Capítulo Diecisiete: Emergencia
—No tienes que hacer todo esto. — Le dijo Axel a la rubia al ver como se preocupaba porque el chico realmente estuviera cómodo.
Ella rodó los ojos, mientras recogía el algodón de su baño.
—Yo quiero hacerlo. — Le respondió. — Esta noche tú eres mi responsabilidad. — Dijo divertida mientras se acercaba al chico.
El soltó una pequeña sonrisa.
—Lo dices como si fuera un niño pequeño.
Ella soltó una risa.
—Ya sé que no lo eres, pero estas bastante magullado y quiero ser de ayuda hoy. — Informó.
—Eres de ayuda siempre, nube. — Comentó mientras le agarraba delicadamente la mano de ella.
Ella volvió a sonreí mientras se acercaba a darle un delicado beso en la frente del chico.
— ¿Qué? ¡Quiero uno aquí! —Dijo estirando los labios en la dirección de ella.
—No, señor. — Negó con la cabeza de un lado a otro. — Primero debemos volver a limpiar esas heridas. — Le dijo.
El la miro mal pero no le dijo nada, pues pelear con la rubia en algunas ocasiones era un caso perdido, y esa era una de ellas.
Cuando la ojiazul había soltado aquella proposición en el cuarto de preparación, el no tuvo que pensar dos veces. Habían decidido ir al apartamento de los rubios ya que a Sky le daba vergüenza quedarse en la casa de Axel con su mamá y hermano.
Así que Axel para no dar detalles le comentó a su mamá que había perdido la pelea, le había dicho que estaba intacto y qué se iría a dormir con Ed a su casa. Esa vez no podía ser sincero, no podía decir que le habían sacado la mierda y que su ojo parecía una pelota de pin pon. Y menos podía decirle que se iría a dormir con una chica.
El alcohol en su labio lo hizo volver a la realidad encontrándose con los ojos claros de la rubia sobre sus labios, concentrada en la sangre seca de estos. Detrás de ella se podía ver la pared que tenía varias fotos instantáneas en ella. Algo curioso era el hecho de que Axel nunca había entrado al apartamento de la chica y mucho menos a su habitación. No se sorprendió al ver esa cantidad de fotos pegadas en la pared pues era muy el estilo de la chica. Tres de las cuatro paredes de la chica estaban pintadas de blanco y en la pared donde reposaba el respaldar de la cama Queen estaba pintada de color gris claro, al igual que la colcha de su cama, pero tenía unos cojines rosa pálidos adornando la habitación. En resumen la habitación de la chica manejaba colores pálidos mientras que la de él, era negro, negro y negro.
— ¿Puedes creer que durante los meses que llevamos conociéndonos no tenemos ninguna foto? —Dijo con incredulidad la rubia terminando con sus labios.
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MI RUBIA
RomanceÉl había prometido que no se metería con chicas rubias... pero luego la vio a ella. ESTA OBRA ES COMPLETAMENTE MÍA. QUEDA PROHIBIDA LA COPIA Y LAS ADAPTACIONES A ELLA.