El cartel

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Ya habían pasado dos largas semanas. Me estaba dirigiendo hacia el vestíbulo con Harry, Ron y Hermione luego de la clase con Hagrid.

Al llegar allí, no pudimos pasar debido a la multitud de estudiantes que estaban arremolinados al pie de la escalera de mármol, al rededor de un gran letrero. Ron, el mas alto de los cuatro, se puso en puntas de pie para echar un vistazo por encima de las cabezas y leyó en voz alta el cartel:

TORNEO DE LOS TRES MAGOS

Los representantes de Beauxbatons y Durmstrang llegarán a las seis en punto del viernes 30 de octubre. Las clases se interrumpirán media hora antes.
Los estudiantes deberán llevar sus libros y mochilas a los dormitorios y reunirse a la salida del castillo para recibir a nuestros huéspedes antes del banquete de bienvenida.

¡Solo falta una semana!— dijo emocionado Ernie Macmillan —Me pregunto si Cedric estará enterado. Creo que iré a decírselo.

—¿Qué?— pregunté confundida mirando al rubio.

—Querrá participar en el torneo— dijo Harry sin interés.

—¿Ese idiota, campeón de Hogwarts?— gruñó Ron.

—Cedric no es idiota— dije algo enojada —Debo alcanzar a Ernie.

Los chicos asintieron y comencé a caminar intentando alcanzar al rubio. Debía entender a qué se refería.

—¡Ernie! ¡Espera!— le grité unos pasos antes de que entrara en la sala común de Hufflepuff cuando por fin pude alcanzarlo.

El rubio se dió vuelta y me miró. Me acerqué a él rápidamente.

—¿Por qué dijiste eso de que debías decirle a Cedric lo del cartel?— le pregunté.

—Oh, Cedric quiere participar en el torneo ¿por qué preguntas?— explicó sonriente.

—Lo suponía. Ernie, yo puedo decirle a Cedric, debo hablar con él.

—Está bien, voy a buscarlo— dijo. Asentí y se adentró en la sala.

¿Estaba enojada? Pues sí, Ernie sabía que Cedric quería participar en el torneo y a mí nunca me mencionó absolutamente nada.

Segundos después escuché unos pasos acercándose a la salida. La puerta se abrió dejándome ver al castaño.

Me crucé de brazos y lo fulminé con la mirada.

—¿Todo está en... orden?— preguntó acercándose a mí.

—No lo sé ¿Por qué no le preguntas a Macmillan?— dije.

—¿Ernie? ¿Qué ocurre con él?— preguntó algo preocupado.

—Con él no ocurre nada. Contigo es el problema— dije mirándolo fijamente.

—¿Qu-qué?— tartamudeó —¿Que ocurre pequeña?

—¿Por qué no me dijiste?— pregunté firmemente.

—¿De-de qué hablas?— preguntó acercándose más a mí.

—¡Del torneo, Cedric! ¡De eso estoy hablando! ¡Porque al parecer se lo dices a todos menos a mí!— exclamé alejándome un poco.

—Aria yo... lo siento...— dijo bajando la cabeza.

—¿Por qué no me lo dijiste? ¿Creíste que te iba a detener o algo así?

—¡No! No... no es eso...

—¡Entonces dime! Yo creo que tenía derecho a saber. No a enterarme por cualquier otra persona que no fueras tú.

—¡Solo me preocupé por ti! ¿Está bien? ¡Porque te conozco y sabía que ibas a preocuparte por lo riesgoso que puede ser!— explicó.

—¿Y solo por eso no me lo dijiste? ¿Y qué? ¿Pensabas que jamás iba a enterarme? Me preocupa, claro, pero si es algo que en verdad quieres no iba a detenerte. Al parecer no me conoces tanto como dices— dije con la voz más cortada de lo normal. Me di vuelta con intención de irme pero el castaño me agarró el brazo.

—Espera, Aria yo...

—Solo déjame pensar en esto— dicho esto, Cedric asintió y soltó mi brazo. Sin decir más, me fui.

• • •

—¿E-estás bien?— preguntó Harry. Luego de la charla con el castaño, decidí ir al Comedor con los demás.

Yo solo asentí y seguí jugando con mis cubiertos.

—Avísale a tu cara— dijo Ron con la boca llena.

—¡Ron!— exclamó Hermione y pisó al pelirrojo por debajo de la mesa, este soltó un quejido —Aria, no has comido nada ¿Estás segura que estás bien?

Volví a asentir, sin despegar la vista del plato con mi comida intacta.

—¿Por qué ese idiota mira tanto para aquí?— preguntó Ron, mirando la mesa que estaba a mis espaldas.

Me giré lentamente y pude ver la vista de Cedric clavada en mí. Cuando se percató de que me había dado vuelta, dejó de mirarme.

—¿Ocurrió algo con Cedric, verdad?— preguntó Hermione cuando llegamos a la habitación.

—No quiero hablar de eso, Her. Solo quiero dormir— dije metiéndome debajo de mis sábanas.

—Está bien.

• • •

—¿Que quieres?

Ya era el día siguiente y Draco parecía haberse levantado con ganas de molestarme.

—Solo quiero avisarte que te prepares— dijo caminando a mi lado.

—¿Pepararme para qué?— pregunté sin detener mi caminata.

—Oh, claro, no lo sabes— dijo riendo —Logan viene.

—¿Q-qué?— pregunté atónita. Detuve mi caminata y los libros que traía cayeron al suelo.

Logan fue mi amigo, y también de Draco en la primaria. Luego él entró a estudiar en otra escuela lejana, y no nos hablamos más. Dos años después (uno antes de que yo entrara a Hogwarts) él volvió y se quedó por casi un año. En ese año, digamos que fue algo así como mi novio. Él intentó tener relaciones conmigo varias veces, a lo que yo me negaba. Un día se hartó, y me golpeó varias veces. Luego de ese día me terminó y jamás supe nada de él.

—Quería que lo supieras, sabes que siempre quise romperle el rostro, si llega a hacerte algo no dudes en decirme— dijo el rubio.

—No necesito que me defiendas, pero ¿Por qué Logan va a venir?

—Es un estudiante de Durmstrang, Aria. Te veo luego— dijo y se fue.

Me quedé allí, petrificada. No podía creer lo que había escuchado, no quería creerlo.

Te seguiré amando - Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora