El Capitán Jack Sparrow va tras un misterioso y gran tesoro que está lleno de secretos, misterios y leyendas. Se dice que, todos aquellos que fueron en su búsqueda, jamás volvieron. La única pista que el pirata tiene es Anastasia, una joven que casi...
–Caballeros –los llamó el Capitán y toda la tripulación estuvo atenta a él; durante muchos días habían esperado ese momento y la incertidumbre estaba a punto de disiparse para por fin saber cuál era la aventura que les esperaba –. Sé que se preguntan la razón por la que viajamos a las Antillas –continuo mientras miraba los rostros de sus hombres –... La razón es la siguiente. Hay un barco. Su nombre es "El Monarca", y en él se transporta algo muy valioso...
–¿Joyas? –interrumpió Scrum.
–¿Dinero? –Murtogg cuestionó.
–¡No interrumpan al capitán! –gritó Pintel a sus compañeros.
–Por el momento esa información la conservaré para mí y se las compartiré hasta que lo crea oportuno. –aclaró.
–¿No será otra de tus tretas? –inquirió Marty, el enano.
–Les aseguro, que en cuanto tengamos aquello que buscamos, la recompensa para todos será abundante. –prometió.
–¡Mentiras! –gritó el loro de Cotton –¡Mentiras!
–¡Maldito pajarraco! –murmuró Sparrow.
–Tal vez si nos contaras más. –explicó Mullroy.
–Nos encontramos cerca de nuestro primer destino. Atacaremos la nave, los desarmaremos, tomamos lo que buscamos y si encontramos algo más, también nos lo quedamos. ¿Savvy?
–¿Es suficiente? –les preguntó Gibbs, que estaba parado junto a su jefe.
Los chicos asistieron conformes. Con Jack de capitán, eso era incluso más que suficiente. Sabían que no le iban a sacar más información. Todos menos uno. El más nuevo en el barco.
–¡Ya oyeron al Capitán! ¡Todos a sus labores! –lo siguió Gibbs, que fue a asegurarse de que todos hicieran caso.
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–¿Eso fue todo? –preguntó Read a Marty, mientras ambos estaban en la cocina, ayudando a pelar papas para el estofado de la cena. Se encontraban sentados a la mesa, rodeados de ollas y sartenes. Habían sido enviados ahí después de la reunión con el Capitán.
–No. Hay más papas en la bodega. –respondió su compañero.
–¡No! Me refiero a lo que dijo el Capitán el día de hoy.
–¿Sobre el barco que buscamos?
El chico rubio asintió.
–Sí. Eso fue todo.
–¿Y es suficiente para ustedes?
–En todos los años que llevo a su servicio, el Capitán Jack nunca nos ha dado mucha información sobre lo que hacemos. Y todos confiamos en él... Bueno a veces. Pero no nos queda se otra. –dijo mientras le quitaba la cáscara a una patata.
