección al sombrero. Pasó un tiempo hasta que el sombrero la pudo colocar en la casa de los leones, que estalló en aplausos

- Remus John Lupin - habló la profesora.

Otro de los amigos de su hermano, un chico pálido y con el cabello castaño, que se fue con una sonrisa a la casa de los leones, sentándose con Black que estaba un poco alejado del resto de integrantes de su casa.

- Peter Pettigrew - volvió a hablar McGonagall

Al parecer su hermano congenió con todos los Gryffindor, porque también fue enviado a la casa dorada y roja. Era un chico regordete y con el pelo castaño claro.

- James Charlus Potter - llamó la profesora.

Los nervios se apoderaron de Eris, deseaba que su hermano quedara en Gryffindor, porque era su sueño desde pequeño, bueno, había sido el sueño de ambos por un tiempo, y aunque su relación no era la mejor, ella siempre esperaba que todo le saliera bien. Y así fue, porque la mesa de los leones lo recibió con un aplauso enorme, y en ese momento, James buscó involuntariamente los ojos de su hermana, que le sonrieron con alegría, que él le devolvió sin siquiera pensar

- Eris Celina Potter - habló la profesora.

Todos los ojos se posaron en la pelirroja, que subió las escaleras sin mirar a nadie en ningún momento, McGonagall le puso el sombrero, y ella se sorprendió al escuharlo, incluso sabiendo que eso pasaría.

- Eris, significa caos - dijo en su cabeza, aunque ella se mantuvo firme, sin mostrarse para nada sorprendida - ese poder tuyo puede acabar destruyéndote, pero confío en que gracias a tu perseverancia y tu astucia te salve de ese trágico final, eres orgullosa y ambiciosa, te deseo mucha suerte, Eris Potter - le comentó a ella, para después gritar el nombre de su casa - ¡Slytherin!

Eris dejó el sombrero en el taburete, saliendo de allí hacia su mesa con todos mirándola, notó unos ojos fijos en ella, y no le hacía falta girarse para saber quien era, tampoco necesitaba ver de nuevo su mirada de decepción, pero las palabras del sombrero la habían dejado pensando, ni siquiera siguió prestando atención a la ceremonia, tenía la mente puesta en esas palabras, y no salieron de ella, hasta que alguien se sentó a su lado.

Severus Snape le dedicó una pequeña sonrisa, que ella le devolvió, al menos no estaría ella sola y era un alivio, porque presentía que las cosas no saldrían muy bien, al igual que para Snape, saber que ya conocía a una persona dentro de su casa. Podía seguir notando la mirada decepcionada de su hermano en su nuca, estaba cansada de ignorarlo por lo que se giró en su dirección, James le hizo un gesto desaprobatorio con la cabeza, algo que no le sentó muy bien a nuestra Eris, que en respuesta cambió sus ojos de color, dejando a su hermano con una expresión de horror, como siempre, y se giró para volver al banquete, que pasó comiendo y hablando con Severus

Chaos || S.BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora