En la oscuridad de la noche, en la cubierta del Perla negra, una pareja se daba cariño. El Capitán Jack Sparrow y Anastasia Randall se llenaban de besos y caricias, después de un ajetreado día.
Para muchos llevar a una mujer a bordo de una nave era de muy mala suerte, pero para Sparrow, era peor no llevar a ninguna mujer. Anteriormente en su barco, solo dos mujeres habían navegado: Ana María, aquella hermosa morena que estaba bajo su mando y que sin decir absolutamente nada, un día abandonó su puesto; después de ella, había sido Elizabeth, aunque con ella, podría decirse que sí se aplicaba esa vieja superstición. Con su sola presencia, había desatado in infierno dentro de Jack y lo había condenado de por vida.
Con Anastasia, estaba dispuesto a no volver a pasar por lo mismo. Pero no podía dejar de aprovechar los momentos como ese, que últimamente se presentaban muy seguido, aunque duraban muy poco. Jack deseaba poder tener más privacidad dentro del Perla, para poder cortejar mejor a la damisela, pero se conformaba con los besos apasionados y las caricias que ella le brindaba. Presionando sus labios contra los de ella, sujetando su estrecha cintura y besando su delicado cuello.
Pero la pareja no estaba sola. En el nido de cuervo, se encontraba el joven Tobey Read, que estaba haciendo guardia cuando escuchó las risas y mormullos de Jack y Anastasia. Y sintió unos celos enormes al verlos tan cercanos.
A la mañana siguiente, Anastasia despertó con los primeros rayos del sol. Había dormido tan plácidamente que ni el viejo colchón de la cama le hizo pasar mala noche. Había soñado con nuevamente con Jack; él la esperaba en el altar de una catedral, y ella iba acercándose a él vestida de novia. Todos los que estaban presentes los miraban felices. El padre les preguntaba si se aceptaban como marido y mujer y ambos respondieron que sí. Y el sueño acababa cuando salían de la iglesia y los invitados les arrojaban pétalos de flores.
Su sueño la había conmovido tanto que no paraba de pensar en él. Sonrojaba sus mejillas y la mantenía distraída de todo, hasta del mismo Jack que, extrañado observaba la mirada boba y perdida de la chica.
Sin embargo, Jack solo pensaba en otra mujer. Una que también tenía cabellos dorados como rayos de sol, y que sus ojos en lugar de ser azules como el cielo, eran oscuros como las profundidades del océano. El Capitán del Perla Negra había soñado otra vez con Elizabeth, con aquel beso que, pese a los años, aún podía saborear y seguía causando un hormigueo e los labios. Aunque ambos habían acordado que lo suyo jamás habría funcionado, muy en el fondo él creía que sí. Ambos eran iguales. Hechos el uno para el otro, pero por desgracia, Turner se le había adelantado. Posiblemente con ella, sí se habría atrevido a cumplir el más grande deseo de su padre el Capitán Teague Sparrow: sentar por fin cabeza y darle un nieto o una nieta.
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Cold Heart
FanfictionEl Capitán Jack Sparrow va tras un misterioso y gran tesoro que está lleno de secretos, misterios y leyendas. Se dice que, todos aquellos que fueron en su búsqueda, jamás volvieron. La única pista que el pirata tiene es Anastasia, una joven que casi...