—"Cierra los ojos y te contaré los secretos que esconde el horizonte. Y por todo el ancho mar yo te guiaré. Solo sigue mi voz donde termina el Norte" —murmuraba Anastasia Randall aquella canción que era su favorita, la que su padre le había enseñado muchos años atrás —Escucha mi canción y busca el viento frío. Libera mi corazón o quédate conmigo".
—¿Qué cantas? —le preguntó Tobey mientras se aproximaba a ella.
—Solo es una vieja canción. —La joven Randall le respondió y enseguida de eso sonrió irónicamente al escucharlo; el muchacho le había traído recuerdos del momento en que André Harker le había cuestionado lo mismo.
—¿Qué sucede? —volvió a interrogarla al advertir las muecas que ella hacía.
—Hace unos días —dijo —, cuando estaba en la otra nave, alguien me preguntó lo mismo.
El rostro de Anastasia cambio nuevamente, esta vez a uno lleno de tristeza. Aún era muy pronto para olvidar las muertes de André y su padre. Al sentir deseos de llorar, pretendió dejar a Tobey para volver al camarote, pero recordó que Jack estaba ahí dormido. Entonces se detuvo y aguantó el llanto, apretando los puños y los ojos.
—¿Estás bien? —siguió el joven con el interrogatorio. Al ver su comportamiento tan extrañó se había preocupado por ella. Se acercó y la sostuvo de los brazos, mirándola a los ojos. Pero en ese momento la chica bajó los ojos al suelo y un enorme esfuerzo por responder.
—Sí. Gracias. —sonrió falsamente y se separó de él, volviéndose a acomodar en la baranda del barco.
El sol ya no seguía en lo más alto del cielo, pero sí le faltaba mucho para que llegara el atardecer.
Después de pasar un rato conociendo a los tripulantes del Perla Negra, la rubia se había apartado de todos, y se perdió mirando el horizonte, preguntándose qué tan lejos estaba de su casa y de su tía. Y sobre todo en qué parte del océano habían terminado los restos de su padre y de su prometido. Se sentía mal porque no se había podido despedir de ellos. Ni siquiera se había dado el tiempo de hacer por ellos una plegaria. En esos instantes se consideraba una mala hija y si además una pésima cristiana. De haber estado en Santa Lucía, de estar su tía Lizabetha con ella, ya hubieran ofrecido misas en la catedral, y rezar novenarios, y llevar el luto como era debido. Pero estaba ahí, en medio de la nada, sin hacer nada de lo que se acostumbraba cuando alguien moría.
—¿Anastasia? —interrumpió sus pensamientos el pirata rubio.
—¿Sí?
—Cuando dijiste "la otra nave" ¿Te refieres a la de Charles Vane?
El solo escuchar ese nombre le causaba a la rubia malestar en el estómago. Desde el día que su vida se había cruzado con la de ese pirata, no dejaba de tener pesadillas con él.
—No -contestó —. Hablo del barco en donde viajaba con mi padre. >>¡Padre!<< -por último pensó. Las ganas de llorar se hicieron más fuertes al igual que la culpa. Si ella hubiera aceptado casarse con André sin pedir nada a cambio. Si un hubiera hecho ese berrinche. Si no le hubiera suplicado a su padre que le permitiera acompañarlo, ella estaría en ese momento en Santa Lucía, con Lizabetha y André y su papá seguirían con vida.
También se reprochó el no poder contenerse lo suficiente, haciendo un berrinche al acordarse nuevamente de que el camarote estaba ocupado.
—¿En verdad te sientes bien? Te ves extraña. —Tobey insistió.
—¡Qué si lo estoy! —contestó en tono alto y molesto. Arrepintiéndose por ello después.
Read guardó silencio y se apartó unos pasos de ella. Se sintió mal, pensando en que tal vez era su presencia la que lo incomodaba.
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Cold Heart
FanfictionEl Capitán Jack Sparrow va tras un misterioso y gran tesoro que está lleno de secretos, misterios y leyendas. Se dice que, todos aquellos que fueron en su búsqueda, jamás volvieron. La única pista que el pirata tiene es Anastasia, una joven que casi...