Hagrid

148 9 1
                                    

Nadie en la torre de Gryffindor pudo conciliar el sueño. Sabían que el castillo estaba siendo rastreado y toda la casa permaneció despierta en la sala común.

La profesora McGonagall insistió que debía permanecer en mi habitación luego de que desperté. Lo cual yo no hice, no podía quedarme sola en la habitación. No cuando todos estaban en la sala preocupados por un asesino. McGonagall volvió al amanecer para decir que se había vuelto a escapar.

Por cualquier sitio que pasaramos al día siguiente, encontrábamos medidas de seguridad más rigurosas. Devolvieron a la Dama Gorda. Había sido restaurada magistralmente, pero aún así seguía muy nerviosa.

En cuanto a Ron, se convirtió en una celebridad. Por primera vez, la gente le prestaba más atención a él que a Harry, y evidentemente a Ron le gustaba. Aunque seguía asustado por lo de aquella noche, le encantaba contarle a todo el mundo la situación ocurrida.

Ahora mismo me encuentro con Cedric y los gemelos en Hogsmeade, sí, como lo escucharon. Tanto Cedric como Fred y George, querían venir conmigo a Hogsmeade, entonces les propuse ir todos juntos, lo cual... no esta saliendo muy bien que digamos...

—¡Fred Weasley!— grité en los hombros del pelirrojo —¡Bájame ahora mismo!

—No— contestó con una sonrisa.

—Bájame y prometo que te compro lo que quieras de Zonko— dije, sabía que me arrepentiría de eso luego, pero odio las alturas.

—¿Lo que quiera?— preguntó con una sonrisa pícara.

Asentí suspirando y Fred me bajó.

—Oh mierda, es como estar arriba de un poste de luz— dije, ser casi del doble de la altura de Fred no es algo que quieres experimentar si no te gustan las alturas...

—Creo que por la cara de tu amigo debiste quedarte ahí arriba— dijo Cedric mirando a Fred correr hacia Zonko con una sonrisa de oreja a oreja, suspiré.

El castaño rió y fuimos tras los gemelos.

—¡Mira Fred!— gritaba George.

—¡Es increíble!— respondía Fred.

Y así estuvieron como una hora corriendo de allá para acá, Cedric y yo decidimos ir a Honeydukes mientras que los gemelos decidían que comprar, tardarían tres horas más.

xxx

—¿Crees que deberíamos volver?— preguntó el castaño dos horas después, mientras comíamos helado levitator.

—Si bueno... si no vuelvo van a vengase y no quiero tener el pelo azul toda la semana— contesté levantándome de la banca y comenzando a caminar, Cedric rió y se paró a mi lado.

—Fue divertido hoy— dijo Cedric en la mitad del camino, cortando el silencio para nada incómodo.

—Creí que los gemelos te arrancarían el pelo al final del día— dije, los gemelos no se llevan para nada bien con el castaño.

Cedric solo soltó una carcajada y seguimos caminando hacia Zonko.

—¡¿Donde diablos estabas, Aria Potter?!— aún suena raro que me llamen así, pero tendré que acostumbrarme.

—¿Hace mucho que esperaban?— preguntó Cedric un poco nervioso.

—Oh, para nada, solo tardaron ¡Dos horas y trece minutos!— exclamó Fred.

—Freddie...— dije acercándome a él —¿Ya decidiste que vas a comprar?

—Oh no, no vas a cambiarme el tema, Aria Potter— dijo, suspiré y volví a mi lugar junto a Cedric.

Te seguiré amando - Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora