Capítulo veintisiete

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Cuatro años pasaron con rapidez luego de graduarme como diseñadora y confeccionista de moda en una de las universidades más importantes de Corea del Sur.

Durante mi primer año como graduada realicé pasantías para una revista de moda en México. Luego, comencé a trabajar para una pequeña empresa de ropa que creció con el tiempo. Finalmente, logre diseñar mis propias prendas hasta inaugurar mi propia marca de ropa: Rose Gold.

La suerte ha estado de mi lado desde entonces.

En poco tiempo, Rose Gold logró ser reconocida mundialmente, y las ventas exigieron establecer sucursales en distintos países de América, Europa y Asia. Además, con fortuna cada pieza diseñada y elaborada ha triunfado rotundamente.

Debido al arduo trabajo que conlleva mantener una empresa en pie, constantemente debía visitar las sucursales internacionales para verificar que todo estuviera en orden porque, si bien no era una empresa más grande que las prestigiosas Gucci, Louis Vuitton o Tommy Hilfiger, a Rose Gold poco a poco le estaba yendo cada vez mejor, y por ello debía mantenerse al margen.

Aquella ocasión me encontraba en mi oficina, situada en uno de los pisos del pequeño edificio comercial de Rose Gold, ubicado en la capital de México.

— Por favor asegúrate de que las reservaciones estén correctamente establecidas para el día de su cumpleaños — hice hincapié a una de las jóvenes que realizaban su pasantía en la empresa.

— Como diga, señorita Solari — dijo la joven rubia que me asistía como parte de su pasantía.

Ella estaba a punto de cruzar la puerta, pero antes se giró de nuevo hacia mí — Disculpe... ¿Sobre el regreso al país?

— No te preocupes, me encargaré personalmente de ello. Tú sólo procura que sea una sorpresa, y que la señorita Vega no lo descubra — sonreí ligeramente para transmitirle confianza, por lo que la rubia asintió — Te lo agradezco mucho, Camila.

Y Camila salió, cerrando la puerta a sus espaldas.

Minutos después, mientras escribía mis pendientes sobre mi cuaderno, el llamado a la puerta me obligó a detenerme por un instante.

— ¡Adelante!

— Espero no estar interrumpiendo — dijo Lidia, por lo que levanté la mirada para encontrarla.

Lidia Vega ha sido mi asistente y mano derecha desde que fundé la marca de ropa. Nos conocimos cuando ella llegó a realizar sus pasantías. Laboraba como mi asistente hasta que decidí contratarla para un puesto permanente.

Desde entonces nos convertimos en mejores amigas. Tenemos la misma edad.

— No lo haces, pasa.

Lidia caminó hasta mi escritorio y tomó asiento — Ví salir a tu pasante, ¿Qué te parece?

— Es bastante funcional, definitivamente escribiré eso en su expediente.

— ¡Que bien! — pausó — Por cierto, tengo una noticia importante que darte.

— Mhm, te escucho — dije sin despegar la vista de mis apuntes.

Vogue Korea se puso en contacto conmigo. Están encantados con la idea de que sea la revista quien dé a conocer tu colección de otoño de este año. Los diseños serán presentados en la pasarela anual de otoño y publicarán las fotos en la edición de septiembre.

De inmediato volví mi vista hacia ella — ¡¿En enserio?! — Lidia asintió con tanta emoción - Wow, eso es maravilloso.

— Lo sé — se recostó sobre la silla giratoria e hizo que diera algunas vueltas — Ah, mira todo lo que estás logrando Vic.

EUPHORIA [JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora