Capítulo Trece: "Decirle que te gusta."—¡Nube! — Axel llamó empezando a correr en dirección a la rubia.
Sky supo que la silueta que venía hacía ella era el rubio. Se echó a llorar mientras corría hacía el; su pecho respiraba con más calma sabiendo que estaba a salvo. Pero eso no quitaba el miedo que la consumía. Axel la abrazó como si la vida le dependiera de ello.
—¿Qué pasó nube? — Interrogó con preocupación en la voz.
La ojiazul no dijo nada y le pasó las piernas por la cintura. Axel sintió como el pecho de la chica vibraba bajo sus brazos, le dio pequeñas caricias tratando de averiguar qué era lo que le había pasado a su nube.
—No, Ax...— Fue lo que al fin le respondió a las insistentes preguntas del rubio ceniza.
Axel supo que no debía decir nada más. Comenzó a caminar con ella encima; cuando Sky se dio cuenta quiso bajarse de encima del chico
—No, te llevare. — Informó.
Él no estaba preguntando. Sky calló, no se veía de buenas y no quería averiguar, aún, que pasaba cuando desobedecía las órdenes del ojiverde.
Entonces se dejó llevar, y recostó su cabeza en el hombro del chico, como una niña que está en los brazos de su papá. Era una sensación parecida. El estar segura, y el tener esa tranquilidad que sienten los niños en los brazos de sus padres. Eso no quería decir que sintiera a Axel como un padre, porque sería totalmente desastroso que te gustara tú padre; tal vez algunos sentimientos se le asemejaban a los de un padre, y era lindo teniendo cuenta de las pocas veces que podía ver al suyo.
Una vez que llegaron al carro de Sky, Axel preguntó por las llaves de su auto.
—No sé, creo...creo que...— Al ver la confusión de la chica Axel le pidió que no se preocupara.
El rubio cogió su celular y llamó a sus amigos. Mientras estos llegaban a su encuentro miró a la rubia con inseguridad. Ella se abrazaba a sí misma. Axel de inmediato se percató que muy posiblemente la rubia tenía frío. Como ya era de costumbre, se quitó el saco que lo cubría y se lo tendió.
—Cúbrete. — Ordenó pasándole el saco.
El no quería tratarla de manera hostil, pero estaba muy nervioso, quería saber que le había pasado y el hecho de no saberlo lo hacía sentirse así. En cierta parte se sentía culpable, y así no fuera culpa de él, tenía la sensación de querer saber qué era lo que le pasaba exactamente.
A lo lejos diviso a sus amigos y se alejó un poco de Sky, no quería que los escuchara hablar, pero tampoco iba alejarse demasiado para poderla tener a la vista.
—¿Qué diablos pasó?— Preguntó Ed mirando a Sky desde lejos.
—No sé — Admitió. — pero yo me encargare. — Le informó. — Llévate la moto. — Le entregó las llaves.
ESTÁS LEYENDO
MI RUBIA
RomanceÉl había prometido que no se metería con chicas rubias... pero luego la vio a ella. ESTA OBRA ES COMPLETAMENTE MÍA. QUEDA PROHIBIDA LA COPIA Y LAS ADAPTACIONES A ELLA.