Exceso de diversión

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—Fue increíble— dije riendo.

Me estaba dirigiendo de regreso a la sala común, luego de bailar toda la noche con Cedric, y haberme divertido más que nunca. Nada podría arruinar la felicidad que sentía en este momento.

No podía creer que estuviera caminando junto a Cedric, con nuestras manos entrelazadas.

Cedric se había ofrecido a acompañarme hasta la sala común, ya que casi todos se habían ido.

Al llegar al retrato, La Señora Gorda estaba dormida, por lo que tuve que hablar bastante fuerte mientras decía la contraseña.

—Quédate un rato— le dije a Cedric antes de entrar.

—Estaría encantado— dijo el castaño riendo.

Yo también reí y los dos entramos.

Al entrar allí, pude escuchar unos gritos, eran Ron y Hermione.

—¡Bueno, si no te gusta, ya sabes cuál es la solución, ¿no?!— gritó Hermione, el pelo se le estaba desprendiendo de su rodete, y tenía la cara tensa de ira.

—¿Ah, sí?— le respondió Ron —¿cuál es?

—¡La próxima vez que haya un baile, pídeme que sea tu pareja antes que ningún otro, y no como último recurso!

Ron movió la boca, sin articular ningún sonido, mientras Hermione se daba media vuelta y subía como un rayo la escalera que llevaba al dormitorio.

La pareja de Hermione fue Viktor Krum, algo que nadie esperaba. Y al parecer, a Ron no le gustó mucho eso...

—Ced— dije dándome vuelta para poder ver al castaño, quién estaba detrás de mí —Tengo que  arreglar esto, mañana te veo ¿está bien?

—Claro, no te preocupes.

Sonrió y me dió un pequeño beso. Se dió vuelta y lo ví salir de allí, tras el retrato.

Caminé rápidamente hacia la escalera por dónde Hermione había desaparecido, y subí por allí, no sin antes darle una mirada a Ron.

Entré a la habitación y pude ver a Hermione llorando, hecha una bolita en su cama.

—Ey, no linda, no llores— caminé hacia ella y me senté a su lado, mientras tiraba los tacones al otro lado de la habitación —No vale la pena llorar por eso, pasamos una noche increíble, no dejes que un chico te la arruine, por favor...

Hermione siguió sollozando. La aparté un poco y subí los pies a su cama. La rodeé con mis brazos y segundos después, ella hizo lo mismo, mientras las lágrimas seguían cayendo por sus ojos.

—Ron te quiere, y demasiado, sólo que a veces le cuesta darse cuenta de las cosas, lo sabes— le susurré.

• • •

—¡Chicas! Despierten, ya es tarde.

Escuché una voz que me hizo salir de mi tan placido sueño.

Miré al rededor. Parvati estaba sacudiendo a Hermione, quien estaba a mi lado.

Nos habíamos quedado dormidas. Hermione no dejó de sollozar por un buen rato, hasta que el sueño se apoderó de las dos.

Yo estaba recostada en la cabecera de la cama, mientras que la castaña estaba cómodamente acostada, con la cabeza en su almohada.

Aún teníamos los vestidos puestos, y nuestros peinados estaban totalmente destruídos.

Intenté levantarme, pero una punzada en el costado de mi cabeza, me hizo volver a sentarme.

Te seguiré amando - Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora