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Sirius la siguió a la parte de atrás, y la vio tomar varias bocanadas de aire mientras andaba de una punta a otra  a paso rápido, pero no se acercó, estaba allí plantado contemplando, sin saber muy bien que hacer

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Sirius la siguió a la parte de atrás, y la vio tomar varias bocanadas de aire mientras andaba de una punta a otra  a paso rápido, pero no se acercó, estaba allí plantado contemplando, sin saber muy bien que hacer.

-Sirius - dijo Eris un poco aliviada.

Pero al ver como su novio daba un paso hacia atrás el poco alivio que había sentido se había esfumado de nuevo, el dolor que tenía en su pecho se había incrementado, no podía creer que los ojos que un día la miraron con amor ahora la miraran con miedo, ella no quería eso, solo quería hacer todo lo posible por salvar a su abuela. Al notar la reacción de Sirius, se le escapó una pequeña risa, Sirius creyó que realmente se había vuelto completamente loca, pero Eris no sabía como más reaccionar, no sabía que hacer.

-Me tienes miedo - afirmó, aunque muy en el fondo no quisiera creerlo.

-¿Qué te ha pasado en las manos? ¿Magia negra, Eris? ¿De verdad? - le dijo un poco molesto.

Sirius sentía que cada paso que Eris daba la acercaba más a los ideales de la familia Black y lo alejaban más de él, sería una excelente mortífaga pensó Sirius, puesto que la magia oscura era algo que caracterizaba mucho a ese bando, no entendía como había llegado a ese extremo.

-¿Cómo has podido hacerme esto, Eris? - le dijo indignado

Eris era la que estaba realmente indignada, ella es la que estaba perdiendo a la persona que más quería, a su única familia, y además parecía que su novio, la persona de la que estaba enamorada, que debería consolarla, le estaba dando la espalda.

-Ahora entiendo porque mi madre me dio el anillo, eres igual que ella, mismo ideales  clasistas, mismas metodologías para conseguir cualquier cosa que quieras sin importar el coste, puedes quedártelo, porque yo no lo quiero, no pienso volver a esa familia, te quedará bien el apellido Black, Eris, pero me niego a ser yo quien te lo de.

Sirius se fue de allí, dejando la caja con el anillo de la familia Black tirado en el suelo del jardín, tal como salió, fue Euphemia Potter la que salió al patio, su hija estaba sola riéndose, no sabía muy bien en que momento se había visto envuelta en todo eso, se reía de lo desgraciada que se sentía, de las palabras de Sirius retumbando en su cabeza, no podía creer que realmente todo eso estuviera pasando en un mismo instante.

-He escuchado que Sirius te ha dejado, al fin se ha dado cuenta de que merece mucho más que una chica trastornada con problemas de control, lo que ha ocurrido hoy solo me da una vez más la razón del peligro que supones para todos los que se encuentran a tu alrededor

-No te metas en mi vida, Euphemia. - le contestó de malas maneras.

-Debí haber tenido mano más dura contigo, niña - le dijo despectivamente - A lo mejor hubieras recapacitado y dejado de lado todas esas tonterías.

-Eres una mala madre, Euphemia Potter, eres insufrible, solo buscas herirme, a lo mejor porque te sientes inferior, y lo entiendo, tu magia deja mucho que desear de una bruja tan corriente - las palabras de Eris salieron con rabia y odio contenido durante años

Sirius Black no se había marchado del todo, se había quedado a escuchar las palabras de Euphemia, aunque hubiera dejado a Eris, sabía como podían afectarle las palabras de Euphemia, lo sabía muy bien, pero las palabras que salieron de su boca, la forma en la que las pronunció, con su postura perfecta y su mentón bien arriba, solo le hiceron recordar a su madre, a las crueles frivolidades que le decía, no se esperó la reacción de Euphemia, nunca se hubiera esperado de ella tomar parte de un castigo tan cruel y tan característico de su boca, lo que le sorprendió aún  más fue como Eris simplemente hizo una mueca cuando la maldición imperdonable cruccio impactó en ella, cuando él había gritado de dolor, ella simplemente hizo una simple mueca. Se arrepintió en esos momentos de haber dudado durante meses, de sus palabras, no era su madre, era una niña que no sabía como reaccionar antes los abusos de su madre, igual que él, con la única diferencia que la respuesta de Sirius fue la rebeldía y la de Eris la complaciencia, querer hacer todo para que otros se sintieran orgullosos de ella. Quiso correr hacia ella y protegerla, pero era tarde, Regulus Black había entrado a la sala justo para escuchar la última frase de Euphemia.

