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Eris llegó a su casa la noche antes de partir a Hogwarts, estaba agotada del viaje, sus padres la saludaron como si la hubieran visto los tres meses de verano seguidos, ni James ni Sirius estaban allí, habían salido a dar una vuelta, por lo que Er...

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Eris llegó a su casa la noche antes de partir a Hogwarts, estaba agotada del viaje, sus padres la saludaron como si la hubieran visto los tres meses de verano seguidos, ni James ni Sirius estaban allí, habían salido a dar una vuelta, por lo que Eris subió a su habitación para deshacer sus maletas y rehacerlas en el baúl para Hogwarts. Al abrir la puerta todo estaba tal y como lo dejó, excepto las sábanas que ahora eran de un colo rojizo anaranjado, además de que toda la habitación estaba impregnada del perfume de Sirius, era fuerte y se te quedaba en las fosas nasales, escuchó dos toquecitos en la puerta y se giró con una mirada de reproche, Sirius estaba apoyado en el marco de la puerta con una sonrisa divertida.

- Reconoce que ese color es mucho más bonito - comentó.

Sirius había crecido bastante ese verano, además de que estaba mucho más fuerte que la última vez que lo vio, su pelo estaba más largo, lo que provocó que se le ondulara. Eris se quedó mirándolo, dándole un repaso a su cambio, estaba segura de que él no era consciente del cambio que había dado, o a lo mejor sí, y eso significaría tener a un Sirius Black mucho más engreído de lo que ya era. Eris también había cambiado, su pelo también estaba más largo, casi que pos su cintura, sus brazos y piernas tonificados por el ejercicio en la playa, por lo que Eris no fue la única que se quedó mirando.

-Reconozco que no tienes ni idea de estilo - sentenció Eris, cruzándose de brazos.

-Por tu culpa tengo que volver a dormir con James - dijo adentrándose en la habitación, cada vez más cerca de ella - Le huelen los pies y ronca.

-Pues que te aproveche - respondió seca - Ni pienses que te voy a dejar dormir conmigo

Sirius sonrió divertido, había extrañado a Eris, lo primero que había hecho al entrar en la casa es subir a verla, mientras que James fue a ducharse.

-Ni que quisiera compartir cama contigo - dijo con una mueca de asco.

Eris estaba a punto de contestar, molesta por la insinuación, lista para decirle que perfecto que cogiera la puerta de una vez y dejara de molestar cuando su hermano vino en busca de su amigo. Eris pensó que llevaba tres meses fuera y ni siquiera se había molestado en ir a saludarla.

-¿Quienes van a compartir cama? - preguntó

-Tu hermana y yo - le respondió Sirius con una sonrisa.

James se puso un poco nervioso por esa respuesta, no sabía que contestar , solo esperaba que no fuera cierto, realmente no habían tenido situaciones relacionadas con chicas hasta este verano, que Sirius y él habían empezado a salir y relacionarse con chicas de otra forma, pero no le quedaba muy claro que eso incluyera a su hermana.

-En tus mejore sueños, Black 

Eris empujó a Sirius fuera de su habitación con una mano colocada en su pecho, comprobando que su vista no la había engañado y Sirius si estaba más tonificado, Sirius se dejó facilmente, sin dejar de sonreírle a Eris con sorna, como si le estuviera encantando la situación.

Esa misma noche Sirius sí que soñó con Eris, nunca se lo contaría a James, y Eris nunca confesaría que le gustó quedarse dormida en las sábanas con el olor de Sirius impregnado.

Al día siguiente, James y Sirius se reunieron con Remus y Peter en la estación, se abrazaron y saludaron como si llevaran meses sin verse cuando la realidad es que la semana anterior habían estado juntos.

Eris se acercó a Remus en el camino por la estación hacia el tren, le preguntó por su verano y él contestó con una lista de libros nuevo que tenía para recomendarle, Eris le había traído un regalo a Remus de su viaje, una colección de chocolatinas específicas de todos los sitios que había visitado, dentro de una caja pintada por ella que Remus tomó con ilusión.

Se separó de los cuatro chicos despidiéndose solo de Remus y buscó a sus tres amigos por el tren, los encontró en uno de los último vagones.

Al abrir las puertas, una emocionada Lily Evans se avalanzó sobre ella, casi tirándola al suelo, haciendo reír a Eris, realmente había extrañado a su mejor amiga.

Eris intercambió papeles con Lily y se abalanzó euforicamente a los brazos de Regulus Black, que la recibió con una sonrisa, al último que saludó fue a Sevrus Snape, con un sonoro beso en la mejilla.

-Nuestra chica paradisiaca ha llegado - anunció Lily.

-Al lado de tu bronceado parezco enfermo - bromeó Regulus - Pero no más que Severus 

Eris se rió de su comentario, que provocó que una grajea impactara en la cabeza de Regulus, parecía un inicio perfecto de curso, todos de buen humor y riendo.

Eris se pasó el vaije hablando de su viaje, y después de todos estos años, se había decidido por contarle a sus amigos acerca de sus poderes, se los mostró con ilusión y fueron recibidos de la misma manera, por lo que pudo pasar a comentar con ellos todo lo que había aprendido, incluso a enseñarles algunas cosas.

-Por fin podré dejar las clases con Minnie - dijo feliz, porque por mucho que adorara a su profesora sentía que esas clases ya no servían de nada.

-¿Minnie? - dijo Severus divertido 

- Sigues siendo la melliza de James Potter aunque lo intentes ocultar - la molestó Lily divertida

Tras eso, Regulus insistió en que su madre tenía que saber de ellos, que la señora Black se quedaría más que fascinada y Eris se sorprendió por ello, esperaba que sí, esperaba que tuviera la reacción que le hubiera gustado tener de su madre, porque realmente sentía a Walburga Black lo más cercano a una madre.

Eris nunca olvidaría esa viaje a Hogwarts, se había reído tanto, había visto las caras de emoción y orgullo de sus amigos al hablar de sus poderes, todo estaba bien, estaba perfecto.


Chaos || S.BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora