Nube, jamás te dejaría caer.
—No puedo creer que enserio vaya a hacer esto. — Dijo la rubia acomodándose el brasier que su estúpido mejor amigo le había entregado minutos atrás.
Escuchó la risa de su amigo desde afuera, también se oía como acomodaba y movía cosas.
—Me amas. — Le respondió el chico. — Por eso lo haces.
Sky puso los ojos en blanco consciente de lo que decía su amigo era cierto.
—Ojalá no lo hiciera. — Dijo más bajo.
—Te escuche. — Le dijo su amigo. — Bueno, sal que quiero ver a mi fueguito candente en acción.
Ella resopló al oír uno de los tantos estúpidos apodos que su amigo le colocaba, según él, se los ponía ya que la chica tenía varias facetas. Sky salió del vestidor con el vestido de baño rojo, muy normal realmente, no tenía nada de especial.
—Dios, te ves caliente. — Dijo Max mirándola con una sonrisa.
—No digas eso, me incomoda.
Ella lo miró cruzándose de brazos, después se dio cuenta de que eso hacía que se le vieran más pechos y los desató como si le quemara, oyó la risa de su amigo.
—Solo digo la verdad pitu, sabes que eres hermosa. — Le dijo el mientras le acomodaba la parte de arriba de su vestido por atrás.
—No, yo no sé nada. — Dijo ella. — Entonces... ¿Sí queda bien? — Preguntó.
—Más que bien. — Dijo el satisfecho con su modelo. — El color queda muy bien con tu piel, el vestido es insípido pero es lo que ha mandado el concurso así que solo me queda conformarme.
—Genial, ya me lo quiero quitar. — Dijo ella devolviéndose al probador.
—¡Quieta! — Dijo el cogiéndole el codo, haciéndola retroceder. — Debes modelarlo, las audiciones son mañana, tengo que asegurarme de que lo desfiles bien.
—Nooo. — Se quejó Sky echando la cabeza hacía atrás.
—Sí, sí. — Max la cogió por los hombros mientras la llevaba hasta las escaleras de la pequeña pasarela. — Colócate los tacones.
A Sky no le quedó de otra más que hacerle caso. Hace mucho no modelaba pero recordaba muchas cosas que aprendió cuando lo hacía.
—Excelente ya puedes cambiarte. — Dijo Max después de media hora en que la chica estuviera modelando de un lado para otro siguiendo las indicaciones que le daba su mejor amigo.
—¡Yei! — Ella corrió hasta el vestidor mientras escuchaba la risa de su mejor amigo.
Cuando se estaba quitando los tacones, se torció un poco el pie, una punzada pequeña de dolor le atravesó el tobillo, sin embargo, podía seguir manejando los tacones, claro con un pequeño pinchazo. Se mordió el labio mirándose en el espejo, ¿Debería decirle a Maxi?, seguramente se pondría como loco y le diría que se fueran ya mismo hacía el hospital, pero entonces eso implicaría que no pudiera ir a la audición al otro día, no podía dejar que eso pasara, era como el sueño de Maxi.
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MI RUBIA
RomanceÉl había prometido que no se metería con chicas rubias... pero luego la vio a ella. ESTA OBRA ES COMPLETAMENTE MÍA. QUEDA PROHIBIDA LA COPIA Y LAS ADAPTACIONES A ELLA.