-Hazme un favor y no vuelvas a molestar a esta familia, tu abuela ya esta suficientemente disgustada contigo.

Euphemia Potter salió de allí, y aunque las palabras de Sirius le habían sacado una extraña risa de incredulidad, las últimas de su madre la había roto por dentro, ¿de verdad había decepcionado a la única persona que siempre confió en ella? ¿realmente había llegado a ese punto? ¿ni siquiera su abuela la quería ya? Regulus Black le pegó un empujón a su hermano y  llegó justo a tiempo para agarrarla mientras lloraba descontroladamente, Regulus nunca había escuchado un llanto tan angustioso, ni tampoco había presenciado nunca lo que era un dolor emocional tan intenso y desgarrador.

Eris solo volvió a la realidad tras escuchar un porrazo en el interior de la casa, acudió corriendo solo para ver como su abuela se había desplomado en el suelo, no se atrevió a acercarse de más, había suficientes personas a su alrededor, atendiéndola, personas que no la iban a herir. La subieron a su habitación y James fue quien se quedó con ella, dejando a la casa entera sumida en un terrible silencio incómodo y tenso, nadie sabía lo que iba a pasar y la incertidumbre no hacía más que carcomerla por dentro.

Dos toques en la puerta de su habitación hicieron que saliera de los brazos de Regulus Black.

-Se ha despertado, y solo quiere verte a ti.

Eris se movió con miedo hacia el cuarto de su abuela, y se esperaba una mirada llena de miedo como la de Sirius, o una llena de desprecio como la de su madre, pero solo encontró una cálida bienvenida que la sorprendió.

-Ven y sientate conmigo, cariño.

Eris obedeció y se sentó en el borde de la cama sin saber muy bien como reaccionar, llevaba muchas emociones encima el día de hoy, ya ni siquiera sabía como debía de sentirse, aliviada de que su abuela este bien, apenada porque Sirius le había dejado muy claro que practicamente la odia tanto como a su madre, enfadada con Euphemia o adolorida por la maldición imperdonable que había penetrado en todas las células de su cuerpo. Eran tantas emociones que no sabía muy bien que hacer.

-Dime que ha ocurrido, ¿cuando se ha ensombrecido tanto esa preciosa mirada? - el tono dulce que acompañaba a su sonrisa hicieron que los ojos de Eris se aguaran.

-¿No me odias? - preguntó confusa - ¿No estas decepcionada? 

-¿Odiarte, cariño? ¿Por hacer todo lo que estaba en tu mano para salvarme? No, para nada - le aseguró - pero quiero que seas feliz, Eris, y ese tipo de magia no conduce a la felicidad, solo al caos y a la locura, yo he vivido mucho, me he sentido muy feliz y amada, y quiero lo mismo para ti, nunca podría odiarte.

-No puedo seguir adelante sin ti - confesó Eris con las lágrimas corriendo por sus mejillas.

-Podrás, estoy segura 

Su abuela poco después se durmió, y Eris se quedó allí sin querer soltarle la mano, poco después entró su hermano que se sentó a su lado, y fue la misma Eris la que dejó un espacio entre ambos, alejándose poco a poco tras recordar su reacción en la cena.

Esa misma noche, la abuela Potter murió, Eris lo supo cuando dejó de sentir el pulso en su muñeca, y solo abandonó la habitación sin decir nada, James no necesitó nada más que ese gesto para saber que su abuela ya no los acompañaba más, llenándolo de tristeza.

El cielo acompañó a Eris Potter en su tristeza, ensombreciéndose, las gotas de lluvia se confundían con sus lágrimas, su corazón se encontraba roto en la parte de atrás de un lugar que antes solo había guardado momentos felices que se veían opacados por esa noche, el primer relámpago cayó volviendo el cielo de un morado intenso y enmudeciendo el grito de desesperación que dejó salir Eris

Chaos || S.BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora