Capítulo Treinta y Nueve: Cambio de planes
Sentía su cuerpo acalorado y las gotas de sudor recorrían sus sienes. Le encantaba sentir como quemaba aquellas calorías y, sobre todo, como quemaba el pastel de fresas que le había preparado Gia el día anterior. Se había levantado a las diez de la mañana y todavía se sentía cansada, pero nada con lo que no pudiera lidiar, pues para sobrellevarlo se colocó ropa deportiva, recogió su cabello, agarró su celular y salió de casa.
Llevaba corriendo al menos cuarenta minutos alrededor de su barrio. Todavía no había querido ir a buscar un gimnasio, por eso pensó en la mejor forma de entrenar. Su entrenador le había dicho que la manera más rápida y efectiva de bajar de peso era salir a correr, sin embargo, eso no significaba que tonificara, para eso debía hacer otro tipo de ejercicios.
Veinte minutos después dejó de correr y se detuvo en el parque que quedaba a unas cuadras de su casa. Allí hizo algunas abdominales. Cuando estaba por empezar hacer sentadillas su celular sonó y por su Apple Watch vio quien era.
— ¡Ax! — Exclamó bajo. — Te he dejado miles de llamadas perdidas desde ayer.
Así fue. Después de que se despertó, esperó la llamada de su novio y cuando no llegó, fue ella quien insistió, sin tener respuesta alguna. Los papeles se invirtieron y esta vez, ella era la preocupada.
—Las he visto... yo también estaba muy preocupado por ti, pero hasta ahora pude devolvértelas, tuve algunos contratiempos...— Dijo con tono cansado. — La verdad estaba muriéndome por no saber de ti, menos mal que Maxi me avisó que habías llegado bien.
Sky bajó la cabeza y enfocó la vista en sus tennis.
—Sí, quería disculparme, fui una desconsiderada al no dejar siquiera un mensaje, no sabes lo cansada que llegue y ni me di cuenta cuando me dormí. — Confesó. — Yo también me preocupé por ti, pensé que había sucedido algo. — Admitió. — ¿Todo bien allá? —Indagó indecisa.
—Sí, sí, ya todo está solucionado, no fue nada. — Aseguró el chico. — Pero cuéntame cómo te fue después de llegar. — Preguntó su chico tratando de sonar interesado. Sintió que lo hacía para tratar de evadir más preguntas sobre lo que sucedió en Los Ángeles.
Axel estaba extraño y ella lo notó de inmediato.
—Bien...mi hermano está gigante y realmente fue reconfortante ver a mi padre de nuevo, lo extrañaba mucho. — Le contó sentándose en una banca mientras miraba hacía unos árboles. — Gia me hizo una torta por la que tuve que pecar y justo ahora trato de sacar las calorías que comí ayer.
—Me alegra que hayas podido encontrarte con tú familia, nube. — Dijo. — ¿Cuándo irás a ver lo del desfile? — Preguntó.
—Mañana en la mañana debo estar allí. — Informó. —Estoy nerviosa, siento que vomitaré justo cuando entre a pasarela. — Admitió dudosa.
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MI RUBIA
RomanceÉl había prometido que no se metería con chicas rubias... pero luego la vio a ella. ESTA OBRA ES COMPLETAMENTE MÍA. QUEDA PROHIBIDA LA COPIA Y LAS ADAPTACIONES A ELLA.