Apariciones inesperadas.
Ed se encontraba frente a él, envolviéndole la venda en su mano, mientras él no podía dejar de imaginar lo que sería tener a la rubia allí. Era su primera pelea después de que la conocía y aunque antes le bastaba con los chicos y Dogg, ahora sentía que la necesitaba ahí. No le importaba que el sitio no fuera el más adecuado, empezando por el que se inquietaba con el hecho de saber que estaba sola en la calle, pero estaría ahí, con él y se aseguraría de mantenerla vigilada.
Miraba la puerta de vez en cuando como esperando que Sky entrara y lo animara, que estuviera ahí apoyándolo.
—Axel ya quedó. — Ed aviso terminando con la vendas.
Axel se permitió mover los dedos para asegurarse de que habían quedado como debían, vio como Dogg no estaba en la habitación y que Ed era el único que lo acompañaba, al parecer Santi aún no estaba listo, seguía en práctica pero llegaría para la pelea o eso era lo que él le había dicho.
— ¿Sky vendrá? — Preguntó Ed al ver que no decía nada.
Lo miró de reojo.
—No, no le dije nada. — Respondió seriamente caminando hacía sus guantes.
Axel no era boxeador, era luchador, término que la gente suele confundir usualmente. Él había decidido ser luchador de Artes Mixtas. La diferencia entre estos dos, es que en el combate de las artes mixtas, pueden lanzarse patadas, y hacer algunos saltos y giros, mientras que en el box, solo puedes golpear con los guantes del torso hacía arriba, las piernas no se tocaban.
Los guantes de Axel no eran aquellos que le cubrían toda la mano, eran de esos que tenían el espacio para cada dedo y dejaban al descubierto los dedos, en la parte de los nudillos era más acolchado.
— ¿Y por qué no le dijiste que pelearías? — El interés hizo presencia en su pregunta.
Axel se encogió de hombros, había pensado en decirle pero había estado rara, así que prefirió guardárselo.
— ¿Por qué debería de decirle? — Axel preguntó con obviedad.
—Porque no sé, tal vez te encanta la chica. — Dijo repitiendo el tono obvio con el que su amigo rubio había utilizado antes.
Axel le echó una mala mirada.
—No me encanta. — Negó.
Ed bufó y se masajeo la frente.
— ¿Por qué cada vez que intento que hables de ella, te cierras? — Preguntó con cansancio el castaño.
—Yo no me cierro, dices cosas que no son ciertas. — Axel encogió los hombros.
—Ay por favor Axel. — Soltó Ed con fastidio. — No soy estúpido. — Ed movió el dedo índice en negación. — Es más que obvio que la chica te encanta, que te tiene en su mano, tú sales con ella a escondidas, la ayudas, te saltas clases y eso no lo hacías antes, amas estudiar. — El abrió los brazos. — Y también es obvio que ahora tienes ese humor de perros por el hecho de que ella no está aquí. — Lo señaló. — ¿Por qué insistes tanto en negarlo?
ESTÁS LEYENDO
MI RUBIA
Roman d'amourÉl había prometido que no se metería con chicas rubias... pero luego la vio a ella. ESTA OBRA ES COMPLETAMENTE MÍA. QUEDA PROHIBIDA LA COPIA Y LAS ADAPTACIONES A ELLA.