Una noche había pasado, una noche llena de relampagos y tormenta, marcada por la perdida y el dolor, esa misma tarde se celebró el funeral, acudieron amigos de la familia Potter a darle el pésame, nadie vio a Eris durante ese día, nadie escuchó ni un sollozo al pasar por la puerta de su habitación, la puerta no se abrió ni siquiera tras las suplicas de Regulus.
A media noche el chirrido de las visagras se escuchó, todos estaban en sus respectivas habitaciones, y el sonido retumbó entre el silencio. Eris bajó las escaleras lentamente, salió al jardín, la lluvia empapaba su ropa, su pelo y se confundían con sus lágrimas, el silencio era completamente aterrador, una lápida al lado de un gran abeto, en verano su sombra caería sobre la lápida, estaba rodeada de flores, pero ninguna de ellas las favoritas de su abuela.
Eleanor Potter, amada esposa, madre y abuela (1913 -1976)
Esas palabras impactaron directamente en Eris, se había ido, realmente ya no estaba con ella, su pulso se había desvanecido en sus propias manos. Eris se agachó, quedando a la altura de esa fecha que resonaba en su cabeza, 1976, 1976, 1976, 1976, 1976. Las ipomeas que había recogido en el camino cayeron de sus manos, mientras su mente estaba en otro lugar. Se encontraba sola, con el corazón vacio tras lo sucedido, su única compañía había sido la lluvia y su gata, se miraba al espejo y ya no se reconocía, de un momento a otro, la Eris que conocía había desaparecido tras el último suspiro de su abuela.
Alya apareció a su lado, maullando, Eris aseguraba que sentía el mismo dolor que ella estaba sintiendo, de ahí su maullido que se acercaba a los sollozos que había soltado Eris la noche anterior, pero junto al amanecer se habían acallado, como todos los sentimientos que la habían abrumado, el alba se había llevado todo de ella, dejando a un fantsma de lo que fue.
En un pestañeo se encuentra en otro lugar, el jardín y la tumba habían desaparecido sus ojos azules, visualizan un bosque oscuro, rodeada de árboles gigantes. Es de noche y las estrellas brillan con más intensidad de lo que lo habían hecho nunca. Ya no hay ninguna tormenta a su alrededor
Eris anda con tranquilidad entre ellos, no sabe por qué, pero algo dentro de ella le dice exactamente a donde tiene que ir, nota que anda descalza por la hierba húmeda, lleva un camisón blanco que necesita agarrar para no tropezarse con él, puede ver un reflejo de su pelo pelirrojo, extrañada con toda la situación, porque ella no tiene ni idea de como ha llegado ahí.
Llega hasta un lago, entre toda esa oscuridad de la noche, el agua se ve brillante y deslumbrante, llamando su atención más que nada alrededor, es como si algo la empujara hacia dentro, ya que no duda ni un momento en seguir andando, metiéndose poco a poco en el agua, no es hasta que el agua le llega hasta las rodillas que para al escuchar un grito.
- Sirius - susurra ella, mirando hacia todos lados en su búsqueda.
Los nervios empiezan a llenarla al no encontrarlo por ningún lado, su entorno se empieza a llenar de voces conocidas, pero no consigue saber de donde proceden, escucha a James y a Regulus, vuelve a escuchar a Sirius, le parece escuchar la voz de Lily, eso es una locura ya que Lily no se encontraba allí, aún así intenta buscarlos por todos lados con la mirada, dando vueltas de un lado a otro, sin llegar a localizarlos y de un momento a otro, los gritos y voces cesan.
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Chaos || S.Black
FanfictionEris significa caos, y ella personifica esa palabra a la perfección. Eris Potter vive rodeada del caos, y solo una persona es lo suficientemente valiente para adentrarse en él para salvarla