• Bésame •

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Alessandra: Te quiero mucho...

Edward se detuvo, y me miró. Se puso de pie y tomo mi rostro entre sus manos.

Por primera vez me sentía bien por estar vulnerable. Sabía que él me protegería. Él me cuidaría como nunca nadie lo había hecho; me cuidaría mejor de lo que yo me he cuidado.

Edward: Yo también te quiero mucho, Alessandra- con sus dedos pulgares acariciaba mi cara. Yo cerré mis ojos para disfrutar de su frío tacto.

- Mírame...

Abrí los ojos e hice lo que me pidió. Me tomo de la barbilla y acercó mi cara a la suya.

- Nunca permitiré que nadie te vuelva  a poner las manos encima.

Quería besarlo, en verdad lo deseaba. Así que me acerque más a sus labios y por primera vez lo besé.

Sus fríos labios se sentían mejor que cualquier otra cosa. Mi corazón latía tanto que se me iba a salir del pecho.

Por un momento me desconecte de mi realidad. Pero todo lo bueno no dura para siempre.

Él se separó bruscamente de mi y quedó del otro lado de mi cuarto. Me miraba con miedo y vergüenza. Sabía el motivo de su reacción...

Alessandra: lo siento, Edward. No quería...

Edward: Soy más fuerte de lo que creí. Yo... no puedo estar cerca de ti sin tener ganas de asesinarte. Tu olor, tu voz, toda tú me atraen de una forma incontrolable- su voz salió ronca- No quiero lastimarte

Alessandra: Confío en ti- lo miré y me acerque a él- Sé que no me harás daño, lo sé.

Desde que nací aprendí a amar a los que más daño me hacían, incluso a los que querían terminar con mi vida.

•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••
Charlie entro con un pequeño pastel entre sus manos. En el centro del pastel había una vela con el número 18.

Charlie: Feliz cumpleaños, pequeña. Pide un deseo- me sonrió y me acerco el pastel.

Me reí como una niña pequeña. Cerré los ojos y pedí mi deseo para después soplar la vela.

Charlie: Deseo que todos tus deseos se cumplan y que seas muy feliz. Estoy muy orgulloso por ti, en serio me sorprende lo fuerte que has sido.

Me levanté como pude de mi cama y me aventé a sus brazos. Sin duda tener a Charlie en mi vida era el regalo más bonito que pudo darme la vida.

Alessandra: Te quiero, Charlie

Charlie: yo te quiero más. Anda, viste. Que tienes que ir a la escuela.

Alessandra: creí que me dejarías faltar- lo mire divertida

Charlie: Ni lo sueñes, no dejaré que repitas el año por faltas.

Charlie salió de mi cuarto y yo me fui al baño para bañarme.

Entre a la regadera y el agua fría relajo todos mis músculos. Salí de la regadera y fui a mi cuarto. Estaba escogiendo que ropa interior me iba a poner, cuando en eso sentí una corriente helada de frío. Volteé hacia la ventana y estaba abierta, lo cual me pareció extraño porque no recuerdo haberla dejado abierta.

Me acerque a la ventana y sentía nuevamente que algo me observaba desde el bosque. Cerré la ventana y la tape con la cortina.

Me cambié y baje.

Charlie: Ya no usarás las muletas?- miró mi pierna lastimada.

Alessandra: No creo que sea necesario- le dije mientras tomaba una manzana y me dirigía para lavarla.

•Black out days•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora