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ÉRAMOS UNOS NIÑOS..

Han pasado 6 años desde que dejé de ver al que se podría decir era mi mejor amigo, ya no pudimos vernos por que a mi me habían mandado al extranjero a estudiar junto a mi hermana.

Pero recuerdo que firmamos una hoja en la que prometimos ser siempre mejores amigos sin importar todo lo que pasará.

Yo quería creer que era un contrato de amistad pero no fue así..

Recuerdo muy bien aquella vez en la que firme el contrato, fue la última tarde noche en la que estuvimos juntos divirtiéndonos antes de que yo tuviera que agarrar ese avión para poder ir a la casa de mi tía junto a mi hermana para estudiar en el extranjero en un colegio de puras familias de dinero, mi padre quería que desde pequeñas aprendiéramos otros idiomas ya que eso nos beneficia para cuándo queramos hacer algún contrato no tengamos que pagar por una persona que nos traduzca.

Esa tarde nos hicimos demasiadas promesas sentados en la banqueta que estaba frente a mi casa:

-Te prometo que siempre seré tu mejor amigo y no importa que pase yo nunca te cambiaré Leslie -Entrelazo nuestras manos y dio un ligero apretón.

-Yo te prometo que en New York no tendré otro mejor amigo y no importa lo que pase nunca nos cambiaremos. -Lo abracé y derrame unas cuantas lágrimas.

-Hija ya debemos de irnos. -Los dos miramos hacia la entrada de mi casa y pudimos ver a mi madre en la puerta. -Despídete de Sebastián anda.

-Ya voy madre. -Regrese mi vista a Sebastián. -Te quiero mucho eso nunca lo olvides. -Bese su mejilla, caminé hacia mi madre y al estar frente a la puerta me gire a verlo.  -¡TE QUIERO MUCHO SEBASTIAN LAMBERT!

Esa fue la última vez que miré al chico rubio de ojos marrones, cabello ondulado y 6 años mayor que yo estar fuera de mi casa, quien diría que pasando solo unos cuantos años todo cambiaría por completo. Regresaría a españa cuándo ya tuviera 17 y eso porque mi padre me dejó volver mi hermana se había quedado en New York estudiando la Universidad pero yo quise regresar a España para estudiar la preparatoria ahí.

-Papá!, Mamá! -Corrí hacia ellos al verlos en el aeropuerto esperándome. -Los he extrañado tanto. -abracé a ambos.

-Nosotros también te hemos extrañado un montón pequeña.

Era un momento muy emotivo volver a ver a mis padres después de tantos años.

-Los he extrañado demasiado, no tienen una puta idea de cuanto. -Comenté al separarme de ellos.

-Jovencita ese lenguaje. -sentenció mi padre.

-Lo siento papá. -Sonreí apenada. -Pero la adrenalina de volverlos a ver me vuelve loca.

-Vayamos a comer qué les parece?. -comento mi madre.

-Me parece una idea excelente, cariño. -Mi padre beso la mejilla de mi madre.

-Vayamos a comer entonces. -Tomé mi maleta y mi bolso para caminar junto a ellos.

-Yo te ayudo pequeña. -Mi padre tomó mi maleta y entrelazo su mano con la de mi madre.

-¿No han sabido nada de Sebastián?. -Pregunté ya al estar dentro del auto.

-No hija, lo último que supimos de él fue que había entrado a la Universidad para estudiar Administración de empresas. -Me aclaró mi madre.

-Joder -Me acomode en el respaldo del asiento. -Qué rápido pasó el tiempo, ¿no lo creen?. -miraba a través del vidrio el atardecer. -Sebastián ya tiene 23 años si no me equivoco y yo 17 años casi 18.

-El tiempo pasó demasiado rápido hija.

Asentí aunque se que ni mi padre ni mi madre me pueden ver ya que yo me encuentro en los asientos de atrás del auto. No tardamos demasiado cuando llegamos al restaurante en el que comeremos, yo solo pedí un plato de Spaghetti era una de mis comidas favoritas, mis padres pidieron unos cortes de carne que la verdad sabían muy bien al terminar de comer fuimos directo a casa ya que mañana empezaría mi primer día en esa preparatoria no pude entrar al comenzar el primer curso pero si entraría en el segundo, espero y llevarme bien con mis futuros compañeros.

-Hija ve a dormir que mañana sales a las 6:00 am de casa.

-Muy bien madre, ¿Quién me llevará papá o tú?.

-Mañana veremos quien te lleva, anda ve a dormir.

Me despedí de mis padres y fui directo a mi habitación ha cambiado demasiado a como la había dejado, cuándo yo me fui solo era una niña de 11 años mis padres remodelaron mi habitación y no me quejo para nada, quedó a mi gusto me dí una ducha y al salir fui directo a mi cama necesitaba dormir si no mañana amanecería con muchas ojeras.











Bueno pues este es el primer capítulo espero y lo disfruten mucho

-Michelle Guzmán.


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ME PERTENECES [En la vida y en la muerte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora