Controlando mi ira

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Los siguientes días fueron sin duda, los peores para Harry. Los de Hufflepuff pensaban que Harry quería quitarle la gloria a Cedric, los de Slytherin se la pasaban insultándolo y para nuestra sorpresa, los de Ravenclaw parecían pensar que él se desesperaba por un poco más de fama y que por eso había engañado al cáliz.

Ron seguía celoso, y no le hablaba a Harry. Yo y él tampoco lo hacíamos. Me molestaba demasiado que se comportase de esa manera. Así que ahora yo pasaba la mayor parte del tiempo con Harry, y Hermione tenía que estar a veces con Ron, y a veces con nosotros.

Las mismas chicas de sexto año que habían demostrado interés en conseguir un autógrafo de Viktor Krum, ahora se paseaban por los pasillos haciendo que Cedric les firmara las mochilas, y alargándolo por lo del torneo. Si soy sincera, si me molestaba un poco, pero tampoco podía decir nada, Cedric y yo solo somos amigos.

Al llegar la clase de Pociones del viernes que compartíamos con Slytherin, vimos a un grupo de ellos fuera del salón, con unas insignias bien grandes en la pechera de la túnica, todos mostraban em mismo mensaje en caracteres luminosos rojos:

Apoyo a CEDRIC DIGGORY:
¡el AUTÉNTICO campeón de Hogwarts!

—¿Te gustan, Potter?— preguntó Draco en voz muy alta, cuando nos aproximamos allí —Y eso no es todo, ¡Mira!

Apretó la insignia contra el pecho, y el mensaje desapareció para ser reemplazado por otro que emitía un resplandor verde:

POTTER APESTA

Los de Slytherin se partieron de risa. Todos apretaron su insignia. Sentía que me ponía roja de furia. Aún no entendía como Draco pudo llegar a ser mi amigo, y tratarme bien.

—¡Ah, muy divertido!— exclamó Hermione.

—¿Quieres una, Granger?— le dijo Draco, ofreciéndosela —Tengo montones, pero con la condición de que no me toques la mano. Acabo de lavármela y no quiero que una Sangre sucia me la manche.

La ira que había acumulado en la semana parecía a punto de reventar dentro de mi pecho. Rápidamente y sin darme cuenta, saqué la varita de mi bolsillo, al igual que Harry.

—Vamos, pequeña— me desafió Draco con tranquilidad, también sacando su varita —a ver si tienes las agallas de herir a tu mejor amigo.

—Tu no eres mi mejor amigo— dije furiosa. Sentía que en cualquier momento me saldría humo por las orejas.

—Yo no tengo la culpa de que seas hermana del estúpido niño que vivió— respondió.

Rápidamente me volteé y comencé a correr escaleras abajo. Sabía que si me quedaba ahí podría usar mi fuerza para algo no deseado. Pude oír en un tono muy bajo como Harry le lanzaba un hechizo a Draco, y este se lo devolvía. Estaba aturdida.

Es un idiota ¿Como pude confiar en él? ¿Como es que alguna vez llegué a llamarlo "hermano"?
Esas preguntas retumbaban en mi mente mientras una pequeña lágrima corría por mi mejilla. Me la saqué rápidamente y seguí bajando las escaleras, cuando sentí que me topé con algo, o mas bien alguien.

—¡Ey! ¡Ten más cuid...— levanté mi vista para vr quién era. Logan se me quedó mirando por unos segundos y yo retiré rápidamente otra lágrima —Aria... ¿Estás bien? ¿Qué ocurre?

—Nada, Logan, aléjate, puedo hacerte daño—dije dando unos pasos hacia atrás.

—¿Qué? ¿De que hablas? ¿Estás bi...? Oh...— dijo mirándome. Por su cara supuse que se había enterado de lo de mi fuerza —Tranquila, cálmate, respira... no vas a hacerme nada, todo está bien.

Intenté calmarme y respirar, lo cual parecía funcionar. No sabía como era que Logan se había enterado, pero sus palabras me tranquilizaron un poco.

Cuando logré bajar mi ira, me senté en uno de los escalones, y suspiré.

—¿Fue Draco, verdad?— preguntó cruzándose de brazos —Quien hizo que te pusieras así.

—¿Como lo supiste?

—En el banquete estuve hablando con él, me contó que eres la hermana de ese tal Harry Potter, y no me habló muy bien de él que digamos... también me contó que no me acercara mucho a ti porque podrías aplastarme el rostro... cambió mucho...— explicó.

—Lo sé. Él y mi hermano se odian. Antes de saber que yo era hermana de Harry, seguíamos siendo amigos, pero cuando se lo conté, comenzó a momestarme a mi también, de la misma forma que molesta a Harry, Ron y Hermione.

—En verdad lo siento, Aria. Por todo. Fui un idiota— dijo.

Yo bajé la cabeza y no dije nada.

—Quiero que sepas que tu siempre me gustaste— comenzó —jamás dejaste de hacerlo. Yo era un chico estúpido y hormonal que necesitaba de alguien que... ya sabes. Y yo no fui lo bastante inteligente para pensar que tu opinión también contaba. Estaba enojado contigo por esa estupidez. En verdad lo siento. Me voy a arrepentir toda mi maldita vida.

Yo solo sonreí de lado. Era algo del pasado y ya no me importaba, pero tampoco quería olvidar lo que me había hecho.

—¿Eso quiere decir que me perdonas?— preguntó sonriendo.

—No lo sé, Logan. Me heriste física y mentalmente. Va a tomarme un tiempo poder perdonarte.

—Claro. Prometo que ahora todo será diferente. Solo quiero que seamos amigos e intentar arreglar mis errores contigo.

• • •

—Llega tarde, Potter— dijo Snape cuando llegué a la clase.

Los escalones en los que me quedé hablando con Logan se habían movido, por lo que tuve que caminar el triple de lo que debía para llegar al salón.

—Lo sé, tuve un... percance, lo siento— dije sentándome a un lado de Hermione, en un asiento vacío.

—Tendrás el castigo junto a tu hermano y Weasley, y quince puntos menos para Gryffindor.

Bufé y miré a Hermione, luego dirigí mi vista al resto de la clase y noté que Harry no estaba.

—¿Donde está Harry?— le pregunté a Hermione.

—Oh, Colin Creevey vino a por él, dijo que Bagman quería que fueran todos los campeones— respondió cubriéndose la boca con la mano mientras hablaba.

—¿Que tienes?

—Llegas tarde y tienes ganas de hablar, fantástico, diez puntos menos para Gryffindor— dijo Snape mirándome.

Le di una mirada fija y apreté mis puños por debajo de la mesa. Clavé mis uñas en mis palmas intentando controlar la ira que se me había acumulado, maldito Snape.

Te seguiré amando - Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora