Capítulo Dieciséis: Luchar
Axel caminó entre la gente mientras las personas lo miraban y lo saludaban con emoción. El solo tenía un objetivo a la vista, el cual no se había dado cuenta de que el rubio se le acercaba sin pudor alguno.
—Axel, por Dios, no te vayas a meter en un lío. — Trataba de hacerlo entrar en razón su amigo Ed.
—No, yo no meteré en un lío, el sí. —Respondió sin detenerse escabullendo una chica rubia que parecía estar drogada.
— ¿Y sí te expulsan por mala conducta? — Interrogó su amigo pisándole los talones.
—No pueden hacer eso Ed, soy luchador. — Dijo obvio. — Créeme que no soy el único que tiene problemas fuera del ring.
—Tienes una pelea dentro de nada Axel. — Le recordó. — Deberías estar preparándote, no buscando peleas, imagina lo que dirá Dogg cuando se entere.
Axel rodó los ojos.
—Lo que menos me importa en este momento es Dogg. — Le informó. — No trates de detenerme, bien sabes que se lo merece. — Advirtió.
Cuando ya estaba llegando, el tipo no lo vio antes de que Axel le atestará un puño llevándoselo al piso con el golpe. Escuchó como empezaban a animarlo para que siguiera golpeando al hombre, le propinó al menos 5 golpes más antes de que alguien llegara a separarlo. Sabía que era Ed agarrándolo para que no volviera mierda el tipo.
— ¿Qué mierda te sucede fuego? — Le preguntó el pelirrojo levantándose del suelo con la nariz sangrándole a mares. — Hace unos meses quedamos en paz, ten en cuenta que acabas de romper ese trato. — Recordó.
—Y una mierda Abad. — Le dijo casi escupiéndole. — Tú bien sabes lo que hiciste. — Se removió en los brazos de su amigo que se dedicaba a sostenerlo.
Abad sin comprender y aún adolorido se le acercó.
—No sé de qué hablas, y no me interesa, puedo demandarte por esto. — Amenazó.
En cuanto este lo escuchó, se removió bruscamente.
—Suéltame santísima mierda. — Escupió a Ed que al verlo así no pudo hacer más que hacer caso. Axel se acercó tanto a Abad que su frente chocaba con la de él. — Y yo te puedo demandar por secuestro e intento de violación. —Esta vez se lo susurró para que solo el pudiera escucharlo. — ¿O es qué no te acuerdas de lo que pasó hace unas noches? — Preguntó el, más fuerte. — 4 chicas solas, una en especial. — Recalcó. — Rubia, ojiazul, preciosa. — Describió moviendo las manos hacía la gente que estaba alrededor. — Sky. — Indicó haciéndole saber; Abad tenía el semblante serio pero Axel podía ver la sorpresa de sus ojos y la incertidumbre de qué pudiera delatarlo en medio de toda la gente. — Mi chica.
Finalizó apuntándose con el dedo a sí mismo. Abad abrió la boca en una O demostrando que no tenía ni idea de lo que el rubio acababa de decirle. Para entonces Axel tenía los ojos en llamas.
ESTÁS LEYENDO
MI RUBIA
Storie d'amoreÉl había prometido que no se metería con chicas rubias... pero luego la vio a ella. ESTA OBRA ES COMPLETAMENTE MÍA. QUEDA PROHIBIDA LA COPIA Y LAS ADAPTACIONES A ELLA.