El infame Capitán Jack Sparrow contaba una por una las monedas de oro y las apilaba en pequeñas torres de diez piezas sobre su escritorio, tomando apuntes y haciendo sus cálculos en un diario.
Había obtenido quinientas cincuenta monedas por la mercancía vendida. Y en su barco había un total de cincuenta y tres hombres, sin contarlos a Gibbs y a él. Según sus cuentas, le tocaba a cada uno la cantidad de seis monedas, dejándolo a él con una jugosa ganancia de doscientas treinta y dos monedas de oro brillante. Pero de esa cantidad, debía de sacar el pago para su hombre más leal y de más confianza: Gibbs.
Apartó trescientas dieciocho monedas en un morral de tela gruesa y vieja. De las otras, tomó solo treinta y dos, y las metió en otro saco de cuero y todas las demás dentro de un cofre de madera, que a su vez estaba en el interior de uno más grande y de metal, donde también guardó las otras dos bolsas con dinero y que después cerró bajo llave.
El cuaderno lo escondió en un cajón de su escritorio y de otro cajón sacó las cartas náuticas. Extendió el viejo pergamino y ubicó su posición en el mapa. Después de eso, buscó la isla de la que saldría la nave con aquello que quería, pero no la encontró. El mapa que poseía era un ejemplar nuevo, con datos más recientes sobre las Antillas Mayores y las Menores. Inmediatamente fue devuelta a su librero, alcanzó un libro de pasta amarillenta y lo abrió. En ese viejo tomo, se describían las islas de la América Central y las Antillas; gracias a la información que contenía, descubrió que la isla que buscaba "La Helena de las Indias Occidentales", era la misma que en mapa tenía por nombre "Santa Lucía" >>renombrada así por el cambio de gobierno<<, de donde saldría el barco que estaba buscando, El Monarca.Recordó haber estado ahí un par de veces, cuando era apenas un jovencito que iniciaba su vida como marino. Muchas memorias visitaron su mente, algo que no le agradaba tanto. Su pasado era una de las tantas cosas de las que no le gustaba hablar, a menos que se tratara de una de las muchas leyendas que había sobre él. Sacudió su mente con unos tragos de ron y volvió a sus cartas de navegación.
Tomó un compás y una regla angular, con los cuales trazó una ruta. Se puso de pie y de un librero trajo su bitácora de navegación y empezó a tomar nota. Con ayuda de algunos instrumentos, tomó medidas que sacó de los mapas e hizo mentalmente algunos cálculos, determinando que el viaje que estaban por emprender les tomaría más de dos semanas. Eso si tenían el viento a su favor.
Unos golpes en la puerta le arrebataron concentración. Hizo un gesto de disgusto y preguntó en voz alta que quién era el que se había atrevido a molestarle.
–¡Soy yo, Capitán! –escuchó del otro lado a su primer oficial. Lo hizo pasar.
La puerta se cerró tras el hombre mayor.
Jack se le quedó viendo, esperando no de muy buena gana lo que aquel hombre tenía que decir.
–Los muchachos se preguntan... Cuánto es lo que les tocará de paga a cada uno...
–¿Solo ellos se lo preguntan? –lo cuestionó interrumpiéndolo.
–Bueno... Realmente todos nos lo preguntamos. –aceptó.
–Ya lo tengo todo listo. Llámalo a todos y que hagan una fila para entrar. ¡No quiero disturbios! –Ordenó el Capitán y el Maestre, acató de inmediato.
Al anunciarles a los piratas que la estaban por darles su pago, se apresuraron a la cabina de Jack
Todos hacían una larga línea, y se contaban ansiosos, las cosas en las que se gastarían el dinero.
–Me iré a un burdel, y tomaré a las chicas más lindas para mí solo. –dijo uno muy emocionado.
–No si te las ganó yo primero. –declaró otro.
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Cold Heart
FanfictionEl Capitán Jack Sparrow va tras un misterioso y gran tesoro que está lleno de secretos, misterios y leyendas. Se dice que, todos aquellos que fueron en su búsqueda, jamás volvieron. La única pista que el pirata tiene es Anastasia, una joven que casi...