Dejé de tener pesadillas, pero mientras pasaban los días, más nervios se acumulaban dentro de mí, formando un nudo en mi garganta.
Hoy es el día de la última prueba.
No me siento para nada bien. Cada vez que pienso en lo poco que falta para la prueba, se me revuelve el estómago.
Algo va a salir mal esta noche.
Lo sabía.
No pude concentrarme en los exámenes, por lo que seguramente me vaya totalmente mal, pero eso no me importaba en lo más mínimo.
Luego de las clases de ese día, decidí ir a ver a Dumbledore.
—¿Está todo en orden?— preguntó cuando me senté en una silla frente a su escritorio.
—Tiene que impedir que se realice la última prueba, profesor— dije seriamente.
Dumbledore sonrió y yo fruncí el ceño.
—¿Por que lo dices?
—Bueno, yo... he tenido malos presentimientos, estoy casi segura de que algo va a pasar... algo malo— expliqué.
Luego de oír lo que había dicho, pensé que era bastante estúpido. Un presentimiento, como si fueran a suspender un evento así por el presentimiento de una adolescente que sueña con sus muertes.
—Aria, todo está bajo control, y no tienes que estar nerviosa, y si algo sale mal, estaremos todos allí para resolverlo.
Asentí con una sonrisa fingida y salí de su despacho.
Una pérdida de tiempo total. Y ya faltaban tan solo unas pocas horas. No tenía caso. No podía detenerlo. Tendría que confiar en la palabra de Dumbledore.
• • •
—¡Aria!— gritó alguien a mis espaldas, me volteé y mi mirada se encontró con la del castaño —al fin te encuentro...
Sonreí de lado y Cedric me envolvió con sus brazos.
Hundí mi cabeza en su pecho e intenté parecer alegre.
No pensaba decirle de mis presentimientos.
No podía preocuparlo justo ahora.
—Am...— comenzó separándose lentamente de mí —mi padre... está aquí y bueno... tal vez quieras cenar con Harry, claro, pero yo me preguntaba si tú...
—Cenaré contigo y tu padre— interrumpí sonriendo.
Cedric sonrió de oreja a oreja y juntó nuestros labios.
—Bien, te... te veo luego, linda— dijo, asentí y se fue trotando.
Luego de eso, decidí ir a la torre de astronomía, debia entretenerme un poco mientras esperaba a la cena.
Subí la gran escalera en forma de espiral y caminé un poco hasta llegar a la barandilla que había en un ventanal.
Aferré mis manos al metal y dirigí mi mirada hacia afuera.
Deseaba que todo saliera bien. Que se terminara de una maldita vez.
—¡Enana!— exclamó alguien sacándome de mis pensamientos —¡Te vas a caer!
Me volteé y vi a Draco corriendo hacia mí.
—Está bien— respondí pesadamente.
—¿Que te ocurre?— preguntó seriamente mientras se paraba a mi lado y dirigía su vista al cielo.
—No me ocurre nada.
—Te conozco mejor que nadie— dijo sin voltear su mirada.
—Estoy nerviosa... por la prueba— respondí tartamudeando y mirando mis manos.
—Hace días que estás rara. No comes lo suficiente. Te la pasas escondida, sola. Te está yendo terrible en tus estudios. ¿Acaso el idiota de Diggory te hizo algo?
Participar en ese estúpido Torneo.
—No, Draco, no es eso...— dije. Levanté mi cabeza y me giré un poco para mirarlo —Tengo un mal presentimiento de esto ¿sabes? Es como si algo malo fuera a suceder, y lo peor es que no puedo hacer nada para evitarlo.
—Sabes que aquí puede pasar cualquier cosa, pero las pruebas no tienen ningún riesgo, además hay magos para ayudar si algo sale mal, no debes preocuparte...
—Lo sé...
—Hay algo más que te preocupa— dijo dirigiendo su vista a mí —lo sé.
—Bien, voy a decírtelo a ti y solo a ti, pero si se lo dices a alguien más te juro que-
—No se lo diré a nadie, tranquila.
—Son... sueños. Sueño con... mi muerte.
—¿Qué?— exclamó sorprendido.
—Y se ven... muy reales para ser sueños... intento no pensar en eso y asimilar que son solo pesadillas pero... no puedo.
—Mierda, Aria, yo...— dijo carraspeando. Le dió un golpecito a la barandilla y se volteó —no sé que decirte... mira, yo creo que deberías olvidarlo, seguramente fueron malos sueños, nada más...
Yo solo asentí y volví mi vista a el cielo.
• • •
—Am... papá, ella es... Aria Potter... mi novia.
Al entrar en el comedor, fui a sentarme con Cedric y su padre.
—¡Oh! ¡Sabía que esta chica no era simplemente tu amiga! ¡Estoy muy orgulloso campeón!— exclamó el señor Diggory sonriendo —Pero más voy a estarlo cuando ganes el torneo.
Yo ladee la cabeza ante el comentario y Cedric soltó una pequeña risa.
—Solo está jugando, no lo veas asi— susurró el castaño.
—Y dime ¿como te va en tus estudios? ¿Qué aspiras ser de mayor? ¿Tus padres qué opinan?— preguntó aceleradamente el señor Diggory.
—Ah... yo...
—Papá, deja las preguntas para luego ¿bien?— dijo Cedric. Dejó su mano en mi pierna y la acarició levemente. Sonreí y posé mi mano sobre la suya.
La cena fue algo larga, y cada vez estaba más nerviosa, por lo que casi no comí.
Cuando esta terminó, Dumbledore se puso de pie.
—Damas y caballeros, dentro se cinco minutos les pediré que vayamos todos hacia el campo de quidditch para presenciar la tercera y última prueba del Torneo de los Tres Magos. En cuanto a los campeones, les ruego que tengan la bondad de seguir ya al señor Bagman hasta el estadio.
—Debo ir, te veo después de la prueba, te quiero— dijo emocionado el castaño antes de dejar un delicado beso en mi frente.
—También te quiero ¡suerte!— dije mientras se levantaba de la mesa y se iba en medio de los aplausos de los Hufflepuff.
Unos minutos después, el padre de Cedric salió del comedor, y yo me levanté y corrí tras los Weasley y Hermione, quienes salían del comedor también.
—¡Aria, querida!— exclamó la señora Weasley, que había venido junto con Bill como la familia de Harry —¿Dónde estuviste? No te vimos en todo el día.
—Ah, yo... tuve que hacer unas cosas, pero me alegro de verlos aquí— dije sonriendo.
Luego fuimos entre todos y nos sentamos en las gradas del campo, esperando a que la prueba comenzara...
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Te seguiré amando - Cedric Diggory
Любовные романыMiradas... Roces... Momentos juntos... ¿Todo eso podrá sobrevivir para siempre? Una divertida historia basada en los libros de Harry Potter, sobre una estudiante de Hogwarts quien hará amigos nuevos, tendrá sus romances y mucho drama.