Tal y como había dicho Eris, acompañó a Severus Snape por los pasillos de Hogwarts hasta el despacho del director, una vez allí Severus contó todo lo ocurrido, a Eris le hervía la sangre de rabia por dos motivos, como hablaba Severus de Remus y la idea tan estupida de Sirius, no entendía que necesidad había de hacer algo así, menos aún con un secreto tan íntimo de Remus.
Albus Dumbledore no era del agrado de Eris, pero dio las gracias de que hiciera a Severus entrar ne razón y prometer que no contaría nada a nadie sobre el secreto de Lupin, estaba realmente preocupada por el futuro de su amigo, Eris se despidió de Severus en el pasillo, con un seco buenas noches, ya que había odiado su actitud de todo el día en general, y más aún en ese momento, se fue hacia la enfermería, pidiéndole a Madame Pomfrey si podía darle algo para dormir ya que era incapaz de pegar ojo con todo lo que estaba ocurriendo.
La enfermera le dio una poción que calmaría sus nervios, y la mandó de vuelta a su habitación, Eris iba pensando en el por qué Sirius había puesto en peligro a su amigo y la vida de un estudiante de Hogwarts, no tenía conciencia de las consecuencias que llegaban a tener sus actos en el resto de personas, estab realmente molesta con él, pero al llegar a la entrada de su sala común lo encontró sentado en el suelo, con los ojos hinchados y rojos y una expresión de absoluta tristeza y remordimiento. Sus ojos se llenaron de sorpresa al verla ahí de pie.
Eris abrió sus brazos para él, que no tardo en aceptarlos, lo coló en la sala común y en su habitación con un cuidado impresionante, en otro momento hubiera dejado a Sirius pasmado pero en ese momento nada le quitaba de la mente lo que había hecho.
-Eris, soy una persona horrible - le dijo una vez en la habitación de la pelirroja.
Eris lo había arropado por los hombros con una manta y lo había sentado en su cama, mientras ella se ponía de cuclillas para poder ver bien su cara, estaba destrozado, las lágrimas caían de forma silenciosa por sus mejillas, sorbía su nariz cada dos por tres, a pesar de que Eris había dejado pañuelos a su lado.
-Y ni siquiera puedo decirte lo que ha pasado.
-Ya lo sé, Sirius - afirmó Eris.
Sirius lo miró confundido, seguro que Severus ya se lo había contado a la mitad de Hogwarts y la primera habría sido Eris, ese chico estaba deseando darle una buena excusa para que se alejara de él, y tendría toda la razón de hacerlo, más aún después de poner en peligro a uno de sus mejores amigos.
-El secreto de Remus esta a salvo, Severus no va a contar nada, Dumbledore se lo ha hecho jurar- aseguró Eris, intentando reconfortarlo.
-Le ha faltado tiempo para contártelo a ti.
-Hace años que lo sé, Sirius, antes incluso que vosotros - confesó Eris - Y estoy muy decepcionada de que hayas llegado a ese extremo por una broma, sé que Severus puede ser muy cansino a veces, pero esto podría haber llegado a una tragedia.
-Una vez me dijiste que debía tener cuidado con sobrepasar la línea de gracioso y no lo tuve en cuenta, ahora lo he arruinado todo, James me odia, Remus aún más, no me sorprendería que tu me alejaras también.
-No me voy a alejar de ti, Sirius - aseguró limpiando sus mejillas - Pero tampoco te voy a mentir, no me esperaba esto.
-Me siento fatal, soy un pésimo amigo, cuando ellos siempre han estado ayudándome y yo la he fastidiado, ahora me odiaran igual que lo hizo mi familia, todo porque no supe cuando parar.
El agobio que sentía Sirius en el pecho se empezó a notar en su respiración, Eris solo le agarró las manos e intentó ayudarlo a respirar, le cedió la poción que Madame Pomfrey le había dado, ambos se tumbaron en la cama, Eris calmaba a Sirius con caricias en el pelo y susurrándole que todo se acabaría arreglando, aunque ella no estaba segura de si Remus sería capaz de perdonarlo por algo así.
A la mañana siguiente Eris dejó a Sirius allí, lo avisó de que iba a ir a la enfermería a hablar con Remus, Sirisu estuvo a punto de ir con ella, pero lo convenció de que le dejara su espacio a Remus, así que abandonó la habitación y puso rumbo a la enfermería.
Llevaba como siempre un montón de chocolates para Remus, esta vez había muchos más, cuando entró en la enfermería, tres chicos se giraron a verla, su hermano miró a Remus asustado, estaba claro que Eris lo sabía y eso había sido Severus Snape difundiéndolo por ahí a primera hora de la mañana.
-Buenos días - dijo con una pequeña sonrisa.
Remus tenía un vendaje lleno de sangre en el costado, estaba segura de que se le había abierto y era una herida bastante profunda, nunca antes le había visto una herida tan mala. Dejó la bolsa con chocolate a un lado y se sentó a sus pies.
-Severus ya te lo ha contado - afirmó enfadado Remus.
-Solo a mi, Remus, no he dejado que llegue a nadie más, te lo prometo.
Remus la miró con desconfianza, no la creía , estaba esperando que sus cosas aparecieran en la enfermería y lo mandaran a casa, pero Eris ya sabía que nada de eso iba a pasar.
-Me he asegurado personalmente, Remus - volvió a insistir
-¿Solo tú? - preguntó con la voz a punto de romperse.
Eris asintió, agarró su mano y dejó pequeñas caricias en ella, ambos habían hablado varias veces en como se sentían con sus peculiaridades, y se habían abierto mucho con ese tema, ya que parecían entenderse mucho mejor que con cualquier otra persona, por mucho que Remus le dijera a sus amigos que se sentía un monstruo, todos le decían que no era cierto, mientras que Eris asentía en su dirección, sintiéndose de la misma manera, compartían inseguridades y miedos que nadie llegaba a comprender desde el momento en que ella lo descubrió.
-Eris, es muy importante que no se lo digas a nadie - le dijo James.
-Ella lo sabía desde hace años - confesó Remus - antes que vosotros.
-Pues fue una suerte que Severus te lo contara a ti primero - comentó Peter, mientras se comía una de las chocolatinas que Eris había traído para Remus.
-O se lo puede haber dicho Sirius - dejó caer con rabia Remus.
-Los dos
Remus la miró con enfado, no quería que viniera a pedirle perdón en su lugar, en esos momentos no soportaba a Sirius Black, su mínima mención hacía que le hirviera la sangre, no comprendía como su mejor amigo había sido tan egoísta, pensando solo en una estúpida broma, y había puesto en riesgo a un compañero, Remus no quería ser el culpable de un asesinato, ni de convertir a nadie en hombre lobo, no quería arruinarle la vida a nadie, ni a Severus.
-No me mires así - le reprochó Eris - no te voy a pedir que lo perdones, ni que hables con él si no quieres, mucho menos que hagas como si no ha pasado nada, y tampoco te voy a decir como se siente porque eso os corresponde a vosotros.
James se sorprendió al saber que la primera persona a la que Sirius había acudido fuera Eris, no sabía que tenían una relación tan cercana, se preguntaba donde estaba en esos momentos.
-Déjame que te cure esa herida - le dijo Eris, queriendo cambiar de tema.
Eris lo había hecho múltiples veces, Madame Pomfrey le había dado permiso, y Remus también, desde que aprendió a cerrar heridas con sus poderes, pasaba mucho tiempo ayudando a Pomfrey en la enfermería.
-Puedes estar tranquilo, Remus, no voy a permitir que salgas de Hogwarts - aseguró con una sonrisa - Eres mi protegido.
Remus le agradeció antes de que se fuera, Eris siempre había sido muy comprensiva con él, y le había hecho estar de buen humor un rato, hasta que recordó lo que había pasado de nuevo.
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Chaos || S.Black
FanfictionEris significa caos, y ella personifica esa palabra a la perfección. Eris Potter vive rodeada del caos, y solo una persona es lo suficientemente valiente para adentrarse en él para salvarla