11

5.1K 550 44
                                    

Eris se despertó tarde, como ya se le estaba haciendo costumbre, se movió hasta la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras sin desayunar, porque iba ya lo bastante tarde como para encima pararse a desayunar, ya después se pondría morada de comer...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Eris se despertó tarde, como ya se le estaba haciendo costumbre, se movió hasta la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras sin desayunar, porque iba ya lo bastante tarde como para encima pararse a desayunar, ya después se pondría morada de comer a la hora del almuerzo.

Al llegar, en lugar de encontrarse con su profesor habitual, se encontró con el director Dumbledore al frente de la clase, este le sonrió y le hizo un gesto para que entrara.

Eris se colocó en su sitio al lado de Sirius, que por debajo de la mesa le pasó una pequeña porción de pastel de calabaza.

- Tienes que dejar de saltarte los desayunos - le susurró al oído.

- Es que me he ... - intentó explicarle.

- Quedado dormida - completó por ella, sonriendo divertido.

-Déjame terminar mis frases, imbécil - le contestó, a lo que él solo soltó una pequeña risa.

Después de su pequeña charla, Eris se empezó a comer el pastel de una manera bastante disimulada, mientras escuchaba el por qué Dumbledore se encontraba allí. 

Le había pedido a su profesor coger la hora de Defensa para poder hacer una pequeña prueba de duelo con nosotros, para ello iban a quitar de en medio todos los pupitres, algo no muy difícil porque el director lo hizo con un solo movimiento de su varita, todos se quedaron de pie, mientras que el profesor daba instrucciones de como se debía hacer.

Algunos alumnos pasaron con sus parejas, y Dumbledore se veía bastante orgulloso de todos, unos mejores que otros pero la verdad es que no había ninguno que fuera realmente mal, al bajar de la plataforma que habían puesto en medio de la clase la última pareja, Dumbledore pidió voluntarios como las veces anteriores.

Sirius agarró la muñeca de Eris y levantó sus manos unidas, por mucho que Eris tirará de ella para bajarla, Sirius tenía más fuerza que ella.

- Me alegra su entusiasmo, señor Black - le dijo el director con su calma habitual - ¿preferiría trabajar con el señor Lupin, en lugar de con su compañera actual? Una pequeña excepción.

Sirius miró confundido a Eris, tenía el ceño fruncido, no entendía porqué si ambos habían levantado la mano, lo quería cambiar de pareja, pero Eris al ver que Sirius no contestaba, habló por él.

- Sirius estará encantado de batirse en duelo con Remus, director - le dijo Eris 

Sirius la soltó y subió junto a un, también, extrañado Remus, pero ambos se batieron en duelo, uno muy interesante confesó Eris para si misma, se encontró mirando con atención cada uno de los pasos que daban los dos, algo que no había hecho con los anteriores, en los que se había entretenido con Sirius comentando cada cosa que pasaba en la clase, y ella se limitaba a mirarlo con cansancio sin decir nada. Terminaron, con la victoria de Sirius, que le sonrió a su amigo y después anduvo con aires victorioso hasta su compañera, sonriéndole orgulloso.

- Suba, por favor, señorita Potter - le dijo Dumbledore

Eris fue la que se confundió ahora, no había pedido por voluntarios como las veces anteriores, pero aún así subió con la cabeza alta, esperando a que el director le buscara un contrincante.

- Puede dejarle la varita a su compañero - pareció una sugerencia, pero era más una orden.

Los ojos de Eris miraron a los de su director casi a modo de advertencia, como si les gritara que no la dejara hacer eso, pero se giró hacia Sirius y le tendió la varita, que él agarró confundido, antes de que ella volviera a su lugar, la agarró de la muñeca para mirarla a los ojos, no sabía que pasaba pero Eris no estaba bien y Eris le devolvió la mirada más fría que le había dado nunca, aunque realmente a Sirius no le molestó, no mientras le pudiera asegurar que estaba bien, y no lo hizo.

- Espero que no le moleste que me elija a mi mismo como su contrincante - le dijo con voz calmada el director.

Eris se tensó por completo, y no dijo nada, su mirada era un témpano de hielo hacia cualquiera en esos momentos, no quería hacerlo, y el profesor no le dejaba más remedio.

El primero en atacar fue Dumbledore, ella se apartó hacia un lado con agilidad y rapidez, volvió a atacar e hizo lo mismo hacia su derecha, pasó así casi cuatro ataques, en los que ella simplemente se movía para evitar que le dieran, había practicado con McGonagall, pero no sabía si estaba preparada para hacerlo delante de toda su clase. Llegó un momento en el que no pudo esquivarlo, sus manos se cruzaron delante de ella a manera de escudo, y sin pensarlo sus dedos dejaron salir aquellas luz morada tan peculiar, desviando el hechizo de su director, que le sonrió desde la otra punta de la plataforma que los mantenía más elevados que al resto de la clase.

La clase entera se quedó muda, dejaron los cuchicheos de porque no le había dejado utilizar la varita, y de por qué el mismísimo Albus Dumbledore quería batirse en duelo con una alumna de quinto año.

Los ojos de Eris se abrieron, mostrando el morado que había remplazado el azul, se cansó de esquivar, y atacó, dando un paso hacia delante, el profesor lo esquivó con su varita, y ahora era ella quien no paraba de atacar, el profesor sorprendido de su rapidez alguna vez se quedó un poco parado, pero lo hacía volver mucho más fuerte, y Eris se estaba cansando de esa situación, de las miradas en ella, de toda la clase muda sin nada que decir, por lo que cruzó los brazos por delante de ella, y los descruzó con fuerza hacia sus lados, ni siquiera lo había pensado, lo había hecho de manera involuntaria

El aula en la que estaban había desaparecido, se encontraban en un campo, el profesor Dumbledore se confundió y al mirar al frente en lugar de ver a su alumna, vio a una chica rubia, de piel blanca y ojos azules, la sorpresa lo dejó pasmado al encontrase a su hermana frente a él, Ariana Dumbledore.

Volvió a la realidad, a sus alumnos, a su aula, y tenía a Eris enfrente de él, sus ojos morados lo miraban amenazantes, y sus dedos jugaban con la energía morada alrededor de ellos, ni siquiera se había dado cuenta de que el profesor había bajado su varita.

- Lo siento - le susurró.

Eris volvió sus ojos a la normalidad, y bajó su brazo, mirando al director seria, con un poco de culpa por haber utilizado algo tan personal en su contra, pero juraba que lo había hecho de forma automática.

- Veo que ya puedes controlar la mente - le dijo calmado

- Era una ilusión, no control mental - corrigió ella.

- Me alegra ver que sabes utilizar tus poderes - le contestó él.

- Perdóneme por lo de antes, no debí utilizar algo así - se disculpó ella.

- Ha sido muy astuto por su parte, señorita Potter - dijo dándole una sonrisa - Puede retirarse si esta cansada, o si gusta.

Eris no se lo pensó dos veces, veía todas las miradas puestas en ella, nadie más había podido ver la ilusión, solo el director y ella. Se giró y anduvo con la cabeza alta y paso firme, bajó de la tarima y se giró hacia la puerta, un movimiento de sus manos hizo que se abriera y salió de allí con todos juzgándola con la mirada

Volvió a sentirse rechazada por todos, el mismo sentimiento que sintió cuando se lo mostró a James, y se sintió frustrada de no poder ignorar esas miradas, llenando sus ojos de lágrimas

Chaos || S.BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora