Antes de empezar, aviso que este capítulo tiene contenido explicito, así que si alguna no quiere leerlo, puede saltarselo.
Capítulo Treinta: Suya.
Sky se levantó confundida, intentando abrir los ojos, pues la claridad de su habitación la molestaba. Volteó a los lados buscando al hombre con el que había dormido pero no había rastro de él.
Caminó por la habitación yendo hasta el perchero. Agarró la bata de ceda y se envolvió en ella; enfundó sus pies en las babuchas de ositos blancos que siempre tenía y al terminar, salió de su habitación.
Podía oír ruidos en la cocina, pero el resto del apartamento estaba intacto. Caminó hasta ahí, asomando su cabeza encontró a su rubio picando unas manzanas verdes. Solo estaba el, no había rastro de su mejor amigo.
—Ax...— Dijo con voz somnolienta.
El nombrado se volteó. Sonrió al verla.
—Buenos días, nube. — Se acercó a ella dándole un beso en la frente.
Ella acarició con cariño la espalda del chico.
— ¿Dónde está Maxi? — Preguntó a su novio, separándose de él.
Axel volvió a lo suyo.
—Está haciendo ejercicio. — Miró de reojo el reloj de la pared. — Son las seis y media, te levantaste temprano.
Sky elevo las cejas al darse cuenta de la hora.
—Tienes razón. — Dijo sorprendida. — Es raro, pero dormí bien. — Se encogió de hombros sentándose en la barra de la cocina. — Seguro fue por ti. —Susurró con una sonrisa.
El levanto la vista viéndola sonreír, repitió su acción, se acercó sin soltar el cuchillo y le dio un beso.
—Te amo. — Confesó admirándola.
—Y yo a ti. — Ella tocó levemente su mejilla.
Axel sonrió echándose para atrás. Recordó la noche anterior, cuando ella le había correspondido y después él la había hecho suya de nuevo, entregándose por completo.
Ella lo observó volver a lo suyo. Sabía perfectamente que el le hacía el desayuno. Axel ya se había aprendido la dieta que tenía que llevar. No era que ella quisiera hacer dieta, pero era algo fundamental en su vida.
Se levantó de la silla acordándose que debía revisar su correo del trabajo; Maxi le había advertido que debía estar muy pendiente ahora que era "conocida".
Volvió en frente de la barra donde estaba su novio concentrado. Abrió su laptop, viendo de reojo como Axel fruncía el ceño, decidiendo si echaría leche o no a su batido.
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MI RUBIA
RomanceÉl había prometido que no se metería con chicas rubias... pero luego la vio a ella. ESTA OBRA ES COMPLETAMENTE MÍA. QUEDA PROHIBIDA LA COPIA Y LAS ADAPTACIONES A ELLA.