Capítulo cuarenta y dos

26 3 1
                                    

Volver a mi rutina de trabajo se sintió bastante bien para mí. Se trataba de algo que realmente me apasionaba. Me mantenía ocupada, y también me permitía estar alejada de asuntos que me distraían.

Pensaba que, al regresar, todo el mundo me miraría como la chica que recorrió el edificio hasta la salida llorando a mares, pero no fue así. Contrario a ello, cada persona con quien me topaba me saludó de la manera más cálida posible. Y nada pudo ser mejor para mí que eso.

Lidia y yo nos encontrábamos terminando con algunos detalles de nuestro trabajo. Estábamos a punto de terminar, al fin. Era tan gratificante que todo estuviera casi listo, incluso con una semana de antelación.

- ¿No crees que es genial que ya estemos a nada de terminar? - dijo Lidia, estirando los músculos de su espalda en un intento de relajarse.

- Claro que lo es. ¿Ves que fue una gran idea quedarme hasta tarde aquí?

Lidia rodó los ojos. Yo tenía razón y ella lo sabía, pero su orgullo no le permitía admitirlo.

- ¡Oh, vamos! Sabes que tengo razón.

- No, no la tienes.

- La tengo - la miré con complicidad.

- No.

- Li... - En un intento por convencerla, me acerqué aun con una mirada cómplice.

Y, finalmente, Lidia cedió - Bien, bien. Tú tienes la razón ¿Feliz?

Una risa de garganta salió de mi, respondiendo a mi triunfo.

- Me alegra que al fin te sientas mejor - sonrió.

- También a mí.

~

Un rato después, cerca de nuestra hora de salida, Lidia y yo ahora estábamos en nuestro estudio revisando otros asuntos.

Era una noche tranquila, fría pero acogedora. Todo en Vogue era muy tranquilo, casi todo el personal ya se había retirado del trabajo.

Reposando sobre el sofá individual de nuestro estudio, de piernas cruzadas y usando mis anteojos para lectura, observaba algunos documentos que habían llegado a mi correo electrónico. Por su parte, Lidia estaba sentada en el sofá más grande al estilo indio, haciendo algunas anotaciones importantes en su agenda.

- Y a todo esto, ¿Ya pensaste qué te gustaría usar para el día del desfile? Seguro que cualquier cosa que uses te sentará muy bien.

- De hecho... No, no lo sé. ¿Qué usarás tú? - cuestioné.

- Yo tampoco tengo idea, pero aprovecharé la situación como una excusa para ir de compras.- Lidia estaba muy emocionada.

- ¡Gran idea! - respondí - Aprovechemos la siguiente semana que no estaremos ocupadas para buscar algo lindo.- Ella asintió.

Unos minutos más tarde, en los que permanecimos en silencio, mi compañera rompió el silencio - Deberíamos terminar ya. ¿Por qué no vamos a cenar algo? Hace varios días que no comemos algo realmente delicioso. Tengo hambre.

- ¿Jjamppong? - la señalé con mi dedo índice, esperando coincidir con mi antojo y el suyo, sonriendo con connivencia.

Con lentitud, Lidia imitó mis acciones- ¿Acaso lees mi mente?

- Qué puedo decir... Somos almas gemelas.

EUPHORIA [JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora