Capítulo Cuarenta y Ocho: Resaca

1K 42 15
                                    

Capítulo Cuarenta y Ocho: Resaca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo Cuarenta y Ocho: Resaca

Abrió los ojos con pereza, viendo que parte de la luz del día se filtraba por una de las ventanas de su cuarto. Miró hacía su reloj y se dio cuenta de que eran las 10 de la mañana. Ayer después de salir de su reunión en LH Models, Sky se devolvió a su casa para alistarse para la fiesta con los chicos, una de las mejores, debía decir, pues Santiago por poco y termina desnudo en la discoteca, sin contar que Ed había vomitado cuando ya se dirigían a la casa. Debido al deplorable estado en el que se encontraban los hombres (pues Maxi también estaba muy borracho) la rubia y Alaia habían decidido quedarse todos en su apartamento, pues dejar a Santi y Ed en sus casas casi a las 5 de la mañana era una tarea prácticamente imposible.

Finalmente, Alaia y ella durmieron en su habitación, claro, después de inflar un colchón en el cuarto de Maxi para dejar a todos los chicos en un solo lugar. Se incorporó sintiendo como el lado de la cama en la que debería estar su amiga se encontraba vacío. Buscó sus pantuflas y se levantó. La casa estaba en silencio, se asomó por el pasillo y lo vio solo, así que caminó hasta la cocina a buscar algo de comer.

Antes de llegar escuchó ruidos en la cocina y al asomarse vio a su amiga con un plato de cereal.

—Buenos días. — Saludó entrando en el lugar.

Alaia se volteó algo sorprendida. No la escuchó llegar.

—Dios, Sky, me asustaste. — Dijo con una de sus manos en su pecho.

La rubio rio.

—Lo siento, todavía estoy medio dormida. — Se excuso. —¿Y los chicos? — Preguntó dando un bostezo.

—Siguen durmiendo, hace un rato pase por su habitación a revisar que estuvieran vivos. — Respondió divertida llevándose una cucharada de cereal a la boca.

La rubia sonrió. Debían estar de muerte lenta.

—Ayer tomaron todo lo que vieron. — Murmuró abriendo la nevera. — Creo que deberíamos pedir unas medicinas para la resaca. — Dijo.

Alaia asintió mientras terminaba de masticar.

—Estoy de acuerdo, conozco un lugar cerca de aquí, llamaré. — Dijo mientras agarraba su celular, que se encontraba en la encimera de la cocina.

Mientras tanto Sky sacó todos los ingredientes de su batido, el cual se toma todos los días a primera hora, como lo indica su dieta. Escuchó a su amiga pedir pastillas para el dolor de cabeza y recordó que también debía hacerle algo de desayuno a los chicos, pues estaba segura de que se levantarían hambrientos y sedientos.

Preparó su batido rápidamente y comenzó a tomarlo.

—Hace mucho tiempo no tenía una fiesta como la de anoche. Fue una locura. — Comentó Alaia después de colgar el teléfono.

MI RUBIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora