Capítulo Treinta y Seis: Ausencia

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Capítulo Treinta y Seis: Ausencia

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Capítulo Treinta y Seis: Ausencia

No podía evitar cada lágrima que derramaba. Había fingido quedarse dormida en su pecho, pudo sentir durante los minutos siguientes como Axel le acariciaba el brazo hasta quedarse completamente dormido. Fue ahí donde se tomo el tiempo de abrazarlo y dejar que las lágrimas aparecieran, se levantó de la cama para no despertarlo. No pensaba que se fuera a colocar así, pero no era su culpa, ella solamente se estaba dejando llevar por lo que sentía.

Se acercó a la ventana y asomó su cabeza por esta fijándose en el cielo totalmente negro, ni un estrella lo adornaba. Se limpió con el dorso de su mano ambas mejillas quitando las lágrimas que resbalaban por ellas. Se quedó mirando el cielo como si aquello fuera interesante, dentro de unas horas su novio se iría para Los Ángeles por tres meses, y tenía que admitir que no sabía que pasaría después de ello. Era claro que Axel se convertiría en un luchador importante, eso jamás lo había dudado...pero por alguna razón algo le decía que entre ellos algo cambiaria.

No quería ser negativa, pero ese sentimiento que la embargaba cada vez que se acordaba del viaje la hacía sentir insegura, la incertidumbre la invadía por completo de solo pensarlo.

Suspiró profundamente. Tenía que calmarse, o si no podía llegar a transmitirle toda esa inseguridad y era lo que menos quería. Decidió que lo mejor sería bajar a hacerse un café mientras lograba calmarse y agarrar el sueño.

Salió de la habitación con mucho cuidado pues todos en la casa Mourret dormían. Se había quedado en la casa de Axel pues la mamá había hecho una cena en su casa con todos los amigos de la familia. Habían asistido los chicos, el papá de Santiago al cual no veía desde hace un tiempo, su primo Aron, el que había conocido en su fiesta de cumpleaños. Había sido una cena linda, la mamá de Axel había llorado mientras Axel la consolaba. Nadie más había llorado y ella por supuesto no iba a mostrar lo que sentía enfrente de todos ellos.

Prendió la luz de la cocina y se aproximó a sacar un vaso de uno de los cajones, todo lo hacía con el mayor silencio del mundo, después de una rato la  leche estuvo lista así que la sirvió cuidadosamente fijando en no quemarse. Echó el café que ya venía preparado y con una cuchara lo revolvió.

—¿Qué haces despierta? —Preguntó una voz que la hizo saltar en donde estaba.

Miró hacía la puerta de la cocina en donde Axel la miraba recostado en el umbral.

—No podía dormir. — Se encogió de hombros volviendo a ver su taza.

Sintió como el chico se aproximó hasta ella ubicándose a su lado.

—Estuviste llorando. — Afirmó el.

Sky apretó los labios siendo consciente de que él la miraba atentamente. No dijo nada, sabía que no podía desmentirlo pues el chico la conocía muy bien. Sintió como la mano de su novio se posaba en su mejilla y la guiaba a mirarle, ella lo hizo viendo como el chico la miraba con lo que parecía ternura.

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