Capítulo Treinta y dos: Malas amistades
El cabello Axel le acariciaba los dedos cada que ella pasaba sus manos por la melena rubia del chico, acariciándola de manera lenta. Ella estaba sentada, apoyada en el cabecero de la cama de Axel mientras que este estaba acostado en sus piernas. Era tranquilidad pura, pues no había nadie en la casa y el viento entraba de a poco en la habitación.
A pesar de que toda pareciera estar más que bien, no podía evitar recordar la conversación que tuvo con Emily y lo que ella había dicho sobre Axel. Bien podía ser mentira todo lo que ella había dicho pero también podía ser verdad, y era justamente eso – el estar en la incertidumbre- la que no la dejaba estar bien, porque lo menos que quería era desconfiar de Axel.
—Amor...—Murmuró ella.
—Mhmm. —Respondió este en respuesta, muy cómodo en sus piernas.
—Hace unos días, me encontré con Emily. —Dijo. — Y hablamos.
Los músculos de Axel se tensaron al escuchar lo que ella acababa de decir. Sin más se levantó de las piernas de ella para mirarla con intriga.
— ¿Cómo fue? — Preguntó este.
Ella se encogió de hombros.
—Se interpuso en frente de mi auto cuando iba para el casting. —Dijo. —Está muy molesta.
— ¿Te dijo algo malo? — Preguntó nuevamente.
—Dijo varias cosas en realidad, como que la culpable de su distanciamiento era yo y que solo quería acaparar atención. — Contó ella casi restándole importancia al asunto. — Eso no fue en realidad lo que llamó mi atención sino lo que dijo sobre nosotros.
Entonces los ojos de Axel se oscurecieron de a poco, y ella pudo notar como las facciones de su rostro se marcaban gracias a que apretó la mandíbula. Sky no supo bien que descifrar en su mirada, parecía molesto pero había algo más allá que no entendió.
— ¿Y qué fue eso que dijo sobre nosotros? —Preguntó tensó.
Los nervios la invadieron porque sonaba como una chismosa, y también porque no quería que Axel creyera que le creía a la pelirroja.
—Dijo que sabes algo que yo no. —Confesó viendo como el color se iba del rostro de Axel. — Y que eso podría hacer que esto acabara. — Ella negó. — Dime si lo que está diciendo es cierto. —Pidió con una mirada de súplica a su chica.
Axel supo que había querido decir Emily y eso no lo tenía nada feliz. El anillo era un secreto familiar mucho más allá de ellos, y ella había sido capaz de revelar parte de ello. Pero ahora lo que le importaba era que Sky le creyera, pues a pesar de que la amaba más que a nada, no era capaz de soltar el secreto de sus abuelos.
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MI RUBIA
RomanceÉl había prometido que no se metería con chicas rubias... pero luego la vio a ella. ESTA OBRA ES COMPLETAMENTE MÍA. QUEDA PROHIBIDA LA COPIA Y LAS ADAPTACIONES A ELLA.