La primera prueba

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Estábamos en el Gran Comedor, a tan solo horas de la primera prueba.

—Aria, nada va a ocrrir— me intentó tranquilizar Hermione —Dumbledore no es capaz de dejar que un dragón los mate o algo por el estilo.

—Lo sé, lo sé— dije dejando mis cubiertos sonre el plato. No le había dado ni un mordisco a nada —Y sé que los chicos están preparados, pero el mal presentimiento no se va, siento que algo malo va a suceder tarde o temprano.

Hermione me miró algo confundida y luego bajó la mirada a su plato.

—Seguramente sólo sean tus nervios, Aria— dijo volviendo a mirarme.

Yo asentí aunque sabía que no era así. No eran mis nervios. Algo iba a suceder. Lo sentía.

—Los campeones tienen que bajar ya a los terrenos del colegio... Tienes que prepararte para la primera prueba— dijo McGonagall acercándose a dónde estábamos sentados Harry, Hermione y yo.

—¡Bien!— dijo Harry poniéndose de pie.

—Profesora— dije llamando la atención de McGonagall, antes de que saliera con Harry del comedor. McGonagall me miró y yo proseguí —¿puedo ir con Harry? Será solo un momento...

McGonagall suspiró y terminó asintiendo. Le sonreí a Harry y comenzamos a caminar.

—No te dejes dominar por el pánico— le aconsejó McGonagall a Harry, al salir a la fría tarde —conserva la cabeza serena. Habrá magos preparados para intervenir si la situación se desborda... Lo principal es que lo hagas lo mejor que puedas, y tu— dijo mirándome —No demores en salir, tampoco los desconcentres ¿está bien?

—Claro profesora, será rápido— contesté.

McGonagall nos conducía bordeando el bosque, dónde había una carpa.

Al entrar allí pude ver como Cedric caminaba de un lado a otro. Al verme, sonrió y corrió hacia mí. Yo me acerqué a paso lento y el castaño me abrazó con fuerza. Le devolví el abrazo y reí.

Al separarnos, caminamos un poco lejos de los demás.

—Todo irá bien, lo harás fenomenal, ya verás— le dije sonriendo.

—Gracias Aria— agradeció. Parecía bastante nervioso. Y no era para menos, se enfrentaría a un dragón.

—Bueno, debo irme— dije dejando un beso en su mejilla —suerte.

Le sonreí y antes de salir de la carpa, le deseé buena suerte a Harry. Este trató de responder pero Bagman se acercó a él. Le dirigí una sonrisa rápida y salí de allí.

—¡Vamos, Aria, nos quedaremos sin lugares!— exclamó Hermione, quien me esperaba fuera de la carpa.

Asentí y caminamos rápidamente hacia las gradas.

Al llegar, nos colocamos junto a los gemelos.

—Hola enana, Garnger— saludó George.

Los nervios volvieron a mí al ver dónde se enfrentarían a los dragones. Respiré hondo y volteé mi mirada a los gemelos.

—Tranquila, ellos lo harán bien— me tranquilizó Fred.

—Lo sé...

• • •

El primero en salir fue Cedric, el corazón me dió un vuelco cuando lo ví. El dragón ya se encontraba allí, esperando.

Tomé el brazo de George y lo apreté fuertemente al ver que se acercaba lentamente al dragón.

Cedric apuntó con su varita a una piedra, y segundos después, la piedra era un labrador.

El dragón dejó de prestarle atención a Cedric y se centró en el perro.

El castaño caminó lentamente hacia donde se encontraba el huevo, y justo cuando lo estaba apunto de atrapar, el dragón decidió dejar de prestarle atención al perro y fue tras Cedric.
Apreté más fuerte el brazo de George.

El dragón logró hacerle a Cedric una gran quemadura, pero pudo escapar.

—Debo ir a verlo, la quemadura puede ser grave— dije cuando vi a Fleur y no a Harry —volveré lo más rápido posible, lo prometo.

Los chicos asintieron y bajé a toda velocidad hacia la carpa.

Al entrar, me acerqué lentamente al único cubículo en el que habían sombras.

—Bien, eso podrá curarlo— oí decir a Pomfrey —Quédate quieto y no te la quites.

Pomfrey salió del cubículo encontrándose conmigo.

—Oh, señorita Potter, pase, él está bien— me dijo.

Asentí y entré al cubículo en el que estaba Cedric.

Al entrar, lo vi recostado sobre el respaldo de una cama, con una crema en la mejilla y los ojos entre cerrados.

Sin decir nada, caminé hacia él y me senté a su lado.

—¿Estás bien?— dije mirando su quemadura algo preocupada.

—Sí, pequeña, no te preocupes, no fue nada— dijo mientras se acomodaba.

Me tumbé a su lado, aún mirándolo. Él me miraba también.

—Lo hiciste increíble— dije apartando mi vista de él y apoyando mi cabeza en su pecho.

—Gracias, Aria, Harry también lo hará bien— aseguró mientras acariciaba mi brazo.

—Hablando de Harry— comencé mientras me sentaba —Debería volver, al parecer Krum ya entró y Harry no tardará en hacerlo.

—Claro linda, vé— dijo sonriendo.

—¿Seguro que estás bien?

—Mejor que nunca.

Sonreí, le di un beso en la mejilla que no tenía la crema, y salí de la carpa.

Me dirigí rápidamente hacia donde estaba antes con los gemelos, y justo en ese momento, Krum se iba con el huevo en la mano.

—¿Cómo está Cedric?— preguntó Hermione.

—Bien, solo tiene una leve quemadura en la mejilla— informé —¿Como estuvieron Fleur y Krum?

—Pues bien, los dos consiguieron el huevo— respondió Fred —luego te contamos con detalles.

Segundos después, Harry salía. La multitud gritaba igual que cuando Cedric salió.

Harry levantó la varita y luego de decir algo que por todo el escándalo no llegué a oír, la Saeta de Fuego llegó a sus manos.

Hermione y yo nos miramos victoriosas.

Harry se elevó en el aire, descendió en picada y el dragón lo siguió con la mirada. Esquivó un gran chorro de fuego de parte del dragón.

Se elevó en círculos, y el dragón seguía su recorrido con la cabeza. Harry se lanzó hacia abajo justo cuando el dragón abría la boca, esquivó las llamas pero las largas púas del animal le rozaron el hombro.

Ahogué un grito y volví a tomar el brazo de George, no, esperen, ahora era el de Fred.

• • •

¡Harry atrapó el huevo!

Luego de dar varias vueltas sobre el dragón, esta se dispuso a moverse, y Harry pudo tomar el huevo y huir.

Estábamos en la carpa, en el cubículo en el que se encontraba Harry.

—¿Te duel-

—Harry— dijo una voz a mis espaldas.

—Debo ir a ver a Cedric— dije inmediatamente al ver a Ron. Si resolvería las cosas con Harry, mejor, pero no era lo que yo creía, y si se formaba un discusión yo no quería ser parte de ella.

Te seguiré amando - Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora