•Black out days•

¿Estás lista para salir de ahí?

Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no vi a Bella bajar por las escaleras y quedar enfrente de mi.

Bella: Alessia,hola. Cómo estás?

Alessandra: Hace mucho tiempo que nadie me llamaba así...

Bella: Yo.. lo siento, no sabía que...

Alessandra: No te preocupes, Bella. Creo que me gusta más que me llamen así. Tú cómo estás?

Bella: Bueno, he tenido momentos algo extraños con la gente de este pueblo. Per creo que bien.

Alessandra: me imagino que ya tienes muchos amigos

Bella: En realidad no. Me cuesta algo de trabajo socializar.

Alessandra: bueno, entonces ya somos dos- se lo dije mientras sonreía, pero pareció más una mueca

Charlie: Bella, que te parece si llevas a Alessandra a conocer su nuevo cuarto?

Bella me fue guiando a lo que parece ser mi nueva habitación.
Era un cuarto no muy grande, pero lo suficiente para poder estar cómodamente ahí. Las paredes blancas hacían que se viera más luminoso y los pequeños adornos alrededor de mi cabecera le daban el toque perfecto para poder apreciar un cuarto sencillo, pero bonito.

Bella: y bien, qué te parece?
Le dije a Charlie que mejor te diera la oportunidad de que tú adornaras  el cuarto, pero ya sabes como es, él quería que llegarás a un lugar agradable.

Alessandra: es un cuarto muy bonito, me agrada como lo dejaron. Gracias- le di una sonrisa sincera. Realmente me sentía agradecida por ellos. Hace mucho que nadie hacía cosas lindas por mi.

Bella: me alegra que te guste. Bueno, cuando estés lista puedes bajar. Charlie te tiene una pequeña sorpresa

Alessandra: está bien, gracias Bells

Bella: creí que habías olvidado que me llamabas así

Alessandra: mis mejores recuerdos son en los que te llamo así

Bella me sonrió, y salió de mi habitación. Me senté en la cama y me despoje de mis botas negras y de mi sudadera enorme color verde pino. Mire mi cuerpo en el gran espejo que tenía enfrente y mi mente automáticamente comenzó a tener pensamientos desagradables de mi cuerpo. No era el momento de echarme a llorar por eso, no quería que Charlie se diera cuenta de que aun no estoy bien.

Me volví a tapar mi cuerpo con la enorme sudadera, y decidí salir de mi cuarto para bajar. Cuando baje vi a Charlie sostener entre sus manos un delicioso pastel de chocolate, mi favorito. Bella tenía un cartel en donde decía: "Bienvenida a casa, Alessia. Te queremos".

No pude contener las lágrimas y unas cuantas se deslizaron por mi cara.

¿Así es cómo se siente ser amado?, Pues creo que la respuesta es que si, así se siente.

Baje rápidamente las escaleras y me aventé sobre ellos. Entre risas y abrazos nos fuimos a sentar a la mesa y comimos todo el pastel que había. Sin duda esto sería el mejor recuerdo de mi vida.

Después de terminar el pastel, fuimos a la sala a ver una película. Bella se quedó dormida, y yo estaba apunto de hacerlo cuando vi que Charlie se levantó y se dirigió a la cocina. Decidí levantarme e ir con él. Él estaba dándome la espalda ya que se encontraba lavando los platos que ocupamos del pastel.

No sabía si hablar, estaba muy nerviosa. Odiaba sentirme débil por expresar mis sentimientos, pero necesitaba decirle a Charlie lo mucho que significa lo que hizo para mí.

Alessandra: Charlie, en verdad gracias por todo esto. Hace mucho tiempo que no me la pasaba así de bien. En serio gracias por todo lo que estás haciendo por mí.

Charlie se giro hacia a mí y me dio una mirada dulce.

Charlie: agradezco mucho que hayas podido tener la fuerza para expresar lo que sientes, en verdad lo agradezco. Sé lo difícil que es para ti todo esto, y valoró cada sonrisa y abrazo que me has dado hoy. No tienes nada que agradecer. Todo lo que quiero es que sientas que perteneces a un lugar, y ese lugar es aquí conmigo y Bella.

Alessandra: gracias por entenderme, Charlie. Aun no me siento lista para salir de donde sea el lugar en el que estoy, pero me siento feliz saber que tengo un lugar en donde llegar.

Charlie: siempre estaré para ti, mi pequeña Alessia. Ve a dormir, mañana será un día importante para ti. Iniciarás una nueva etapa de tu vida y créeme que la Escuela no es nada fácil.

Reí por lo último que dijo. Asentí, y subí a mi habitación. Y después de mucho tiempo, pude dormir más de ocho horas.

Mañana será un gran día...