9/10 PARA EL FINAL
-Camila-
— ¡¿Qué?! —Las palabras salen de mi boca en un chillido agudo y ahogado. La máscara de oxígeno se empaña con mi respiración cálida y eso me ahoga un poco más.
Jamás imaginé que algo que era tan natural como lo es respirar, fuera a resultar tan difícil ahora. El médico dice que pasará eventualmente, cuando mi pulmón sane por completo; sin embargo, no puedo evitar sentirme desesperada por mi falta de aliento.
Dinah tiene la vista clavada en sus manos, las cuales están posadas sobre la cama de hospital donde estoy postrada. No responde. Ni siquiera se digna a mirarme, y eso me frustra en demasía.
—Dinah —sueno más severa de lo que pretendo—, mírame a los ojos y repite lo que acabas de decir.
Sus ojos se cierran con fuerza antes de obligarse a alzar la vista y encararme.
—Chris me besó —su voz suena más ronca que nunca. Sus ojos están llenos de lágrimas no derramadas, y luce más allá de lo horrorizada.
Mis cejas se alzan con incredulidad mientras trato de procesar la información. El silencio se extiende entre nosotras un largo rato, antes de que yo hable—: ¿Lo besaste de vuelta?
Sus manos cubren su cara y gime, con frustración.
—Si… —masculla.
De nuevo viene el silencio.
—Dinah… —ella no responde, así que continúo—: ¿Sientes algo por Chris Jauregui?
— ¿Qué clase de monstruo soy? —Evade mi pregunta con otra. Las lágrimas surcan sus mejillas, y su voz tiembla—, hace un poco más de un año que falleció Halsey y yo ya estoy besándome con el hermano de su mejor amiga, ¿qué clase de hija de puta soy?
Su mano cubre su boca y reprime un sollozo.
—Dinah, no puedes hacerte esto —digo, con suavidad. Trato de alcanzar su mano; pero el estúpido catéter en la mía apenas me deja estirarme un poco. Ella nota lo que trato de hacer, y llega a mí con rapidez—. No puedes vivir aferrada al recuerdo de Halsey.
—Era el amor de mi vida —solloza.
—Y nunca va a dejar de serlo… —la aliento—. Salir con alguien más, no hará que te olvides de ella. Halsey siempre va a ser parte de ti pero, quieras o no, debes continuar. No puedes cerrarte a la posibilidad de ser feliz con otra persona… Ella lo habría querido así.
—Se siente tan incorrecto… —trata de limpiar sus lágrimas, pero estas no dejan de salir—. Y todos los días me digo a mí misma que voy a detener lo que sea que está pasando entre Chris y yo; pero entonces lo veo, y todos mis planes se van al caño. No puedo alejarlo. No quiero que se aleje…, y al mismo tiempo, deseo con todas mis fuerzas que se vaya para así no tener qué decidir entre el recuerdo de la persona a la que más he amado, y el hombre que me centra.
—Es que no tienes que elegir —digo—. Chris jamás va a ponerte a elegir entre él y Halsey, porque sabe quién fue en tu vida —ella asiente, incapaz de hablar—. Halsey siempre va a ser una pieza fundamental en tu historia y, sea quien sea la persona con la que vayas a compartir tu vida, va a tener que aceptarlo.
Dinah abre la boca para decir algo, pero en ese momento, la puerta de la habitación se abre con brusquedad. Chris Jauregui aparece en el umbral y, en el instante en el que ve a Dinah, se congela de inmediato. No hay que ser un genio para notar que no han hablado de ese beso y de las consecuencias que va a traerles.
