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Cuando Eris entró en su habitación se encontró con un Regulus Black durmiendo en su cama, Eris decidió que lo dejaría dormir mientras ella se arreglaba, se duchó, se arregló el pelo con sus poderes, adoraba poder controlarlos de esa manera, su maq...

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Cuando Eris entró en su habitación se encontró con un Regulus Black durmiendo en su cama, Eris decidió que lo dejaría dormir mientras ella se arreglaba, se duchó, se arregló el pelo con sus poderes, adoraba poder controlarlos de esa manera, su maquillajé fue sutil, quería darle protagonismo al precioso vestido que Walburga Black le había enviado, los tonos de negro, gris y blanco se mezclaban en el vestido de tirantes que se ceñía a su pecho, la señora Black la había informado de que ella misma había mandado a confeccionarlo a su modista de París, igual que el traje de Regulus y Sirius.

-Estas impresionante - le dijo Regulus cuando se despertó.

-Solo me falta ponerme algunos accesorios y los zapatos, así que date prisa.

Regulus obedeció, y mientras que Eris elegía que collar, pulsera y anillos se pondría, se preparó, ambos iban bien perfumados y listos para el baile, al bajar se encontraron con Severus Snape, leyendo en la sala común. Eris se acercó para preguntarle por decimooctava vez si no quería ir al baile, y Severus le volvió a contetsar que no. Por una parte era entendible, iba a ir con Lily y ahora decía que no tenía nada que lo obligara a ir a ese estúpido baile.

Eris llegó del brazo de Regulus hasta la puerta del Gran Comedor, allí pudo ver a cuatro parejas, Marlene McKinnon y Sirius Black, Lily Evans y Remus Lupin, Mary McDonald y James Potter, Aurora Bonavich y Peter Petigrew. Se acercó a ellos, por las chicas y porque quería ver a Sirius, en realidad al único con el que no quería hablar era con su hermano.

James se quedó mirando como su hermana se acercaba sonriente a donde estaban Sirius y Remus hablando, hacía tiempo que le había estado dando vueltas al tema de su hermana melliza, desde que la había vuelto a ver sonreír como antes, la echaba de menos.

-Canuto, deja de babear como un perro - bromeó Remus.

-Hola, chicos - saludó Eris con una sonrisa.

-No puedes acercarte a mi - fue lo primero que salió de la boca de Sirius - me va a dar un infarto estando cerca tuya si estás tan increíble y tu hermano no me quita el ojo de encima.

Eris y Remus rieron y Regulus rodó los ojos para después llamar exagerado a su hermano mayor, afirmando que Eris no era para tanto, llevándose un manotazo en el brazo por parte de su mejor amiga.

-Controla a tu novia, Sirius - protestó después.

- Lo dices como si eso fuera una posibilidad - rió Sirius - No he visto nunca a Eris acatar una orden.

Eris se quedó pensando en la palabra novia, porque realmente no habían hablado de ello, pero Sirius no se lo había negado tampoco, Remus a su lado empezó a hablar con ella al ver como Regulus y Sirius empezaban a tirarse pullas entre ellos.

Las puertas del Gran Comedor se abrieron y cada uno fue dentro, sentándose en mesas diferentes pero no muy alejadas, los merodeadores ocupaban una mesa entera, mientras que Eris y Regulus fueron acompañados por otros chicos de su curso de Slytherin, como Evan Rosier o Barty Crouch Jr, aunque Eris reconocía que preferiría haberse sentado en la otra mesa aunque estuviera su hermano, al menos allí se escuchaban risas.

La comida fue espectacular, digna del día de Navidad, y después empezó a sonar música, aunque nadie se levantó para bailar.

-Esto es un baile, ¿por qué no estan bailando? - preguntó la profesora McGonagall al ver como todos los alumnos seguían sentados en su sitio.

-No sabemos bailar esto, Minnie - dijo James desde su sitio.

La profesora McGonagall puso cara de horror, los niños de hoy en día no sabían nada, antes solía enseñarse en todas las casa, un buen baile en Navidad.

-Señor Black - ambos hermanos miraron a la profesora - Señores Black - se restrificó - Sé que saben bailarlo, saquen a bailar a su pareja y el resto sigánlos.

-Mi hermano no baila, Minnie - contestó Sirius divertido.

-Pues baile usted, Black - le ordenó la profesora.

Todos sabían que Sirius no tenía vergüenza a la hora de ponerse delante del retso de personas, claro que sabía bailar, su madre se había asegurado, además de que las cenas en casa de la familia Black con todas las familias de magos respetables según su madre, era un tema muy comentado en el mundo mágico, pero Marlene era mestiza, y nunca había presenciado un baile así, como muchos alumnos del colegio.

Sirius no tardó en dirigir su mano a cierta pelirroja, todas las miradas concentradas en ella. Eris había bailado cientos de veces en el salón de los Black cuando Walburga insistió en que debía saber bailar decentemente para ser una dama, tal y como había dicho Sirius, Regulus se negaba a bailar por mucho que supiera, por lo que había estado horas practicando con Sirius bajo la atenta mirada de la señora Black, ni todos los alumnos de Hogwarts mirándola la ponían tan nerviosa como Walburga Black la había puesto cuando practicaban.

Albus Dumbledore mandó volver a tocar desde el principio la melodia, ya que no tenía letra, cuando ambos chicos se movieron al centro de la pista, ambos se complementaban perfectamente, no tardaron en empezar a unirse a ellos, pero eso no disminuía las miradas, ya que muy pocos se sabían los pasos y los que se los sabían no eran mucho de bailar.

Sirius y Eris no pararon de mirarse a los ojos en cada giro, en cada roce de manos, y James Potter desde lo lejos observaba a su mejor amigo caer rendido ante su hermana, la sonrisa que se formaba al mirarla era incomparable con cualquier otra que hubiera visto, cuando se fijó un poco más en su hermana no vio la superioridad con la que lo veía siempre, ni desprecio, solo reflejaban felicidad y emoción, como una niña pequeña, como su hermana pequeña, la que creía haber perdido hace años por culpa de sus poderes, la que se alejó de él para centrarse en sus poderes, o eso pensaba el chico.

-Je t'aime - gesticuló Sirius cuando terminó la canción, besándole la mano

Eris sintió como su pecho se inundaba de emoción, bailar con Sirius se había sentido como la protagonista de los libros que leía, se había sentido en el lugar correcto en todo momento, no existía nada más a su alrededor y aunque fue a responder a Sirius este ya se había alejado en busca de sus amigos

Eris se acercó a su mejor amigo que la miraba riéndose, ya que toda la escuela había presenciado su baile con Sirius, y no tardarían en estar comentando cada paso que habían dado de la mano.

-Muy buen espectáculo - le dijo divertido - ¿Es la confirmación de vuestra relación?

-Solo ha sido un baile - contetsó Eris - Además tu madre no esperaría menos de nosotros.

Eris recordaba cada baile con Sirius y aunque en su momento le cansara ahora miraba atrás con una sonrisa, y repetía en su cabeza cada pisotón que le había dado a Sirius, queriendo y sin querer, cada vez que se chocaron al girar y cada vez que se habían caído al suelo.

-Creo que va a haber otro espectáculo - dijo por lo bajo Regulus.

Eris lo miró confundida hasta que un toque en su hombro la hace darse la vuelta y encontrarse con unos ojos marrones mirándola con una pequeña sonrisa.

-¿Podemos hablar, Eris?

Chaos || S.BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora