Capítulo Siete: Entonces... ¿Ella te gusta?
Después del espectáculo y de la charla, Axel había decidido faltar a una de sus clases para poder hacerle el masaje que le había prometido a Sky la noche anterior. Ahora se encontraban en un salón que habían encontrado vacío, ella había colocado música en su celular y Axel tenía el pie de la chica en sus manos.
—Es enserio lo que te digo nube. — Axel la miró. — Debes tener mucho cuidado con los tacones.
Ella puso los ojos en blancos al escuchar por cuarta vez lo mismo.
—Sí, Ax, creo que me tendré que tatuar esa frase para que dejes de repetírmela. — Ella se burló.
Él sonrió al escucharla mas no la miró, pasaba su pulgar de arriba a abajo por el tobillo de la chica.
—Muy graciosa. — Ella río levemente. — Y sí te lastimas, me llamas, iré por ti.
—¿No debes entrenar? — Ella indagó.
—Sí, pero hoy salgo más temprano. — Mintió.
Ella no dijo nada y el dio por terminada la conversación, comenzó a masajearle un poco más fuerte.
—Auch. — Ella se retorció en la silla.
—Sé valiente. — Fue lo único que él le dijo con una sonrisa en el rostro.
—No seas así Ax. — Ella suplicó. — Un poco más suave ¿Sí?, me duele.
—¿Quieres o no quieres modelar? — Él se detuvo para mirarla.
Al ver que ella miraba a otra parte y dejaba al silencio hacer su trabajo, el continuó.
—Lo supuse. — Susurro.
La escuchó bufar pero de nuevo no dijo nada más. Axel siguió con su trabajo hasta que sintió que ella lo miraba, no hizo nada pero cuando se dio cuenta de que ahora era permanente la miró sin detenerse.
—¿Qué?
Ella siguió mirándolo y después detuvo la música dejando el celular en la mesa que tenía al lado.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—Bueno, ya estas preguntando ¿No? — Él le respondió molestándola.
Cuando se dio cuenta de que la chica no decía nada, volvió a mirarla.
—Sabes que puedes preguntar lo que quieras. — Le dijo esta vez más suave.
—Bien. — Eso pareció dejarla satisfecha, el volvió a lo suyo pendiente de la inquietud de la rubia. — Entonces... ¿Ella te gusta?
Axel detuvo por completo su acción, tensándose de repente, lo primero que entendió fue que ella sabía que él estaba babeando por ella, pero después de formularse la pregunta en su cerebro, frunció el ceño clavando su mirada en ella.
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MI RUBIA
RomanceÉl había prometido que no se metería con chicas rubias... pero luego la vio a ella. ESTA OBRA ES COMPLETAMENTE MÍA. QUEDA PROHIBIDA LA COPIA Y LAS ADAPTACIONES A ELLA.