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Eris acompañó a Lily hasta donde se encontraban Marlene McKinnon y Mary McDonalls, sabía que Lily y ellas eran amigas, pero nunca había coincidido con ellas

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Eris acompañó a Lily hasta donde se encontraban Marlene McKinnon y Mary McDonalls, sabía que Lily y ellas eran amigas, pero nunca había coincidido con ellas. Le daba pena tener que alejarse de Lily cuando estaba así de triste, pero no tenía posibilidad de librarse del castigo de McGonagall.

-Hola, chicas - saludó una sonriente y alegre Marlene.

-Que bien coincidir contigo, por fin, Eris - le comentó Mary - Lily habla muchísimo de ti.

Eris asintió con una pequeña sonrisa excusándose con que tenía que irse y se despidió de Lily, avisándola de que si necesitaba algo que la buscara. Tras esa primera intervención en la vida de Eris con esas chicas se fue sola hacia el despacho de McGonagall.

Al llegar encontró a Sirius apoyado en la pared completamente despreocupado, en cualquier otro momento Eris se hubiera acercado a él para esperar junto a él, pero después de lo ocurrido, no en clase, sino con Severus, le molestaba estar con él. No entendía la necesidad que habían tenido de ir a molestarlo, y que eso hubiera desencadenado el fin de su amistad con Lily por ahora, Eris de verdad esperaba que solo se quedara en un enfado.

-¿No te piensas acercar? - le dijo Sirius al ver que se quedaba esperando a una distancia considerable

-¿Me vas a levantar por los aires? - atacó Eris.

-Venga ya, Eris - se quejó Sirius - No ha sido para tanto, peor ha sido como ha llamado a Evans.

-La gente dice cosas enfadada que no piensa en realidad, Sirius - explicó Eris.

- La gente enfadada dice lo que piensa realmente - defendió su postura Sirius - Y yo no sé como puedes juntarte con gente que tiene esos prejuicios.

Eris estuvo a punto de hablar cuando McGonagall salió y les explicó en que consistía su castigo, Eris realmente estaba harta del proyecto cooperativo, prefería mil veces que la hubieran puesto a limpiar que la encerraran en esos momentos con Sirius en un aula para limen sus asperezas, como había dicho McGonagall exactamente, hasta a la profesora le pareció ridículo esa opción.

Eris se sentó en una mesa y Sirius en la de su lado, cuando la profesora cerró la puerta, deseó que se hubiera quedado allí con ellos, Sirius estaba haciendo lo imposible por llamar la atención de Eris, y Eris lo imposible por ignorarla, porque es muy difícil concentrarte en un libro de historia de la magia cuando tenia a Sirius cantando a su lado y pasándole las páginas del libro.

-¿Cómo está Evans? - preguntó cuando se cansó de cantar.

-Bien - respondió seca Eris.

Sirius se acercó a su cara para examinarla desde todos los ángulos posibles, esperando que dijera algo más, Eris resopló y lo apartó con la mano, cerró con fuerza el libro de historia de la magia y se giró hacia el chico de ojos grises que ahora tenía una sonrisa al contar con toda la atención de la pelirroja.

- La he dejado con sus amigas de Gryffindor - especificó un poco más Eris.

-¿Con Marlene y Mary ? - preguntó Sirius, a lo que ella solo asintió.

Sirius empezó a hablar por los codos después de eso, hablando sobre ellas, de como Marlene era increíble en el Quiddicht y de como Mary era mucho más divertida de lo que parece pero solo cuando la conoces.

-Eris - la llamó cuando terminó de hablar sobre sus amigas - ¿Por qué te juntas con Snape?

Probablemente todos piensen que lo dijo con asco y repugnancia, pero realmente Sirius estaba serio, le interesaba de verdad como era posible que Eris, la Eris que él conocía, divertida, guapa, contestona, inteligente y un montón de adjetivos que en esos momentos no se le ocurrían, pudiera ser amiga de él, lo veía tan aburrido, alguien que realmente no le aportaba nada a Eris.

-Severus es muy buen amigo, Sirius, me ha acompañado en todos estos años casi tanto como tu hermano, es cierto que no es una persona que demuestre gran cosa al resto, pero cuando ha notado algún cambio en mi, ha venido corriendo a saber como estaba y apoyado, es una persona sobria, pero se preocupa por los que quiere.

-Es odioso, Eris - le comentó.

- Vosotros también sois odiosos, con vuestras bromas pesadas, que muchas veces pasan el límite de lo gracioso aunque vosotros no lo veaís.

-¿Piensas que soy odioso? - preguntó dolido

A Sirius no le había gustado que Eris dijera que le parece odioso, le hubiera dado igual si viniera de cualquier otra persona, pero lo que pensara Eris de él le afectaba mucho más.

-Pienso que hay veces que sobrepasas la línea de gracioso y pasas a ser odioso, y debes tener mucho cuidado con eso.

Sirius se quedó todo el día pensando en eso, incluso cuando salieron del castigo y sus amigos estaban allí para recibirlo, James empezó a preguntarle como había aguantado la pesadilla de estar encerrado con su hermana, a la cual ignoró, acción recíproca por parte de Eris que se fue en busca de sus amigos.

Eris entró en la sala común y se fue directa al cuarto de sus amigos, no tocó a la puerta y entró directamente, sus dos amigos estaban cada uno centrados en sus cosas, Regulus leyendo un libro que había cogido de la colección de Eris y Severus con su libro de pociones.

Al verla Severus casi sale huyendo de la habitación, le daba miedo verla con esa cara de decepción.

-¿Has hablado con ella? - le preguntó directa.

-No - contestó Severus mirandola - cuando lo intenté ya estaba James Potter suplicándole perdón que ella aceptó.

- ¿Se puede saber en que momento en tu vocabulario se ha incorpordo ese insulto, Sev? - le dijo enfadada Eris.

Ella nunca lo había usado y en su presencia ninguno de sus amigos la había dicho jamás, a las únicas personas que se lo escuchaba era a los señores Black y algunos idiotas de Slytherin, pero es que idiotas había en todos lados.

-Se ha juntado con Barty Crouch Jr - comentó Regulus sin despegar la mirada de su libro.

Eris miró a Severus impresionada, todos en el curso sabían que Crouch se estaba dejando influenciar de más por las ideas de la pureza de sangre, incluso se había comentado que estaba perdiendo la cabeza, la mismísima Eris había hablado con él varias veces y tal como lo hizo decidió alejarse de ello.

- No m puedes prohibir hablar con nadie - le acusó Severus.

- Pero sí te puedo dar mi opinión - expusó ella .

- No quiero tu opinión - dijo a la defensiva Severus

Eris no quería que se pusiera a la defensiva, pero es que no entendía la necesidad de meterse en ese terreno, eran unos críos todavía como para pensar en esos temas, aún más si se ponían del lado clasista y dictador.

Tras esa contestación, Regulus levantó la vista del libro, sorprendido, ya que parecía que Severus pretendía quedarse sin sus dos amigas en un solo día, pero sabía que Eris no lo abandonaría, no cuando pensara que podía seguir ayudándolo y aconsejándolo, no mientras pensara que lo podía salvar.

- Te darás cuenta tú solo, Severus - finalizó Eris.

-¿No te vas a ir , verdad?  - le preguntó con la voz baja.

-No me voy a ir, Severus, te lo prometo.

Eris se sentó con él y agarró su mano antes de darle una sonrisa, Regulus se levantó de su cama para meterse en medio de sus amigos.

-Que bonita es la amistad - dijo como un niño pequeño - pero sois unos empalagosos - volvió a su voz habitual.


Chaos || S.BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora