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Eris llegó a su habitación y se tumbó en la cama, ahogó un pequeño grito de frustración contra la almohada, y se giró quedando mirando el techo

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Eris llegó a su habitación y se tumbó en la cama, ahogó un pequeño grito de frustración contra la almohada, y se giró quedando mirando el techo.

- ¿Por qué? - preguntó al aire.

Justo en ese momento, Alya se tumba en su pecho, y Eris la acaricia con cariño sacándole una pequeña sonrisa a la pelirroja, su pequeña gatita siempre estaba ahí con ella.

- Me han castigado, Alya - empezó a hablarle - Sirius es un idiota que no tiene porque hablar por mi, pero yo debería de haberlo ignorado después de la primera vez, pero con él es imposible quedarme callada, hacía tiempo que Sirius no me sacaba de mis casillas.

Durante todo ese tiempo, Eris no había dejado de acariciar a su gata que ronroneaba en su pecho y Eris le importaba poco parecer una loca.

- Tengo otra noticia, van a hacer un baile de Navidad - le comentó a su gata.

- Pareces una loca - dijo alguien entrando en su habitación.

Eris se fijó en Regulusque estaba en el marco de la puerta mirándola divertido, y Eris le saco la lengua y siguió acariciando a Alya. Regulus entró como si se tratara de su propia habitación y se sentó en el borde la cama mirando a la loca de su amiga. Nadie veía esta parte de Eris, solo ellos, la parte en la que no se callaba nunca, porque a Eris le encantaba reír y bromear con sus amigos.

- Ya me han contado que estas castigada por culpa de don celoso - dijo con una sonrisa.

-Sirius no estaba celoso- le contestó Eris.

-¿Se te han olvidado las lentillas o siempre eres así de ciega ? - bromeó su mejor amigo - Conozco a mi hermano de sobra, Celina.

A Regulus le gustaba llamar a Eris por su segundo nombre, y Eris lo odiaba, hoy su amigo se había despertado graciosillo y ella no tenía ganas de aguantar estupidez de otro Black.

-Sirius y yo solo somos ... - se quedó pensando

No podía llamarlo amigo, estaba segura de que Sirius no era su amigo, tampoco era un simple compañero, porque no sentía que esa definición fuera la adecuada.

-Novios - completó Regulus.

- Que pesado eres con ese temita - respondió Eris

Mientras ambos comentaban este tema en la habitación de la pelirroja y esta le contaba como se había sentido ultimamente con el mayor de los Black, algo que no había verbalizado hasta ahora. Mientras Lily y Sverus se encontraban debajo del árbol que había al lado del Lago Negro, siempre se solían poner allí y estaban esperando a que vinieran sus amigos.

-Hola Evans - dijo James con una sonrisa - Hola, Quejicus, ¿te has lavado el pelo o lo que brilla es la grasa? - lo molestó.

-Callate, Potter - le dijo Lily cansada de la misma situación de siempre.

James se calló, pero en su lugar levantó a Severus por los aires, con Sirius apoyando la broma a su lado,  los libros de Severus cayeron al suelo , y su cabeza quedó boca abajo, algunos alumnos se habían acercado y le reían la broma a James

-James, bajalo - le ordenó Lily - James, no tiene gracia 

Eris llegó junto a Regulus encontrándose esa escena, no tardó mucho en darle un manotazo en la varita a su hermano, que lo bajó automáticamente después, mientras Eris discutía con James sobre lo imbécil que era y la poca gracia que tenían sus bromas y James le contestaba que era una aguafiestas y que lo dejara en paz, Lily Evans se acercó para ayudar a Severus a levantarse, recibiendo una mala contestación que dejó a todos a su alrededor mudos.

-No necesito la ayuda de una sangre sucia - las palabras rebotaron en los oídos de todos.

Eris se giró sorprendida hacia su amigo, no tenía sentido esa contestación, estaba segura de que Lily se estaba aguantando las lágrimas. James salió en su defensa, pero se llevó toda la ira de Lily, gritándole que no era más que un inmaduro y un arrogante para después irse de allí practicamente corriendo.

Eris no tardó mucho en seguirla, aunque todavía se encontraba un poco confundida por lo que acababa de pasar, Severus adoraba a Lily, no entendía a que había venido arremeter contra ella, la pobre estaría sintiéndose fatal. Últimamente ese tema era batante controversial, cada vez más se iban dando cuenta de que una guerra se aproximaba, habían empezado a morir nacidos de muggles, y el ministerio juraba que tenían la situación controlada cuando no era así, por lo que sacar a relucir ese insulto por parte de Severus había sido caer muy bajo.

-No lo entiendo - le dijo Lily entre lágrimas cuando llegaron a un pequeño rincón - Esa manera tan repugnante de despreciar a los nacidos de muggles, he estado siempre para él, lo he apoyado y defendido siempre y así es como me lo paga, era mi mejor amigo.

-Ha sido un idiota, Lils - la apoyó Eris 

-No quiero volver a hablar con él, ni acercarme a él, nada que tenga que ver con él.

Eris creyó que era un poco radical, pero igualmente no dijo nada, ya que si esa era su decisión la respetaba, además se puso en su lugar, como se sintiria ella si le dijeran que no merecía tener magia solo por nacer con unos padres muggles, ni que ella lo hubiera pedido, simplemente había nacido así. 

-Si eso es lo que quieres está bien - le aseguró Eris.

-Tú nunca me despreciarias por nacer así ¿verdad? - se replanteó Lily.

-Nunca - le prometió Eris - igual que tú no lo hiciste conmigo 

Lily sonrió en su dirección, secándose sus lágrimas, Eris la abrazó hasta que se calmó y después cambió de tema con la intención de hacerla olvidar el incidente anterior, no le gustaba ver así a Lily, que le había regalado dulzura y felicidad todos esos años, así que ahora no podía hacer otra cosa que intentar devolverselo. Eris la felicitó por como había puesto a James en su lugar, y Lily se rió, ambas pasaron el tiempo criticando a James hasta que fue la hora de Eris de ir a su castigo

Chaos || S.BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora